El Santo Niño Mueve Corazones. 30 de abril.
La Infancia de Cristo es una de las devociones más extendidas entre los fieles, pero en el México de la primera mitad del siglo XX se volvió una de las más populares creando advocaciones diferentes, basándose en la necesidades de los devotos, o la espiritualidad de los institutos religiosos que las difundían. De esta manera, no se hace raro escuchar nombres como: El Santo Niño Limosnerito, Niño Doctor, de la Azucena, etc.Una de esas imágenes de Cristo Niño basado en la espiritualidad de un instituto religioso, es el Santo Niño Mueve Corazones que se venera en el Santuario de Nuestra Señora de Loreto, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En 1909, llega a México la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María y de la Adoración Perpetua al Santísimo Sacramento del Altar, o Misioneros de Picpus. Al poco tiempo de su llegada a la capital del país, el 15 de junio del mismo año, el Arzobispado de México les entregó el Santuario de Loreto donde desplegarán su apostolado, dado que la zona es de un aspecto popular. Los Padres de los Sagrados Corazones se harán querer por todo el vecindario, además que eran conocidos por ser excelentes guías espirituales; su fama hará que la más alta sociedad de la época se convierta en sus benefactores, que se tradujo en obras votivas que adornaran su Iglesia, siendo una de las más activas y concurridas en la ciudad.
Después de los tormentosos años de la Persecución Cristera, en la cual, el México católico acentuó con mayor interés el culto al Sagrado Corazón de Jesús, los padres misioneros de Loreto idearon poner una imagen de Cristo en su inocencia infantil que reflejara esa piedad sacrocorde tan propia de su familia religiosa, a la veneración pública, invitando a la conversión de los fieles. Será un sacerdote de la comunidad, de origen español, que en 1935 contratará a Nicolás Vidargas e hijos, escultores de origen guanajuatense, recién llegados a la ciudad, la hechura de la imagen que tenían en mente.
Hay una pía leyenda dice, que el mismo Niño Jesús se le apareció al escultor para que hiciera bien la imagen, prometiéndole, que no podrían hacer réplicas igual de bellas que la original. Y en efecto ninguna réplica es tan bella como Él. Es este relato poético el que le dio fama, pues muchos expertos aseguran que los artistas que han intentado reproducir la imagen no tienen problema alguno al esculpir el cuerpo, pero cuando llega el momento de reproducir su rostro se dan cuenta de por más que lo intentan no pueden hacerlo. Lo cierto es que los Vidargas eran unos excelentes escultores y uno de ellos, que le ofrecieron hacer imágenes para unos hacendados, respondió: "¿cómo voy a tallar una imagen para que vaya a estar de adorno en la casa de algún rico?, no hago esas cosas, hago imágenes para las iglesias, para que la gente vaya a rezarles". Tal era su piedad que se tradujo en las magníficas tallas religiosas que salieron de sus manos, motivando la devoción entre los fieles.
Para la imagen del Niño Mueve Corazones, es incierto en qué fuente gráfica se basó para modelar la talla según la idea de los religiosos, algunos suponen, dado las características de la escultura, se inspiraron en la imagen del Niño Jesús que tiene la Virgen, en la pintura de Nuestra Señora de la Luz de León, pues los Vidargas eran originarios de esa ciudad. Los religiosos al ver la escultura en el taller quedaron paralizados y lo único que se pudo decir mientras contemplaban la imagen, fue: “en efecto, mueve corazones” y así fue llamado en adelante porque se dice, que quien miraba su rostro se enamoraba de él, al punto de dejar sus pecados. La imagen fue entronizada en el Santuario de Loreto en 1936, ubicándose en la antigua Capilla de la Santa Casa, hoy del Señor del Trabajo. Es gracias al Padre Eduardo Lozano que en el año 2004, la imagen es llevada a una capilla lobular a lado del presbiterio del templo, donde ha recibido constante veneración por parte de los fieles. Estaba en un nicho que fue el expositor de madera que pertenecía al vecino templo de Santa Teresa la Nueva y sustituido por otro de cristal y hierro.
Desde su llegada, a la imagen se le atribuyeron fenómenos milagrosos y extraordinarios, uno de ellos fue el convertir a un pecador empedernido. De ahí que se le invoque como instrumento de conversión. Otro de los milagros más famosos, sin duda alguna, fue el caso de una mujer que no podía tener hijos y deseaba con toda su alma que Dios le concediera la dicha de ser madre, y para esto consultó a una infinidad de especialistas en la materia, sin obtener resultado alguno. Después de agotar todas las alternativas disponibles, acudió al Santo Niño Mueve Corazones invocándolo con mucha fe y devoción le concediera la bendición de la maternidad, lo que sucedió al poco tiempo, quedando encinta, pero como era una mujer madura, su embarazo era de alto riesgo, y para que este llegara a feliz término, le pidió al Niño la cuidara en todo momento y su bebé naciera sano. Pasó el tiempo y la criatura nació, y en agradecimiento de todas bendiciones dadas, la feliz madre acudió al Templo de Loreto, donde se encontraba la milagrosa imagen para que su hijita diera los primeros pasos ante los ojos del Santo Niño Mueve Corazones. El hecho lo hizo protector de embarazos y de los niños, especialmente de niños enfermos de leucemia.
Durante el año, los devotos entre los que se encuentran muchos padres de familia, ofrecen a manera de exvotos, infinidad de juguetes y dulces. No falta entre ellos quien también deja fotografías de sus hijos ya sean convalecientes o difuntos. Su fiesta se celebra el día 30 de abril y el domingo siguiente, donde se hace una solemne misa y se reparte a los niños los juguetes que ha recaudado la imagen a lo largo del año.
El culto por esta imagen del Niño Jesús, ha llegado a lugares tan distantes como Monterrey, Jalisco, Hidalgo, Oaxaca, Puebla y la Península de Yucatán, gracias a los singulares prodigios obtenidos a los fieles que han acudido a Él. En el Barrio de Tlaxcala de la ciudad de San Luis Potosí, en la Calle Eje Vial, posee un nicho con una fotografía antigua, es venerado con sencillez por los más desfavorecidos, (prostitutas, drogadictos, inmigrantes y limosneros). Los devotos del vecino Estado de México, le han erigido un Santuario en la comunidad La Joya, Villa de Guerrero, cuya festividad es una de las más grandes en la zona.
La Imagen.
El Santo Niño Mueve Corazones, como lo hemos mencionado anteriormente, posiblemente está inspirado en la Imagen de la Madre Santísima de la Luz que se venera en la Ciudad de León, Guanajuato, teniendo en cuenta que ambas devociones tiene como objetivo principal, lograr la conversión, usando el mismo símbolo iconográfico del corazón como alegoría del pasaje de la Escritura: "Yo les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que anden en mis estatutos, guarden mis ordenanzas y los cumplan. Entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios" Ezequiel 11,19.
Katia Perdigón Castañeda en su libro “Mi Niño Dios”, nos describe la imagen: "representa a Jesús Infante con rasgos europeos, tez rosada, ojos entreabiertos de color café, cejas marcadas, nariz recta, mejillas regordetas, boca cerrada que muestra una ligera sonrisa. Se encuentra erguido sobre una peana, con una pierna ligeramente adelantada y la rodilla izquierda semiflexionada. Integrada a la talla de la vestimenta, la cual consta de un vestido blanco con diseños en rosa, puños, cuellos y orilla con motivos dorados, la mano derecha muestra un corazón y con la izquierda detiene el vestido y porta un pañuelo azul con cuatro corazones. Sobre la cabeza con cabello ondulado café, tiene una aureola metálica".
La Virgen de la Luz.
La misma autora nos sugiere el significado de sus elementos iconográficos: "Es probable que se trate de una alegoría cercana al Sagrado Corazón de Jesús… y que los cinco corazones representan las cinco llagas que obtuvo Jesucristo en manos pies y costado, mientras que el pañuelo azul posiblemente se relaciona con la bondad y el agua del bautismo. Desde el punto de vista técnico es una escultura bien lograda, a pesar de su pequeñez. La naturalidad de su expresión ha hecho pensar a los devotos “que está vivo y solo le falta hablar”. Como imagen religiosa es bellísima, además que desde el primer momento a la vista, invita a la oración y a la ternura, pues tiene muy bien ganado su nombre: Mueve corazones. Además, es la imagen de mayor culto después de la Santa Patrona, la Virgen de Loreto".Tras el sismo que sufrió la Ciudad de México en septiembre de 2017, y que dañó considerablemente al Santuario de Loreto, el Párroco Felipe Rodríguez López con la autorización de las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia trasladó solemnemente las imágenes de Nuestra Señora de Loreto y el Santo Niño Mueve Corazones al vecino templo de Santa Teresa la Nueva, al año siguiente del temblor. Fue devuelto el antiguo expositor a su lugar original en el altar mayor y ahí se depositó la imagen del Santo Niño donde sigue recibiendo a los devotos.
Tacho Juárez Herrera.
A 30 de abril además se recuerda a:
San Quirino de Neuss,
tribuno mártir.
San José B. Cottolengo
presbítero fundador.
Santa María Guyart,
viuda y ursulina.