Niños de Burkina Faso recogiendo algodón. Foto: lanacion.com
Seguramente me repito cuando digo que una de las cosas más despreciables que encuentro en este planeta es el aprovechamiento de los niños de cualquier forma y por parte de quien sea. He hablado de la pederastia en algunas ocasiones, seguramente habré sido pesada, pero es un tema que me puede. En definitiva es el eterno debate del fuerte que saca partido del débil.
Burkina Faso es uno de los países más pobres del África subsahariana. La situación económica se ha agravado aún más a causa de la crisis mundial, lo que hace que una parte importante de su población haya tenido que emigrar a países circundantes. Los que se quedan hacen lo que pueden para sobrevivir, entre otras cosas trabajar recolectando algodón para la famosísima marca norteamericana de ropa interior, Victoria´s Secret. La cuestión es que esos de los que hablo son niños, y así lo ha puesto de manifiesto la agencia Bloomberg en un reportaje que lo evidencia.
Que los que se lucran explotando a niños de países subdesarrollados sean quienes nos dan lecciones de cómo manejar nuestros cuartos me parece ya el colmo del cinismo cuando, en definitiva, resulta que el secreto de Victoria es la mano de obra infantil africana.