La Luz de la Verdad lanza sus rayos sobre el sendero de la vida; pero la Sabiduríanace en el interior del hombre cuando él reconoce la Luz de la Verdad. El Amor es elasiento de la Fe, y el asiento de la Sabiduría es el Verbo interior que habla la verdad en elcorazón. La experiencia es la madre del saber; todo saber que no descansa en la experienciaes sólo aparente. La piedra de toque de la Sabiduría es la justicia, y la vara con la cual semide la justicia es su acción. La Sabiduría no es un producto de la naturaleza, pero laSabiduría domina a la naturaleza dondequiera que sea y la sujeta a la obediencia. Por tanto,la Sabiduría es algo sobrenatural; pero su realización se efectúa dentro de la naturaleza y nofuera.
El Conocimiento divino es una fuerza que es superior a todas las fuerzas mecánicas,superior a todos los instintos animales, superior a todas las actividades intelectuales. Lo quenos enseñaron los antiguos sabios indos, y lo que repiten nuestros filósofos modernos, noha procedido de la sutileza e ingeniosidad de las ideas de los sabios, sino más bien de suConocimiento divino. La Sabiduría no consiste en la especulación o la lógica, ni se obtienepor medio de éstas; es el conocimiento de Sí, que no descansa en nada sino en sí mismo. Lanaturaleza es una manifestación de la Verdad, cuya madre es la Sabiduría. Aún cuando seaniquilara la naturaleza entera, y el cielo y la tierra desaparecieran, la Sabiduría de Diossubsistiría, aunque en lo inmanifestado, y su Voluntad y su dirección traería a la existenciaun nuevo universo.
Sin embargo, por hábil y erudito que sea un hombre no posee sabiduría mientras nollega a manifestarse en él el verdadero Conocimiento de Sí. La posesión de esteConocimiento de Sí distingue al verdadero sabio del erudito. La verdadera Sabiduría nopuede aprenderse en los libros, los cuales sólo pueden enseñar dónde encontrarla, pues nose transfiere por medio de alguna persona, sino por sí misma. Todas las cosas que vemos,son símbolos y representaciones de la realidad, más no la realidad misma. Si interpretamoserróneamente estos símbolos, no es por culpa de la Verdad ni de los símbolos, sino denuestra propia ofuscación. La verdad es siempre comprensible de sí misma, y no necesitaprueba alguna. Ella es una luz, y la percibe aquél a quien ella alumbra; mas aquél quien estáofuscado, no la conocerá jamás a pesar de todas las “pruebas”.
El objeto de la Sabiduría es manifestarse, enseñar, educar y elevar al hombre yayudarle a alcanzar la conciencia de la Inmortalidad, librándole del error y de la ignorancia,porque le enseña a conocer su propia naturaleza superior como una fuerza inteligente en eluniverso. La Sabiduría es la Voluntad divina, cuya realización consiste en el llegar a ser.“Hágase tu voluntad”, significa en otros términos, “Déjanos llegar al Conocimiento”; yesto, nadie nos lo impide, sino nosotros mismos. Conocer exactamente las relaciones de lascosas en el mundo externo, es ciencia; pero no es sabiduría. La ciencia o el saber consisteen las apariencias transitorias; la Sabiduría es el conocimiento de la Verdad eterna einmutable. Sin este conocimiento, la ciencia es un fragmento; no es verdadera sino cuandola base de su saber es el conocimiento de la Realidad una y eterna.
Por la revelación de la Verdad en nosotros, nace la Sabiduría que es la fuerza por lacual el universo es lo que se manifiesta, porque si éste no tuviera un fundamento real, noexistiría de ningún modo.
Muchos filósofos afirman que el universo existe tan sólo en su concepción; pero miconcepción no cambia en nada la existencia del universo del cual, no conozco nada, sino loque entra en mi concepción, aunque la Realidad está allí, sea que yo me forme un conceptode Ella o no.
Lo que percibimos corporalmente, no es por supuesto más que una apariencia; perodetrás de ella está la realidad, de otro modo no existiría. La Verdad es la Luz, y las formaslas sombras. La Verdad es la Vida, y las formas un medio de manifestación. Por elconocimiento de la Verdad, el cual es la Sabiduría, nace del hombre animal perecedero unHombre divino, inmortal. Pero esto no se efectúa por la teoría, sino con el manifestarse ennosotros la Luz del Conocimiento por la acción. El universo es la “concepción” del Espíritudivino, y este Espíritu soy yo. Pero mientras no me lo reconozca en mí y tan sólo meimagino serlo entonces no es mi propio ser, mi “yo” nada, sino una ilusión pasajera.Escrito de Franz Hartmann Vía: Bodha Espiritual (Fcbk)