¡lo siento!,¡ la cague de nuevo, búscate algo mejor que yo! le decía christopher a Omar, mientras recordaba la anterior noche de borrachera en la que por algunas estupideces que hizo varias personas salieron lastimadas. y es que Christopher tenia una conciencia demasiado efectiva, cada vez que hacia una webada de esas, lo contaba; era una situación muy difícil, pero sabia también que es mejor decirle la verdad a ocultar ese tipo de cosas por el resto del tiempo que hubiera durado la relación, era tan difícil hechar por la borda mas de un año de relación, pero sentía que asumir la responsabilidad de sus actos es lo mejor que podía hacer, le dolía en el alma que Omar sufra por su culpa, pero sabia que luego le dolería mas.
La noche anterior Christopher salió con Lucas, un pata al que no hacia mucho conoció y que lo había invitado a tomar una botella de pisco, sería algo de un momento nada mas, el tiempo que tarde en terminarse la botella, conversar un poco y luego cada uno por su camino, pero los planes se salieron de control, y pasaron cosas que no debieron pasar, se descontroló todo de tal forma que mas de uno resultó lastimado.
Esa noche Lucas y Christopher se encontraron en el centro de la ciudad y se dirigieron juntos a un conocido bar de la ciudad, pidieron el típico trago iqueño y conversaban tranquilamente sin ningún plan ni pensamiento que haga suponer lo que pasaría después, al rato llegó un grupo de chicos entre ellos Ronald un cyber amigo de Christopher y a saber por la reacción de Lucas, también amigo de él; Lucas puso cara de espanto, miró fijamente a su acompañante y con voz muy baja dijo: "Ronald es mi ex". Fueron a otro lugar y despues de algunas cosas caminaron hacia huacachina.
Cuando Cristopher se vio a la orilla de la laguna, supo que a partir de ese entonces su vida no sería la misma, sabia que cada vez que estaba en ese lugar mirando el cielo reflejado en los territorios de la sirena su vida tomaba un rumbo muy diferente, sabia que cada vez que sentía en sus pupilas el placer de ese paisaje a la vez que el viento acariciaba su cabello algo nuevo pasaba, para bien o para mal el encanto de la laguna había definido su destino desde que era un niño, y esta vez no seria la excepción.
El pata con nombre de apóstol se sentó sobre la fina arena del oasis, mientras Christopher aguardaba de pie a varios metros de él, entonces algunas propuestas se dejaron escuchar pero las negociaciones concluyeron en que cada uno seguiría su camino y como correspondía esa noche no pasaría absolutamente nada; Christopher continuo su camino hacia la salida del balneario para coger un taxi, le hizo el alto a un auto y mientras este se detenía Christopher volteaba la mirada, y allí, detrás de él con una extraña mirada, estaba Lucas, intercambiaron palabras y subieron los dos al auto, Lucas indicó el lugar . . . ( continua . . . )