Pedro Sánchez, abrumado porque las encuestas le son adversas y anticipan una dolorosa derrota electoral de la izquierda que él mismo ha arruinado, se dispone a salir a las calles para volver a mentir con fruición y con la esperanza de convencer a los votantes de que el sanchismo es bueno para España. Pero sus mentiras tendrán ahora un adversario terrible, que cuando da la cara es invencible: la realidad. Los españoles, desde que están gobernados por el cóctel diabólico que pilota Pedro Sánchez, son más pobres, tienen menos libertades y derechos y han perdido ilusión, alegría y esperanza a raudales. Contra esa realidad funesta, ni siquiera un tipo tan hábil mintiendo como Sánchez podrá cosechar éxitos y es probable que en decenas de ciudades sea recibido con pitos y abucheos. ---
Bajo Sánchez, España ha retrocedido en todos los ámbitos: en la economía, en la cohesión, en la convivencia, en la justicia, en la prosperidad, en el prestigio y en la decencia. La corrupción se ha disparado y ha trascendido las fronteras del simple robo de dinero público para hacerse presente en las mentiras diarias del gobierno, en las promesas incumplidas, en el despedazamiento de España, en el asesinato de la democracia, en el acoso a las libertades y derechos, el apaleamiento de la sociedad civil y las clases medias, el ataque a las empresas y en otros muchos aspectos de la vida, haciendo de España un país en decadencia acelerada y en proceso de suicidio.
Sin embargo, a pesar de la dura realidad de que España retrocede en lugar de avanzar, se empobrece bajo el sanchismo y pierde peso en el mundo, Sánchez confía en que sus mentiras y engaños cambien el rechazo masivo a su gobierno por votos en las próximas elecciones.
Para apoyar esa campaña aprobará medidas populistas y populares, como la subida del salario mínimo, la reducción del IVA del gas y otras, mientras por detrás, sin publicidad y de manera oscura, crea nuevos impuestos que compensen su codicia y mantengan al sanchismo en el lujo y la abundancia, mientras el resto del país se empobrece.
Incapaz de entender que es un fracasado al que ya solo votan sus clientes subvencionados, inmigrantes ilegales con DNI, fanáticos, nacionalistas rebosantes de odio a España y delincuentes, el presidente del Gobierno ha anunciado que llevará a cabo una treintena de actos de aquí a final de año en aras de explicar qué ha hecho el Gobierno para paliar la crisis, cuáles son sus propuestas políticas para el futuro y también recuperar el contacto directo con la ciudadanía.
A pesar de que la Moncloa está tomando todo tipo de precauciones, esa campaña corre el riesgo de volversele en contra si el pueblo decide abuchear y pitar al tipo que arruina a España, pone de rodillas a sus ciudadanos y acaba con la esperanza, la ilusión y la alegría de la nación.
El primer acto de la campaña de propaganda tendrá lugar en Sevilla, donde se encontrará con Juan Espadas, responsable máximo del socialismo andaluz, el único dirigente socialista que se ha acordado del "Código Ético" del partido y se ha negado a firmar la petición de indulto para el condenado por corrupto José Antonio Griñán, todo un desafío que deja a Sánchez desnudo frente a la ética y la decencia.
Es tanto el miedo que tienen los sanchistas a los abucheos y protestas de los ciudadanos que los actos serán cerrados, con público afín controlado, con una seguridad ostentosa y con un diseño especial para que luzca en las televisiones bajo control del gobierno, que les darán una amplia cobertura.
Francisco Rubiales