El secreto. Atrévete a soñar; Imaginación vacía

Por Beatriz Ayllón.

"El secreto. Atrévete a soñar" cuenta la historia de Miranda Wells , una mujer viuda, madre de tres hijos, que, agobiada por las deudas que arrastra desde hace años y los destrozos que un terrible huracán provocan en su casa, acepta la ayuda de un desconocido llamado Bray Johnson, que tiene una filosofía de vida muy diferente a la suya. Bray no se encuentra por casualidad con Miranda: trae un sobre en cuyo interior hay una información secreta que les conecta. El secreto. Atrévete a soñar; Imaginación vacía La película está basada en el best seller de enorme éxito El secreto, de Rhonda Byrne, un texto de autoayuda que gira en torno a la ley de la atracción, que, viene a ser algo así, en resumen, que si lo visualizas, sucederá. O lo que es lo mismo, si traduces tus deseos en imágenes el universo te los cumplirá. ¿Y por qué? Pues porque los pensamientos son magnéticos, y al enviar las ondas de manera correcta, es decir, positiva, el universo sale al encuentro de ellas para recompensarte. El secreto. Atrévete a soñar; Imaginación vacía
Miranda Wells (Katie Holmes, que es lo único que se salva de la película) lo tiene claro: si algo puede salir mal, saldrá mal. Su personaje se encarga de repetir este mensaje de manera machacona para dejar claro que, obviamente, si adopta la filosofía de ese señor desconocido que ha aparecido de la nada, al que sus hijos admiran y adoran porque no es un amargado como ella, su vida va a cambiar. El desconocido, Bray Johnson (Josh Lucas), siempre tiene la frase perfecta no solo para subir el ánimo, sino para dar la clave que cambiará la vida de los hijos de Miranda, de la recepcionista del hotel, de cualquiera que pase por ahí. Su aspecto, su sonrisa, su humildad le representan como el hombre perfecto que, además, contrasta con la pareja de Miranda, Tucker (Jerry O'Connell), que no le gusta mucho, ni a ella ni a sus hijos. Un pan sin sal, vamos. El secreto. Atrévete a soñar; Imaginación vacía Sí, si la estás viendo tienes curiosidad por saber qué pone en el sobre, cuál es ese secreto. Y sí, resulta obvio que va a contener el remedio a las preocupaciones de la protagonista, pero la película no es coherente ni con su propio enunciado: si que te vaya bien depende de ti, si eres tú el que tienes que grabarte el mantra “Pregunta, cree, recibe”, ¿por qué son otros los que le solucionan los problemas a Miranda Wells? Es más, esos otros no son uno, ni dos, sino tres hombres. El resumen debería ser: damisela en apuros resurge gracias al rescate de tres caballeros.

Los papeles están interpretados por actores que, sin llegar a mediocres, tampoco es que tengan la oportunidad de destacar con la dirección que han recibido. Hay un evento en concreto que resulta especialmente tramposo: el guionista pretende hacer creer al espectador de una manera burda que la naturaleza de la relación de unos personajes es completamente distinta de la que finalmente es. El secreto. Atrévete a soñar; Imaginación vacía

El secreto. Atrévete a soñar; Imaginación vacía

Como película de tarde El secreto está bien. Incluye el pack completo: personajes planos y previsibles, argumento simple, trampas de guion sin justificar y momentos sensibleros colocados como un pegote.