Revista Cultura y Ocio
'El señor de Bembibre', de Enrique Gil y Carrasco
Publicado el 15 febrero 2011 por Carm9n @CarmenyamigosLa obra "El señor de Bembibre", de Enrique Gil y Carrasco, fue publicada en 1844 y representa la mejor novela histórica del romanticismo español. Sin embargo, el público apenas le prestó atención ya que, en ese momento, se estaba perdiendo interés por ese género.
La novela histórica en España debe mucho a Walter Scott, cuya obra fue sobradamente imitada durante el período romántico. Enrique Gil utiliza también como fuentes para "El señor de Bembibre" la obra de autores como Rivas o Espronceda, de los cuales el autor era amigo personal.
Aunque es una obra claramente romántica, ya empiezan a aparecer ciertos rasgos "realistas" en sus páginas, sobre todo en la descripción de la naturaleza, que el autor pinta de modo certero. La naturaleza ya no es un refugio o un consuelo, sino una realidad viva y bella.
Enrique Gil utiliza un recurso literario muy frecuente en este tipo de literatura: dice haber encontrado unos manuscritos que le rebelan los desgraciados amores de don Álvaro y doña Beatriz. Esta historia está enraizada estrechamente con la desaparición de la Orden del Temple, verdadero protagonista de la obra, y que sirve de marco histórico en el que se desarrollan los infortunados amores.
Si se han leído ya algunos relatos o novelas románticas, el desarrollo de esta obra y el final de los héroes protagonistas no sorprenderán demasiado; héroes que, por cierto, comparten características con los héroes románticos de las obras dramáticas comentadas en reseñas anteriores.
Doña Beatriz, hija de don Alonso Osorio, y don Álvaro Yáñez, sobrino del maestre de Temple en Castilla, están enamorados. El conde Lemus presiona al ambicioso don Alonso para que Beatriz rompa su compromiso con don Álvaro. La falsa noticia de la muerte de don Álvaro llega a oídos de Beatriz que finalmente aceptará el matrimonio con el conde. La aparición posterior de don Álvaro, intrigas varias y la muerte del conde Lemus parecen dirigir la obra hacia un final esperanzador. Pero para conocer el devenir de los acontecimientos tendréis que leeros las 325 páginas de la novela...
Si os gustan las obras de Walter Scott, por ejemplo "Waverley" o "Ivanhoe", con sus caballeros, damas, pócimas, castillos, pasadizos secretos,... ésta puede ser una buena lectura. Además, ahora que hay tanta proliferación de novela histórica puede ser un buen momento para leer un clásico del género.