Con una hábil estratagema comercial, la multinacional United Biscuits (UB) le ha puesto la marca Fontaneda a los envases de sus Digestive británicas, mientras pretende vender la fábrica de Aguilar de Campoo a Galletera Gullón.
Si consigue su objetivo, se libra de elaborar la fórmula de Fontaneda, cuyo consumo iba declinando porque su cereal es sumamente refinado, quizás empalagoso para el consumidor actual; a la vez, conserva para sí la entrañable marca y la aplica unas galletas integrales de consumo creciente: UB da así una magnífica lección de técnicas comerciales, aunque poco humanas para los trabajadores de Aguilar de Campoo.
En España, pues, las Fontaneda-Digestive competirán con su antigua fórmula, pero también con la invasión de otras galletas de la misma UB, como las McVities, Oreos, Go-Ahead!, BN, Chips Ahoy!, Delacre, Filipinos, Verkade, Sultana, Hula Hoops y McCoys.
Los sindicatos de Fontaneda protestan, pero se enfrentan a un poderosísimo imperio: desde hace dos años UB pertenece al consorcio Finalrealm y Nabisco Holdings, que aparte de las marcas anteriores, es propietario de Kraft, Milka, Philadelphia, Jacobs, Oscar Mayer, otras 16 marcas de galletas, famosas chocolatinas y productos infantiles, además del conglomerado de Philip Morris con 18 marcas de tabacos y 50 tipos de cerveza.
Los consumidores de la antigua Fontaneda tendrán que cambiar de marca para seguir saboreando el sabor tradicional de sus galletas, que recuerdan a una lejana España con poca oferta, aunque fueran una exquisitez en aquellos años pobres.