Hace rato que dejó de fantasear goles en sus siestas cotidianas. Ahí, en su piso lujoso del barrio de Pedralbes, Messi apoya la cabeza en la almohada y cavila sobre otras cuestiones de su vida diaria. Claro, la Pulga sueña goles sobre el tablero verde y los cristaliza en tiempo vertiginoso. Esta vez, el crack de Barcelona gritó por triplicado contra Ajax, en el estreno de la Champions League. Fue el 27º hat trick en su currículum exitoso y el segundo de este año, tras aquel que firmó ante Valencia. Otra vez, Messi abrió sus vitrinas y le hizo espacio a una pelota. Ahora bien, ¿cuándo empezó esta sana costumbre goleadora? Ocurrió el 10 de marzo de 2007, en una lección de honor contra Real Madrid. Leo gritó por uno, por dos y por tres sobre el cierre del juego. Delirio de unos 98 mil hinchas en el cemento del Camp Nou. Y la certeza total de aquellas palabras pronunciadas por Frank Rijkaard, su DT en aquellos días: “No importa que juegue delante de 10 espectadores o de 100 mil. Messi siempre es el mismo, tiene la misma seguridad y las mismas ganas de ganar. Es el chico que dice: ‘Dame el balón que quiero jugar, quiero inventar, quiero demostrar mi talento’”.