Esmeralda García Ramírez
En nombre de la libertad, de la democracia y de un Dios, se han cometido los peores crímenes contra la humanidad, bajo métodos nefastos como “ayudas humanitarias”, “intervenciones militares”, bloqueos económicos contra pueblos que quieren torcerle el brazo, guerras psicológicas, ataques con armas químicas, falsos positivos, pago de mercenarios, golpes de Estado, pago a grupos extremistas de derecha para desestabilizar gobiernos e imposiciones dogmáticas a través de religiones para tener subyugado a los pueblos. La ultraderecha venezolana ha transformado el concepto de democracia de una forma ambigua y manipulable, ha creado poderes paralelos en el exterior, pero crear un Tribunal Supremo de Justicia fuera, apoyar a Luisa Ortega como Fiscal y a Antonio Ledezma como presidente de Venezuela es una gran osadía, una de las peores perogrulladas hechas a nuestra Carta Magna. Es un hecho sin precedentes en nuestra historia republicana. Las acciones de la derecha son tan incoherentes que no se puede explicar cómo a través de la Asamblea Nacional aprueban un antejuicio de mérito a un presidente (Nicolás Maduro), solicitado por el TSJ y la Fiscal en el exilio, acción ésta que no está en la constitución. Ante tal confusión que generan, vale la pena preguntarse ¿si Maduro ya no es el presidente, por qué solicitan un antejuicio de mérito? Si el antejuicio es contra Maduro significa que lo reconocen como presidente, pero entonces ¿qué o a quién representa Ledezma si supuestamente es el presidente? Si la Asamblea Nacional está en desacato deberían nombrar una AN en el exilio para que todos los diputados de la derecha sesionen en otro país y formen parte de esa lista de venezolanos que han emigrado. Así las cosas, el presidente Maduro podría gobernar libremente; todos los poderes en el exilio gobiernan desde Miami, reciben los salarios en dólares, se arrodillan ante Trump y los venezolanos seríamos en realidad libres de la peor especie humana que le ha tocado a nuestro país, sería la verdadera limpieza energética que nos haría falta.
Como esto último forma parte de mi imaginación vuelvo a pisar firme, es solo una quimera, ya que los intereses de la oposición van mucho más allá, vender o entregar nuestra patria es solo la punta del iceberg. Dolarizar la economía es uno de los propósitos de la derecha y del candidato Falcón. En este sentido, uno de sus proyectos es el de elevar el salario a $75 equivalente al dólar paralelo. Lo que no ha explicado Falcón es cómo le va a hacer si ellos han estimado la canasta alimentaria en más de Bs. 52MM. Si el dólar negro lo calculamos con base a un valor de Bs. 700.000, ese salario de $75 se esfumaría, aún faltaría para cubrirla. Los pagos de alquileres de inmuebles, los pagos de guarderías, de colegios e institutos privados, los productos de higiene y aseo, los productos farmacéuticos e insumos médicos, gastos médicos, vestidos y calzados, líneas blanca y marrón, artefactos eléctricos, repuestos para vehículos, entre otros rubros, no alcanzarían para cubrir los mismos y son necesarios en la vida del venezolano; es decir, que la entrada y salida hacia la frontera no cesarían para buscar estos productos. Pero, además, los precios de todos estos bienes seguirían aumentando, pero a la tasa de ese dólar, lo cual dispararía más la inflación, de inducida pasaría a ser una hiperinflación sin retorno y el quiebre total de nuestra economía. Es verdaderamente un engaño esta oferta de Falcón. Si bien la crisis económica ha agravado el acceso a los bienes, servicios y ha generado un ambiente de pesimismo, de desesperanza en los venezolanos, hay que reconocer que las políticas de acceso a derechos elementales no han dejado de existir. Aún hay mujeres colombianas que vienen a parir a Venezuela porque el Estado colombiano no le garantiza un parto con las mínimas condiciones posibles, mientras que hoy en el país hablamos y se practica el parto humanizado. Las críticas a los combos de alimentos CLAP concebida por la derecha como un acto populista, se la copió Donald Trump. La tarjeta “carnet de la patria” que ha sido para medir la necesidad de los venezolanos y cubrir las mismas de manera directa es emulada en el plan de gobierno de Falcón, con otro nombre; sin embargo engañan al mundo diciendo que aquí no hay democracia plena. Existen desatinos en el actual sistema, pero los logros en materia de ampliación de derechos son un hecho, y esto solo era posible en revolución.
El salario de Julio Borges y de toda su comitiva es distinto, deriva de los guisos que han hecho a costilla del dinero de los venezolanos. También son financiados directamente por el imperialismo norteamericano, por toda la derecha internacional y las transnacionales para derrocar al dictador de Maduro. Muchos viajes, dinero de procedencia dudosa, mansiones, propiedades, empresas, son parte de los premios recibidos por Borges, por sus amigos injerencistas extranjeros, solo por pedir bloqueos, sanciones económicas, ayuda humanitaria e intervención gringa al estilo Siria para Venezuela, por supuesto todo en nombre de la libertad y de la democracia. El falso positivo que creó Mike Pence (vice presidente de EE.UU.), para justificar la más reciente financiación es “un apoyo a la oposición venezolana para ver la libertad nuevamente y que se ponga fin a la crisis humanitaria”. Vale una pregunta ¿cuánto costará esta ayudita a todos los venezolanos? No nos van a colocar un muro como en México; pero esta financiación no es gratis, los costos lo pagaremos los venezolanos —es más ya lo estamos pagando—, no con una pared fronteriza, sino la sufriremos con más sanciones, más bloqueos y a la puerta de una “ayuda humanitaria” para tumbar a Maduro, imponer un presidente para luego pactar con el FMI y el Banco Mundial, privatizando nuestras empresas básicas, destruyendo los logros sociales y los objetivos alcanzados en materia de derechos humanos. Las riquezas y reservas más importantes del mundo están en Venezuela, son el apetito del imperio, ahora se suma la Unión Europea y los países vecinos que se les agota sus reservas petroleras. Haber resistido durante más de 18 años de estos asedios es un prurito que molesta demasiado a la narrativa hegemónica, por eso juegan la otra carta bajo la manga: intervenir Venezuela por ser un gobierno dictatorial, a través de sistémicas agresiones económicas, mediáticas y diplomáticas. El salario que ofrece Falcón y el que recibe Borges y sus acompañantes apátridas es la paga por ese entreguismo. A esa minoría no le importa el alza de los precios, porque son parte de ese complot. Los venezolanos debemos analizar esta situación, tener mucha formación de consciencia revolucionaria para enfrentar y vencer esta crisis. Así mismo debemos exigir a la ANC, al poder Moral y al TSJ que tomen las medidas necesarias para frenar esta ola de desajustes, de descontroles, de fueros para algunos, de desmanes contra la población a la que han sometido los empresarios, las grandes industrias del país, los bachaqueros, la banca pública y privada, la guardia nacional, la SUNDDE (el órgano más ineficiente del país), a los venezolanos. El ahora es hoy para profundizar esta revolución, sino preparémonos para ver pronto un gobierno de derecha en Venezuela dirigido desde el Norte y nosotros los chavistas que impulsaremos el nuevo éxodo del país, porque para ellos como en la IV República no tenemos cabida.
(*)
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Licenciada en Administración
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