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‘El secreto de la producción es organizarse bien y calcular mucho todos los tiempos’ - Crónica de la master class Madrid Premiere Week con el equipo de la película 'La isla mínima'

Publicado el 09 diciembre 2014 por Escuela Tai @escuelatai
‘El secreto de la producción es organizarse bien y calcular mucho todos los tiempos’ - Crónica de la master class Madrid Premiere Week con el equipo de la película 'La isla mínima'

La Escuela Universitaria TAI tuvo la suerte de contar con representantes de lujo del equipo de La Isla Mínima, en el marco de master classes de MADRID PREMIERE WEEK; Pepe Domínguez, director de arte; Manuela Ocón, directora de producción; Raúl Arévalo, actor protagonista y Alberto Rodríguez, director y coguionista de la película. Éste es su sexto largometraje después de títulos como '7 vírgenes' o 'Grupo 7′.

Por segundo año consecutivo la Escuela TAI colabora con MADRID PREMIERE WEEK para traer lo mejor de la industria al Campus. TAI apoya con su participación a los profesionales del cine y sirve de puente entre el sector y los futuros actores, directores y creativos del audiovisual.

Alberto comenzó introduciendo el origen de la película. Contaba que el proyecto surgió en una exposición de fotografías de Atin Aya a la que acudió con Álex Catalán, director de fotografía de la película. La exposición recoge 12 años de trabajo de documentación de este fotógrafo recorriéndose la marisma del Guadalquivir. Ambos quedaron fascinados con los paisajes mostrados y los retratos de las personas que habitan la marisma, una región que estuvo muy colonizada hasta que llegó la mecanización del campo y prácticamente se vació por completo. Los pocos habitantes que han permanecido allí quedaron como anclados en un tiempo pasado, inamovibles. Lo que más les sorprendió de la muestra es que son fotografías de los 90 que por el carácter de lo retratado parecen de los 70.

Muchas de estas fotos pasaron a su carpeta de referencias. El sistema que Alberto y todo el equipo utiliza para ir recopilando referentes que puedan servir de inspiración a lo largo del proceso de elaboración de la película. La capucha del cazador o el economato vienen de imágenes encontradas en fotografías de la exposición.

'Como equipo se entienden muy bien porque llevan mucho tiempo trabajando juntos, prácticamente desde el primer corto que hizo Alberto'

La exposición aportó el lugar y la visualización de dos documentales desarrollados en la transición: 'Atado y bien atado' y 'No se os puede dejar solos', situó la historia en el tiempo, los años 80. Son documentales sobre la transición, rodados en la transición, que recogen testimonios de gente, opiniones a pie de calle. El personaje de Raúl Arévalo está de hecho inspirado en un hombre que aparece en uno de los documentales, que como él dice, hasta hablaban distinto a como se habla ahora. Los años 80 estuvieron caracterizados por problemas que también fueron protagonistas en el 2012. Crisis y recesión económica, problemas en torno a cuestiones de territorialidad, aborto...

A partir de entonces se empieza a elaborar el guion, a dar forma a la película y entra en juego producción. Explican que como equipo se entienden muy bien porque llevan mucho tiempo trabajando juntos, prácticamente desde el primer corto que hizo Alberto. El secreto de la producción es organizarse bien y calcular mucho todos los tiempos, es lo único que permitirá poder reaccionar frente a imprevistos como fue el cambio que tuvieron que hacer al inicio del rodaje en el calendario. Se iba a comenzar a rodar en octubre pero hubo que adelantarlo porque iban a recoger el arroz y se quedaban sin paisaje. La solución fue adelantar el rodaje de todas las partes que tenían arroz, parar para acabar de preparar el resto, y luego volver a terminar de rodar lo que quedaba de película.

Otra momento importante de entendimiento del equipo fue la escena de la persecución nocturna. El coche se perdía según avanzaba por ese camino tan complicado. Entonces se decidió utilizar el recurso del polvo levantado por el automóvil a imitación de la tinta de calamar. Gracias a la nube de polvo se veía el coche que si no se iba perdiendo en el horizonte. Esta idea vino a partir de una grabación que Alberto había realizado con el móvil los primeros días de aproximación al entorno. Son recursos que se van guardando en la cabeza y que hay que saber recuperar cuando aparecen los problemas.

'Trabajar sobre todas esas localizaciones abandonadas, muchas casi derruidas. Es un trabajo de búsqueda importantísimo, si hay un 'caminito' allá lejos tienes que llegar a él y llegar hasta el final porque igual al otro extremo está el lugar perfecto'

La diferencia es que aquella grabación era en verano y de día, el polvo salía fácil. La escena se rodó en invierno y de noche, con el rocío y el frío el polvo no sale. Es entonces cuando entran en juego producción, los especialistas y los efectos especiales. Todos ayudan a que la idea sea posible. Apunta Pepe, director de arte, lo importante que es aceptar el proyecto común y no tratar de montarte tu propia película. Cuando él entra en juego ya hay un guión, una historia y el director tiene una idea concreta de como contarla.

Explica cómo es trabajar sobre todas esas localizaciones abandonadas, muchas casi derruidas. Es un trabajo de búsqueda importantísimo, si hay un 'caminito' allá lejos tienes que llegar a él y llegar hasta el final porque igual al otro extremo está el lugar perfecto. Se aprovechan multitud de elementos que van apareciendo durante el proceso.

'El mayor inconveniente fue la lluvia que hizo tener que parar el rodaje en varias ocasiones'

En cuanto a los planos cenitales, utilizados como pausa dramática para vincular al espectador al lugar y como forma de sacar partido al increíble escenario, cuenta Alberto que vienen también inspirados de otro fotógrafo, Héctor Garrido. Un fotógrafo del CSIC que trabajó sobre fractales, formas de la naturaleza, en Doñana. También tenía esas fotos en carpetas de referencias.

Para todos el mayor reto fue la logística. Alberto llegó a producción diciendo que era una película muy fácil, pero fue muy dura. Contaban con un tiempo muy limitado y había que realizar grandes desplazamientos por las características del entorno. En concreto, el mayor inconveniente fue la lluvia que hizo tener que parar el rodaje en varias ocasiones. Fue una película muy complicada, pero eso hacía que el equipo estuviese más unido pues se pasaba mal juntos. En eso también influyó el hecho de rodar 'fuera de casa' y convivir todo el equipo todas las semanas de rodaje.

Raúl cuenta algo que Antonio Banderas le dijo una vez, que lo que más recordaría de cada película es el valor humano del equipo, más allá de los premios o el éxito. Y esta película dice Raúl, es una película de gran valor humano, y si no hubiese sido por eso no habría sido posible.

La conversación fue cerrada con un consejo de Alberto:

'Las películas hay que hacerlas entre todos. No pueden desvincularse los equipos, deben remar todos en la misma dirección, por ello es muy importante transmitir muy bien lo que se tiene en la cabeza'.

Por María Buey, alumna del Área de Cinematografía y TV

‘El secreto de la producción es organizarse bien y calcular mucho todos los tiempos’ - Crónica de la master class Madrid Premiere Week con el equipo de la película 'La isla mínima'

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