Esta película (1986), la última de su director, se considera una de las grandes obras maestras de la historia del séptimo arte. El gran Andrei Tarkovski legó con esta y el resto de su filmografìa, una de las más origininales propuestas fílmicas. Hizo del cine ruso de nuevo, un ejemplo de buen cine. Meses después de terminada, moriría de cáncer a los 54 años. Andrei Rubliov; El Espejo, La Infancia de Iván y Solaris son otras de sus obras. Su trabajo estético se basó en gran parte en el legado del gran teórico y director soviético Sergei Eisentein. El montaje soberano como camino para la perfección daba primacía a la post producción , a la edición como la parte más importante en el proceso de un film. Tarkovski utilizó el método aprovechando su experiencia y genialidad para entregar al mundo una obra que sobrepasa fronteras, épocas y culturas.Corrían los años 80 y se acercaba la perestroika y la caída del régimen soviético, su cine contiene en gran parte esa transición existencialista de un mundo que no funciona y en el que no hay fórmulas exitosas. Referencias a Nietszche y a la crisis de la sociedad son el sustento de este actor que se retira del mundanal ruido mientras comparte en el campo con su nieto. Como dice uno de sus personajes el secreto de la felicidad es no esperar mucho del mundo, no tener grandes expectativas. La esperanza es la gran tragedia del ser humano porque se pasa la vida buscando obtener, o ser, eso que se anhela y de repente, zas!, llega la muerte. Y entonces, otro de los grandes temores: morir. Ghandi y el silencio, Hamlet y el rechazo por la charlatanería, el temor al fracaso. Alexander (el gran actor sueco Erland Josephson recientemente fallecido) es la conciencia de todos los hombres, es muy seguramente, su alter ego justo en el tiempo en el que se sabe que queda poco tiempo.Esta, para muchos críticos es su gran obra y técnicamente es un ejemplo de lenguaje cinematográfico. La cámara se mueve en largos planos de arriba a abajo y de un lado al otro. Se acerca el fin para todos... El Dios de cada quien parece ser la única respuesta. Cine místico sin ceremonias ni rituales.