Voy a desvelarte el secreto de Puente Viejo; lo siento, te arruinaré la emoción del suspense. Primero habrás de saber que toda esta megahistoria arranca con un resumen de medio folioa partir de un argumento de una frase: "Una mujer a la que le roban el hijo". Con tan pocos mimbres se ha tejido una una historia que llegará a 1000 episodios al menos (ya están en puertas, van por el 952 y con el mes y medio de adelanto con que se producen lo más seguro es que hayan llegado ya al millar). Aurora Guerra, la autora de la idea original, piensa que el secreto de la serie se debe a que es es "un filón inagotable de ideas al hacer que cada personaje tenga un secreto". La receta es de éxito seguro: cualquier cosa puede ocurrir pues hay una vida oculta, paralela, que se saca a relucir cuando sea preciso.
Así cocinan, según Aurora, la pócima misteriosa de su éxito: "En un principio creamos la idea, la desarrollamos primero con los argumentistas, después con los de escaleta y luego con diálogos. Cuando todo está desarrollado me llega a mi y lo edito, luego los paso a la cadena y luego a la productora para que se ruede"
Y así explica el enigma de su origen: La cadena necesitaba un producto para rellenar la sobremesa. Así que realizó un encargo con las premisas de franja horaria de primera hora de la tarde, emisión diaria, ambientación de época... Entonces, tras un brevísimo bosquejo inicial que gustó a la compañía se produjo un bloque de 65 capítulos (un trimestre de emisión) y, al gustar al público, otros 65 más... así hasta escribir toda "la Biblia" (como se llama técnicamente a esta sucesión centenaria de capítulos).
Y ahora descubrimos las claves de su continuidad: Tras un tiempo en audiencia se valoran opiniones en redes sociales y se hacen estudios de opinión. Con esos datos se orientan los futuros guiones y se reasigna protagonismo a los personajes en función de como caen al público, de cómo conectan con los espectadores... hay secundarios que pasan a principales y viceversa.
Y os desvelamos cómo se elaboran las historias: Los guionistas, un equipo de diez personas divididos en dos grupos, desarrollan la trama: los escaletistas describen las escenas y cuentan que va a suceder y los dialoguistas escriben los diálogos. Diez cocineros para elaborar un menú diario que guste a la mayoría. Hay que imaginar a este numeroso equipo sudando tinta (literal) para introducir un poco de congruencia en una historia en la que el protagonista ha de morir porque el actor deja la serie, o cambiar drásticamente el nudo argumental al encontrarse con la desafección del público en un momento dado o intentando no suicidar la coherencia de la serie con desenlaces imposibles (lo que puede estar pasando a estas alturas).
Y, finalmente, os confiamos el auténtico secreto de Puente Viejo no: ¡No existe!. No es tal, porque no se ha escrito: será un secreto inventado cuando los espectadores, exhaustos, lo pidan a gritos o expresen su mortal aburrimiento. Entonces el sesudo equipo de guionistas trabajará horas extras para alumbrar un final truculento que disimule la insensatez de esta serie demencial.