Revista Filosofía

El secreto mejor guardado

Por David Porcel

"Los vecinos suelen llevarle a uno flores cuando se muere, libros durante una enfermedad y otros regalos en distintas ocasiones. Boo era nuestro vecino y nos había regalado dos muñecos de jabón, un reloj roto con cadena, una navaja, y nuestras vidas..." (Matar a un ruiseñor)

"El diablo ataca siempre por nuestro flanco más débil. Es un enemigo tan malintencionado y astuto que presenta como atractivo y amable lo que al final se revela como decepcionante. Da al mal apariencia de bien. Llama vida a lo que solo son sucedáneos. Así, por ejemplo, si eres un intelectual, te hará brillantes razonamientos. Si eres un artista, te prometerá la gloria. Si un político, el poder. Si un hedonista, evidentemente, el placer. Si eres un espíritu cultivado, te tentará con sutileza. Si eres un espíritu simple, por el contrario, lo hará con grosería." (Biografía de la luz)

El secreto mejor guardado

El secreto nos protege del demonio, que utiliza la inteligencia para engañar al inteligente, la fuerza para vencer al fuerte, la imaginación para manipular al ingenioso, y la elocuencia para convencer al locuaz. El secreto nos previene del hurto y del robo. También de la apropiación y de la violencia. ¿Quién podría arrebatarnos lo que no se conoce? Hay secretos que se lanzar al mar, y embotellados navegan a medio camino de lo desconocido y lo conocido, de lo muerto y lo renacido. Un papel de tinta fría, de repente, se convierte en una historia llena de vida. Los secretos cobijan, refugian, alientan a quien los porta a seguir viviendo en ellos. Quizá sea un juguete, escondido adentro del árbol, una lista de preferencias vitales, redactada en una servilleta que se guardará en el último coche de madera olvidado. O quizá un nombre, del que se quiere que permanezca innombrado, no vaya a ser que el viento se lo lleve y se pierda en lo infinito.

Hay también amores secretos, que por temor a perderse conservan su misterio. El secreto nos salvaguarda del mal, y de las fuerzas del orgullo y el egoísmo. ¿Por qué habríamos de tener secretos en un mundo sin cárceles y esclavos? ¿Por qué habríamos de confesarnos en un mundo sin injusticia y sin mal? En el secreto, o respecto del secreto, somos dueños y señores. ¿Acaso alguien más sabe el secreto que guardo? Somos libres de hacer lo que queramos de él. A cada momento lo podemos deshacer, o embotellarlo a ver si alguien lo deshace. Olvidó que tenía secretos. Pero el secreto nos pertenece, como ninguna otra cosa. Y es en él donde nos hacemos fuertes. Es por él como podemos levantar imperios, o derribar otros. Es por él como podemos hacernos un nombre, aunque sea solo para nosotros mismos.


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