Todo es finito y el tiempo se encarga de enseñarnos la lección. Nunca iguales, somos uno y los otros que nos habitan: los del pasado y los del futuro.Miro las hermosas ruinas y me pregunto qué quedará de nuestra cultura. Cuando era muy joven creía que la humanidad siempre avanza; ahora, sé que puede retroceder y olvidar durante siglos las conquistas del pensamiento.Más vale olvidarse de lo que hace daño y paraliza. Los soñadores nunca entenderán las guerras de intereses de los emprendedores. Los emprendedores mueven el mundo presente. Los soñadores edifican los cimientos del mundo futuro.
Fotografías de Isabel Martínez Barquero
Capiteles corintios en el Olimpión o templo de Zeus Olímpico, en Atenas.
Estatuas del Museo de Ostia Antica.