Título Original: The Life she was Given
Autor: Ellen Marie Wiseman
Editorial: Bóveda
Traducción: Mado Martínez,
Edición: 1ª Edición: 2018
ISBN: 9788416691746
Tapa: Blanda
Nº de páginas: 447
Sinopsis:
Julio de 1931. Lilly (9 años) vive encerrada desde que nació en el desván de su casa, Blackwood Manor, una propiedad rural dedicada a la cría de caballos. Su madre le ha inculcado que es un monstruo, y que ese encierro es una manera de protegerla. La madre, que se dice temerosa de Dios, sólo le permite una ocupación: leer la Biblia. Una vez por semana Lilly recibe la visita de su padre, que, a escondidas, le ha enseñado a leer, le lleva libros y hasta le ha regalado un gatito. Durante un viaje del padre, una noche la madre saca a Lilly y la vende a un circo; al padre le dirá que se escapó y que no sabe dónde está. Lilly, aterrada, se siente culpable: debe de ser muy mala para que su madre la castigue así. El comprador, Merrick, ahora su tutor legal, le repite que a partir de ahora su casa es el circo y que no le servirá de nada intentar escaparse: la gente, espantada al verla, la matará. Entre maltratos continuos, la deja al cuidado de su amante, Glory, la única compañía afectuosa de Lilly durante el durísimo proceso de doma a que la somete Merrick, que la destina a la sección de los fenómenos. Cada vez que Lilly se rebela, amenaza con llevarla a otra sección donde las mujeres se desnudan para los hombres, o a otra peor: el burdel.
Opinión:
No me gustan las sagas familiares, esas novelas en las que se entrelazan las historias, ambientadas en distintos años, de varios miembros de una misma familia. Por motivos que desconozco, la tendencia es que todos los personajes sean mujeres, y que las que son más cercanas a nosotros en el tiempo investiguen las trágicas vidas de sus antepasadas. En su momento, me gustó mucho El jardín olvidado, de Kate Morton, pero tengo pendiente releerlo algún día, porque no estoy segura de si en la actualidad me gustaría.
Mi problema con estas historias es que me sobran tramas, en concreto, la del presente. Mientras que en la trama del pasado se desarrolla bien al personaje principal y hay drama, la del presente está protagonizada por un personaje que orbita alrededor de sus antepasados, no suele tener personalidad ni motivaciones propias más allá de descubrir sus orígenes y la investigación no es interesante porque ya estás leyendo la historia del pasado. Este libro, no solo se ajusta a esta descripción, sino que la trama del pasado es insulsa y en la del presente no hay investigación.
En mi cabeza, la premisa de este libro era muy distinta. Creía que esta historia iba a estar ambientada en el presente y que la protagonista iba a descubrir que su hermana (que posiblemente acababa de morir) guardaba muchos secretos que se remontaban a diez o veinte años atrás, y que estos tenían que ver con el maltrato. No sé, a veces, mi cabeza cortocircuita y, a falta de historias, se inventa las suyas, porque nada que ver. Aunque tampoco tengo toda la culpa porque, para empezar, en la sinopsis solo se nos menciona a una de las protagonistas, Lilly, e ignora por completo a Julia
De Lilly tengo poco que decir, porque la sinopsis lo cuenta básicamente todo; eso es la mitad de la novela. Es muy difícil hacer spoiler de esta novela porque no hay ningún misterio ni tensión, sino que vamos siguiendo la vida de Lilly en el circo, que es un circo cualquiera de los años treinta, así que no tiene nada de peculiar. Sobre Lilly, podría añadir que a veces es demasiado impulsiva e insensata, pero eso se debe a su juventud. Podría añadir que tiene una gran afinidad con los animales y que en el circo traba amistad con un chico, y con eso os he contado casi toda la novela.Entre las cosas que no me han gustado de Lilly, está el hecho de que, pese a haber permanecido 9 años encerrada en una habitación, no hay un gran choque cuando sale al exterior; y eso que ese podríaser el tema central de la obra. En segundo lugar, su habilidad con los animales no tiene ninguna justificación y parece cosa de magia: no ha estudiado cómo tratarlos y todos, sin importar la especie, la obedecen enseguida.
Como os decía, la trama es bastante insustancial y a mí me ha aburrido soberanamente. Cuando descubrí (al principio) cuál era su enfermedad y que iba a vivir en un circo de fenómenos, sentí interés, pero este decayó enseguida: en el circo están acostumbrados a la gente extraña, así que ignoran su enfermedad y tratan a Lilly como a una persona normal, cuando lo verdaderamente interesante hubiera sido ver cómo Lilly tenía que enfrentarse al rechazo de la sociedad y sobreponerse a él.En cuanto al circo, no lo vemos con demasiada profundidad. Hay una sola escena del espectáculo de fenómenos, que solo sirve para ver cómo la gente corriente les trataba mal. Se menciona que hay mujeres que ejercen de prostitutas, pero no se especifica si tienen voz ni voto ni en qué condiciones trabajan. Los patrones del circo son arrogantes y desprecian a sus trabajadores, pero su crueldad parece reservada a Lilly, porque no vemos que traten mal a ningún otro trabajador, solo a Gloria, y en su caso es porque su pareja es un maltratador, y lo sería aunque no estuviera en el circo.Por supuesto, hay maltrato animal, pero nada demasiado exagerado, porque son parte central del espectáculo y les conviene que estén en buenas condiciones. Se menciona que alguna vez no les dan suficiente agua o les ponen pintura dañina para su piel y por supuesto, usan técnicas agresivas para domarlos, pero era lo propio de los circos de la época, y no se hace suficiente hincapié en todo ello como para ser algo más que una crítica banal. A eso hay que sumarle que no tenemos una visión general, sino centrada en los elefantes, así que parece que solo les maltratan a ellos. Sí que es cierto que el final es bastante salvaje, pero como la novela no construye bien la relación con los elefantes, solo me pareció desagradable.
Y pese a mis quejas, esta es la trama buena. La historia de Lilly, en 1931, se alterna con la de Julia, en 1950. Julia es una joven de 18 años que, a la muerte de su madre, hereda la granja de caballos familiar y la mansión Blackwood, un sitio del que huyó hace un par de años debido al mal ambiente que reinaba en la casa. Me gustan los caserones abandonados y me apetecía descubrir junto a Julia los misterios que esconde la casa, pero lo cierto es que Julia no investiga demasiado (solo rebusca entre los papeles de su padre y descubre el ático). Claude, el encargado de los caballos, ha trabajado todo su vida con la familia Blackwood, así que después de preguntarle un par de veces, Julia obtiene respuestas.
La parte de Julia podría no existir y la novela no cambiaría un ápice porque no tiene una trama y no la conocemos como persona. No hay ninguna tensión ni misterio porque, aunque ella hace sus elucubraciones sobre lo sucedido, nosotros, que seguimos la historia de Lilly, sabemos la verdad, y tampoco es tan terrible. La sinopsis y la propia Julia hacen mucho hincapié en la casa y en la familia Blackwood, en especial la madre, pero Lilly abandona la casa y a su madre al principio de la novela y no conocemos la infancia de Julia allí ni vemos interacciones con su madre que nos muestren cuan terrible era.
En cuanto al negocio de los caballos, Julia, que no había visto uno en su vida, de repente siente fascinación por ellos y una pasión arrebatadora por todo cuanto les concierne, cosa que no está nada justificada. Pese a no tener ni idea del negocio, empieza a tomar decisiones que son positivas para el bienestar de los caballos, pero que no son sostenibles a largo plazo si quiere evitar la quiebra. Entiendo que ha heredado mucho dinero, pero no tanto como para mantener a los caballos sin ganar un centavo, que es lo que decide hacer. La autora lleva demasiado al extremo lo de tratar bien a los animales y no tiene en cuenta las consecuencias de las acciones de sus personajes.
Por último, me gustaría comentar que la edición deja mucho que desear porque hay muchos errores ortográficos frutos de la falta de revisión, así como guiones de diálogo que no están donde toca. Cuando una editorial ahorra en corrección, se nota.
ZONA SPOILER (subrayar para leer)
Hay varias cosas más que me han molestado de esta lectura, más allá de lo ya comentado.
1. El principal giro de guion se sustenta en un engaño narrativo. El título nos habla de las hermanas Blackwood y cuando empieza a descubrir cosas de Lilly, Julia enseguida imagina que era hermana suya. A mí eso me chirriaba desde el capítulo dos, cuando te dicen el año y la edad de Julia: la diferencia de edad es demasiado grande como para que la madre de Lilly sea también madre de Julia. No es imposible, pero sí difícil de creer, y más cuando te enteras más adelante de que la mujer sufrió ocho abortos antes de que naciera Lilly.
2. El romance de Julia con el veterinario no tiene ni pies ni cabeza. A lo largo de la novela, tienen cuatro o cinco escenas juntos, ninguna de ellas romántica y en ningún momento Julia piensa que él sea atractivo o que le atraiga, pero en la última página se besan y empiezan a salir juntos. Y eso no es todo, porque resulta que ella tiene dieciocho y él está en la treintena. No tengo ningún problema con este tipo de relaciones, pero entre ellos hay una diferencia de edad de unos quince años. Acepto este tipo de relaciones, siempre y cuando se trate, pero es que aquí no es que no sea un impedimento, sino que no lo mencionan. Yo lo sé porque me fijé en sus edades, pero no vuelven a mencionarlo.
3. El plan de Lilly de huir del circo con un elefante es absurdo. Entiendo que tiene 16 años, que es impulsiva, que no dispone de tiempo y que se ha dejado llevar por la gravedad de la situación, pero es que incluso así, no sé cómo esperaba que saliera bien.
4. Que la mansión Blackwood arda hasta los cimientos es un final cobarde. Para empezar, el incendio accidental es absurdo. Cualquiera que ha vivido en el campo y tiene experiencia quemando ramas, que es el caso de Julia, conoce las reglas básicas de seguridad. Además, ella está despistada, sí, pero de cara al fuego, por lo que, por muy seca que esté la madera, un incendio no avanza a tal velocidad. Y ya es casualidad que el extintor no funcione. En segundo lugar, la mansión se incendia una vez ella ha descubierto todo lo sucedido (no gracias a su investigación, sino porque se lo cuenta Claude), por lo que ya no tiene que convivir con los recuerdos y secretos que encierra la casa ni ahondar en el pasado de sus padres, sino que puede empezar de cero. Si se mereciera ese respiro y provocara el incendio a propósito, no hubiera estado tan mal, pero no es el caso.
5. Hay cabos que quedan sueltos. Pese a que Julia descubre el nombre de su padre, de quien no sabe nada más, en ningún momento se plantea investigar si aún sigue vivo ni qué fue de él.
FIN SPOILERS
No frecuento el género de las sagas familiares porque no me gusta, pero más allá de mis intereses personales, hay razones subjetivas por las que esta no es una buena novela. La trama del pasado lejano no incide suficiente en la crítica a los circos de monstruos ni en la vida de los artistas ni de en el maltrato animal, mientras que la trama del pasado más cercano carece de interés porque Julia es un personaje atado a su antepasada, sin personalidad propia, y porque no lleva a cabo una verdadera investigación de sus raíces. El personaje de Lilly está más trabajado, pero aun así, presenta algunas lagunas y no la vemos pasar por tantos apuros como para que su historia nos conmueva, a excepción del dramatismo del final. No vamos a negar que la obra es entretenida, de no ser así la hubiera abandonado, pero a medida que avanzaba me sentía más estafada porque no me ofrecía la profundidad ni los temas, como el de la familia, que vendía la premisa. A no ser que os interese mucho el mundo circense, yo lo dejaría pasar.
Cosas que he aprendido...
- Enfermedades como la de Lilly, en los años 30, te convertían en un monstruo a ojos del mundo.
- Para que una yegua de raza críe más, dan a sus crías a yeguas nodrizas.
Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:
PUNTUACIÓN...2/5
Primeras Líneas...