Revista Coaching

El RUIDO consecuencias conductuales y auditivas

Por Planemprendedorweb

Es importante diferenciar sonido de ruido. El ruido tiene un espectro acústico desordenado, asimétrico y caótico a diferencia del sonido el cual es rítmico, el habla humana es sonido aunque el espectro acústico de algunas consonantes se asemejen a un ruido como el sonido de /s/ o /sh/, mientras que las vocales son consideradas sonidos puros.

El oído humano tiene la capacidad de escuchar sonidos que oscilan entre 1 a 90 decibeles (db) de intensidad con una frecuencia de 500 a 4000 herzios (Hz) para el lenguaje,  la exposición a sonidos o ruidos superiores a esta intensidad, empiezan a producir dolor y pérdida de la capacidad auditiva.

 De esto se deduce que las alteraciones producidas por el ruido en la persona  no solo se circunscriben a lo auditivo sino también, están intimamente ligados a problemas de orden conductual, comportamental, psicológico, fisiológico, inclusive trastornos de personalidad que pueden degenerar en conductas extremas (agresividad y violencia).

Efectos y consecuencias del ruido:

Afectación auditiva: 

El ruido afecta al sistema auditivo-vestibular ocasionando cualquier tipo de hipoacusia llegando incluso a la sordera total por una exposición permanente a ruidos o sonidos muy altos los cuales generan un “trauma acústico” que no le permite oir al oído en los rangos normales sino inicia la audición en un rango superior al normal es decir se empieza a escuchar a 50 o 60 db clasificándose en un tipo de hipoacusia, la cual afectará la comprensión del lenguaje y por ende la relación interpersonal.

Actualmente estamos en una sociedad inserta en la tecnología auditiva de punta, con celulares,  ipods, iphone, entre otros con gran capacidad de memoria para música, por ende  una exposición permanente a los audífonos y generalmente a intensidades de volumen bastante alto, expuestos por largos períodos de tiempo, lo que producen  que se destruyan las células ciliadas del Órgano de Corti del oído interno  produciendo una hipoacusia o llegando a una sordera total, si bien la utilización de auxiliares auditivos ayudará para poder escuchar los sonidos a una intensidad muy parecida a lo normal, lo lamentable es que el daño es irrecuperable.

Debemos considerar que actualmente tanto jóvenes como adultos van a ser potenciales pacientes de trauma acústico, por su excesiva exposición a audífonos con intensidades muy altas, debemos saber que los auxiliares auditivos son muy costosos y no solo pasa por lo económico sino por lo emocional puesto que esto genera rechazo ya que atenta contra el autoestima, hasta que haya un proceso de aceptación de la deficiencia, además nuestro oído es tan perfecto que puede seleccionar sonidos, saber a cual responde y a cual ignora, el auxiliar auditivo únicamente amplifica los sonidos y los ruidos resultando tormentosa su adaptación.

El ruido causa una sensación de euforia similar a la de la embriaguez alcohólica con alteraciones perceptivas que parecen producirse por acción de los infrasonidos, hipotéticamente sería la cauda de accidentes de tráfico inexplicables.

Afectación no auditiva:

Investigaciones médicas afirman que las alteraciones vasculares y endócrinas originadas por el ruido producen mayor latido cardíaco, hipertención arterial, arritmias, déficit miocárdicos y posiblemente efectos en el sistema histoimunológico. El estudio se trascendió con los escolares y se dedujo que afecta su atención y aprendizaje.

También se producen alteraciones neuropsiquiátricas y de perturbación del sueño, esto ha sido evidente sobre todo en personas citadinas las cuales están expuestas al ruido vehicular, para citar un ejemplo tenemos a las personas que pasan todo el día en la calle porque son vendedores ambulantes por ende están expuestos a los ruidos vehiculares, de pitos y de gente, son personas  de una gran irasibilidad y por lo tanto siempre a la defensiva, muy proclives a reaccionar violentamente. En personas con problemas psiquiátricos el ruido se convierte en un desencadenante de conductas al límite que pueden poner en peligro la vida de los demás (fisiológicamente se produce un incremento de catecolaminas que inducen a la agresión o miedo cuyas respuestas conductuales son pelea o huída) por lo tanto el ruido es un potencial generador de estrés.

Las fases del sueño se hallan afectadas como producto del ruido es decir parece afectar la calidad del sueño, sin perturbar los hábitos del sueño por lo tanto no se tiene un sueño reparador, el cerebro no descansa lo necesario despertándose intranquilo, cansado, fatigado, con pesadez, con un grado de modorra y alertagamiento que no le permite cumplir a cabalidad con sus actividades diarias, según la neuropsicologia hipoteticamente se considera que una posible causa del Alzheimer puede ser alteraciones de sueño por la fatiga que sufre el cerebro.

 Ciudad y ruido:

En nuestra ciudad de Quito estamos expuestos diariamente a sonidos de tránsito que superan los 85 db., considerando que la OMS establece niveles de tolerancia entre 55 y 60 db. la deducción es fácil tenemos un contaminante de ruido muy peligroso, y si a esto le sumamos el ruido aviatorio que supera los 115 db podemos decir que tenemos una ciudad auditivamente enferma con un trauma acústico severo y con alteraciones fisiólogicas y neuropsiquiátricas de consideración.

El problema no termina ahí las fábricas son generadores de ruidos permanente y contínuo que supera los 80 db. en donde hay una complicidad compartida entre empleadores y empleados, respondiendo a la irresponsabilidad y descuido de los dos. Sin preveer las lamentales consecuencias.

En grandes Metrópolis de América Latina se está combatiendo al ruido a través de normativas Municipales que sancionan esta práctica común e inadecuada, utilizan decibelímetros que miden la intensidad de ruido en las grandes avenidas, las autoridades detectan a los infractores y los sancionan. Esto va acompañado de una campaña de sensibilización de las consecuencias auditivas y no auditivas producidas por el ruido. Considero oportuno seguir estos modelos y en las escuelas y trabajos crear una verdadera cultura en contra del ruido.
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Qué hacer:

  • Evitar o disminuir la utilización de audífonos con equipos tecnológicos. Bajar el volumen y tratar de escuchar lo más bajo posible.
  • En la intercomunicación con los demàs tratar de hablar sin necesidad de gritar o elevar el timbre de voz.
  • Estar muy pendiente de que los escapes de los vehículos estén en buen estado porque no solo por el monóxido de carbono se puede producir una intoxicación plúmbica, sino que genera mucho ruido.
  • En medida de lo posible evitar lugares extremadamente sonoros ya que esta exposición va desensiblizando al oído a sonidos intensos que luego los de menor intensidad ya no los puede percibir.
  • Utilizar el pito del carro únicamente lo necesario.
  • La utilización de auxiliares auditivos no es la solución puesto que estos son muy costosos, ningún aparato puede hacer la diferenciación tan perfecta de sonidos como nuestro Órgano de Corti y luego conforme avanzamos en edad más resistencia tenemos a una prótesis por autoestima y seguridad.
  • Bajar el volumen de la TV y otros equipos de música, tratar de discriminar las conversaciones a intesidades adecuadas.
  • Si notamos que nos estamos volviendo gritones, que no entendemos lo que nos dicen y que pedimos con frecuencia que nos repitan las indicaciones y esto a la vez nos genera enojo y malestar, muy posiblemente estamos perdiendo la audición, ese momento acudir a una evaluación audiométrica.
  • Utilización de audífonos insonoros para ambientes laborales muy sonoros.

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