Revista Cultura y Ocio
“Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo.
Siete para los Señores Enanos en palacios de piedra.
Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir.
Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro
en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras.
Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos,
un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas
en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras.”
Con este magnético texto comienza “The Lord of the Rings” (El Señor de los Anillos), una de las más creativas, mágicas y extraordinarias obras de la literatura que John Ronald Reuel Tolkien, escritor británico de origen sudafricano, publicaba en tres volúmenes entre 1954 y 1955.
Ya en 1957 surgía el primer intento de adaptación de esta obra a la gran pantalla de la mano del redactor, editor y autor de ciencia ficción Forrest Ackerman y en forma de dibujos animados. Pero si bien la parte gráfica gustó a Tolkien (“este tal señor Ackerman trajo algunos dibujos verdaderamente buenos y algunas fotografías en color notables”), no sucedió lo mismo con el guión (“era de un nivel más bajo. De hecho, era malo”).
Diez años después, en 1967, Tolkien recibía una segunda propuesta, ésta ya surrealista. Stanley Kubrick le presentaba su proyecto cinematográfico para “El Señor de los Anillos”… con los Beatles como protagonistas. Sí, sí, McCartney como Frodo, Ringo como Sam, Harrison como Gandalf y Lennon… como Gollum. Pues eso, surrealista. Kubrick, obviamente, se llevó la negativa del escritor y se embarcó en “2001: una odisea del espacio” (1968).
Y ya en la década de los 70, recibía Tolkien una tercera propuesta de la mano de John Boorman. Según el cineasta, llegaron a cartearse y el escritor estaba incluso de acuerdo en que la versión fuera de imagen real… pero no así en el guión, pues Boorman pretendía hacer una sola película con los tres libros para lo cual cambiaba mucho, demasiado, la trama.
Tolkien nos dejaba en 1973. Cinco años después, a través de Saul Zaentz Production Company y Fantasy Film, el estadounidense Ralph Bakshi dirigía una adaptación animada de "El Señor de los Anillos" de muy buena factura pero incompleta en su historia, al recoger tan sólo el primer volumen y parte del segundo.
Y así llegamos a finales de 1995, momento en el que el director neozelandés Peter Jackson elegía “El Señor de los Anillos” como su siguiente proyecto cinematográfico. Jackson, tras las cámaras desde 1987, año en el que debutó con “Mal gusto”, llevaba tras de sí ya otros títulos como director como “Criaturas celestiales” o “Agárrame esos fantasmas”.
Miramax, productora para la que Jackson había rodado “Agárrame esos fantasmas”, accedió a financiar “El Señor de los Anillos” como un proyecto de dos películas. Peter contrataba entonces los servicios de WETA Workshop, principal empresa de efectos especiales de Nueva Zelanda, y, junto a Fran Walsh y Philippa Boyens, escribía los guiones para las dos películas. Pero tres años después, Miramax decidía reestructurar el proyecto por considerarlo demasiado costoso y lo reducía a una sola película. Y Jackson rechazaba esta nueva propuesta.
Lejos de abandonar su sueño, Peter Jackson se dirigió a otros estudios. Afortunadamente, los directivos de New Line Cinema, con el apoyo del productor Barrie M. Osborne, accedían a financiar el proyecto apostando además por tres películas, una por cada libro: “La Comunidad del Anillo”, “Las dos torres” y “El retorno del rey”.
“Todo comenzó con la forja de los grandes anillos…”
Frodo
Natural de Iowa, Elijah Wood debutaba a toda pantalla con tan sólo ocho años en “Regreso al futuro II”, título al que siguieron otros como “Asuntos sucios”, “Avalon”, “Un lugar llamado paraíso”, “La fuerza de la ilusión” (maravilloso aquí)…
… “Eternamente joven”, “Las aventuras de Huckleberry Finn”, “El buen hijo”, “Un muchacho llamado Norte”…
… “La guerra”, “Flipper”, “La tormenta de hielo”, “Deep impact”, “The Faculty”, “Black and white” o “Enredos en cadena”…
… antes de serle ofrecido el papel de Frodo Bolsón, personaje que, como cabía esperar, Elijah conseguía hacer suyo. Maravilloso Elijah, en todos los sentidos.
Sam
Aunque ya había aparecido en dos telefilmes de la pequeña pantalla, a Sean Astin le conocimos en 1985 como el mágico y entrañable Mikey de “Los Goonies”, su debut en el cine.
Después llegarían para Sean otros títulos como “De tal astilla, tal palo”, “Jóvenes intrépidos”, “La guerra de los Rose”, “Memphis Belle”, “El hombre de California”, “Tensa espera”, “En honor a la verdad” o “Bulworth”…
… antes de su gran oportunidad de ofrecernos otra maravillosa interpretación a través del también entrañable y mágico Samsagaz Gamyi, personaje que, además, le iba como anilllo al dedo. Sí, más que al propio Frodo.
Gandalf
Para dar vida a Gandalf fueron considerados actores como Sam Neil o el mismísimo padre de Sean, John Astin, quien ya había trabajado con Peter Jackson y Fran Walsh en “Agárrame esos fantasmas”. También le fue ofrecido este papel a Sean Connery, quien lo rechazó por no entender bien la historia ni al personaje. Pero hombre, Sean…
Muy, muy, muy afortunadamente para la historia del cine, el personaje de Gandalf el Gris recayó finalmente en Ian McKellen, más que extraordinario actor británico con una amplia carrera en los escenarios que debutaba en el cine en 1969 con “Su vida íntima”, si bien era ya para entonces un rostro bien conocido de la pequeña pantalla, en la que había dado vida, entre otros personajes, a David Copperfield, John Keats, Eduardo II, Hamlet, Ricardo II, T.E. Lawrence, Macbeth, Hitler, Otelo...
En el cine había sido visto también ya en títulos como “Alfredo el Grande”, “Plenty”, “Escándalo”, “Seis grados de separación”, “La sombra”, “Ricardo III”, “Restauración”, “Dioses y monstruos” (como un soberbio James Whale) o “X-Men”… Yo me quedo sin palabras para definir a Ian McKellen, me llega a hipnotizar.
Y qué decir de su Gandalf, tremendamente mágico y en todos los sentidos... Pues que McKellen no había leído los libros de Tolkien cuando Jackson le propuso este papel pero fue tal el entusiasmo del director que no pudo rechazar su ofrecimiento. También que Ian basó el acento de su personaje en el del propio Tolkien. Y una pequeña anécdota. En la escena en la que Gandalf visita a Bilbo en su casa, McKellen se golpeó realmente en la frente con el techo, momento éste que Jackson decidió conservar en la película por la profesional reacción de Ian.
La magistral fotografía de “La Comunidad del Anillo” venía firmada por el australiano Andrew Lesnie, en el cine desde 1981, y ya con otros muchos títulos tras de sí como “Fantasy man”, “Babe, el cerdito valiente” o “Corazones robados”. Lesnie trabajaría también con Jackson en el resto de la saga, incluyendo las de “El Hobbit”… Como para no atarle en corto.
Completaban la impecable factura de la película el estupendo trabajo de montaje de John Gilbert y la extraordinaria dirección artística de Joe Beakley, Dan Hennah, Philip Ivey, Rob Outterside y Mark Robbins. Todo un lujo.
Y envolviéndolo todo, una exquisita banda sonora a cargo de la maestría del compositor canadiense Howard Shore, a toda pantalla desde 1978 y ya con títulos a sus espaldas como “Cromosoma tres”, “Scanners”, “Videodrome”, “¡Jo, qué noche!”, “La mosca”, “Big”, “Inseparables”, “El silencio de los corderos”, “Hechizo de un beso”, “Mujer blanca soltera busca…”, “M. Butterfly”, “Philadelphia”, “El cliente”, “Ed Wood”, “Ni un pelo de tonto”, “Seven”, “La verdad sobre perros y gatos” o “Alta fidelidad”.
Originalmente se pensó en James Horner para esta banda sonora, pero no pudo ser por no estar disponible. La elección de Shore fue toda una sorpresa por estar del todo asociado al género del thriller y no haber trabajado nunca en una épica de gran escala. Howard utilizó a Wagner como primera influencia para su banda sonora. También firmaría los otros dos títulos de esta primera trilogía y los tres de la más reciente sobre “El Hobbit”… Magistral.
Aragorn
Las dos primeras opciones de Peter Jackson para el personaje de Aragorn fueron Daniel Day-Lewis y Russell Crowe, ninguno de los dos accedió...
Y el papel de Aragorn le llegó, para nuestra dicha, a Viggo Mortensen, excelente actor neoyorkino que debutaba a toda pantalla en 1985 en el papel del amish Hochleitner en “Único testigo”, título al que seguirían otros como “Jóvenes ardientes”, “Intrépidos forajidos”, “Ruby Cairo”, “Atrapado por su pasado”, “Ángeles y demonios”, “Marea roja”, “Retrato de una dama”, “La teniente O’Neil” o “28 días”…
… antes de su maravilloso Aragorn. Viggo se unió a la película ya empezada. Ni conocía a Peter Jackson ni se había leído los libros de Tolkien. Fue su hijo de once años quien le convenció para que aceptara este papel… Bravo por su hijo.
Finalmente, Mortensen se metió de lleno en el personaje... Hablando él español, inglés y danés, solicitó revisar el guión para que Aragorn hablara más en élfico. Durante una conversación con Jackson no se dio cuenta de que éste llevaba más de media hora llamándole Aragorn. Y el maestro de espada que tuvieron durante el rodaje se refirió a él como “el mejor espadachín que había entrenado”.
Boromir
Sean Bean debutaba en el cine en 1984 y aparecía después en títulos como “Caravaggio”, “Lunes tormentoso”, “El prado”, “Juego de patriotas”, “GoldenEye”, “Ana Karenina”, “Ronin” o “Ni una palabra”…
… antes de su gran oportunidad de ofrecernos a un perfecto Boromir. Diez años más tarde, Sean nos regalaba otro mítico personaje, su Eddard “Ned” Stark de la serie televisiva “Juego de tronos”. Maravilloso también Sean Bean.
Galadriel
En el cine desde 1995, la australiana Cate Blanchett llevaba ya en su filmografía títulos como “Oscar y Lucinda”, “Elizabeth”, “El talento de Mr. Ripley” o “Premonición”.
En “La Comunidad del Anillo”, Blanchett nos ofrecía una impecable Galadriel. Pero qué decir a estas alturas de Cate Blanchett, sin duda alguna una de las mejores actrices de la historia del cine. El hogar de Galadriel en Lothlorien fue la miniatura más grande de las construidas para la trilogía.
Arwen
La neoyorkina Liv Tyler debutaba en la gran pantalla en 1994 y ya era rostro conocido por títulos como “The Wonders”, “El secreto de los Abbott”, “Giro al infierno”, “Armageddon” y, sobre todo, “Belleza robada”…
Liv profundizó tanto su voz para interpretar a Arwen que su padre le preguntó si le habían doblado en la película.
Bilbo
El entrañable Bilbo Bolsón era interpretado por un magnífico Ian Holm, todo un clásico de la gran y pequeña pantalla, que debutaba en el cine en 1968 y llevaba ya tras de sí títulos cinematográficos como “El hombre de Kiev”, “¡Oh, qué guerra tan bonita!”, “Nicolás y Alejandra”, “El joven Winston”, “Robin y Marian”, “Jesús de Nazareth”, “Marchar o morir”, “Alien, el octavo pasajero”, “Carros de fuego”, “Greystoke”, “Brazil”, “Otra mujer”, “Enrique V”, “Kafka, la verdad oculta”, “La locura del rey Jorge”, “El quinto elemento”… y recordados personajes televisivos como Heinrich Himmler en “Holocausto” o Thenardier en “Los miserables”.
Ian fue la primera elección de Jackson para el personaje de Bilbo. Holm, curiosamente, había sido la voz de Frodo en la adaptación radiofónica de la BBC de “El Señor de los Anillos”, allá por 1981.
La narración del prólogo iba a ser originalmente dicha por Frodo, pero se consideró que la información que allí se daba tendría poco empuje en este personaje. Ian McKellen también registró una narración, pero también se estimó que no era el más apropiado. Finalmente fue la voz de Cate Blanchett como Galadriel la que nos introdujo en esta historia.
El mapa que recoge Gandalf en el estudio de Bilbo era una reproducción del que Tolkien dibujó en su libro “El Hobbit”. El mapa es de Erebor, la Montaña Solitaria, y desempeña un papel fundamental en la trilogía de Jackson.
Legolas
Aunque Orlando Bloom ya había aparecido en la pequeña pantalla en diversas series, tan sólo llevaba un título cinematográfico, “Wilde” (1997), su debut en la gran pantalla…
… antes de convertirse en el Elfo Legolas. Originalmente, Orlando hizo una prueba para Faramir, un personaje más secundario que aparecería en las dos siguientes entregas. Finalmente, fue llamado de nuevo y le fue ofrecido el papel de Legolas. Orlando pasó dos meses aprendiendo a manejar el arco y las flechas.
Gimli
Desde 1964 asomándose por la pequeña pantalla, el galés John Rhys-Davies debutaba diez años más tarde en el cine y, sin dejar la televisión, llevaba ya tras de sí títulos cinematográficos como “La esfinge”, “En busca del arca perdida”, “¿Victor o Victoria?”, “El caballero verde”, “Las minas del Rey Salomón”, “007: Alta tensión” o “Indiana Jones y la última cruzada”…
… antes de interpretar a Gimli, el enano. Curiosamente, John era el más alto de los actores que integraban la comunidad del anillo.
Pippin
El escocés Billy Boyd llevaba tan sólo dos apariciones en televisión y dos en cine antes de dar vida a Peregrin “Pippin” Tuk.
Merry
El alemán Dominic Monaghan, por el contrario, llevaba ya tras de sí un buen número de series y telefilmes desde que debutara como actor en televisión allá por 1997. Tres años después de su Meriadoc “Merry” Brandigamo, Dominic se nos hacía tremendamente familiar, también en televisión, a través de su genuino Charlie de la serie “Perdidos”.
Fueron fabricados un total de 1800 pies de hobbit para la producción. Los actores Hobbits tenían que entrar en maquillaje a las cinco de la mañana y reposar hora y media una vez aplicados sus pies protésicos.
Y ocho de los miembros de la comunidad del anillo se hicieron un mismo tatuaje. Elijah Wood, Sean Astin, Billy Boyd, Orlando Bloom, Ian McKellen, Dominic Monaghan, Sean Bean y Viggo Mortensen. Sí, todos menos John Rhys-Davies (Gimli) que envió a su doble en su lugar.
Saruman
Gran clásico de la historia del cine, Christopher Lee llevaba a toda pantalla desde 1948, y con títulos a sus espaldas tan importantes como “Hamlet”, “El hidalgo de los mares”, “El temible burlón”, “Moulin Rouge”, “La maldición de Frankenstein”, “Historia de dos ciudades”, “Las novias de Fu-Manchú”, “Rasputín”, “Los tres mosqueteros”, “Sleepy Hollow”… y, por supuesto, sus diversos Dráculas.
Christopher era el único miembro del equipo de la película que había tenido algún contacto con J. R. R. Tolkien. Lee se había leído anualmente su libro desde que éste se publicó y en una de sus correspondencias Tolkien le había dado su bendición para interpretar a Gandalf si alguna vez se versionaba la obra. Años más tarde, Lee intentaba conseguir el papel de Gandalf pero le ofrecían el de Saruman y, como quería participar de cualquier manera, lo aceptó.
Christopher Lee fue la primera elección de Peter Jackson para el papel de Saruman, aunque también fueron considerados otros nombres como Tim Curry, Jeremy Irons o Malcolm McDowell.
Elrond
El nigeriano Hugo Weaving debutaba en el cine en 1981, y ya había sido visto en la pequeña pantalla y en otros títulos cinematográficos como “Las aventuras de Priscilla, reina del desierto”, “Matrix” (como el agente Smith) o “El viejo que leía novelas de amor”…
… antes de ofrecernos su correcta composición de Elrond, un personaje clave para la comunidad del anillo.
Gollum
Andy Serkis le servía de modelo a Gollum. Proveniente del mundo televisivo, el rostro de Serkis ya era conocido por diversas series y telefilmes y algo más de diez títulos cinematográficos…
… antes de hacerse aún más popular gracias a Gollum, si bien en esta primera entrega aparecía tan sólo en breves vistazos, puesto que la filmación de esta primera película se había basado en un diseño anterior a que fuera elegido el actor Andy Serkis quien, por cierto, también le prestaba su voz a los temidos Jinetes Negros.
Completaban el reparto otros nombres como Noel Appleby (Everard Proudfoot), Sala Baker (Sauron), Marton Csokas (Celeborn), Megan Edwards (Mrs. Proudfoot), Mark Ferguson (Gil-Galad), Lawence Makoare (Lurtz), Brent McIntyre (Witch-King), Peter McKenzie (Elendil), Harry Sinclair (Isildur), Bret McKenzie (Lindir), Lee Hartley, Sam La Hood, Chris Streeter y Phil Grieve (como Orcos)… Y Michael Elsworth, Sarah McLeod, Ian Mune, Cameron Rhodes, Martin Sanderson, David Weatherley…
… Billy y Katie Jackson, los hijos de Peter, como niños hobbit…
… o el propio Peter Jackson en una breve aparición en la Posada del Pony Pisador.
El equipo de “La Comunidad del Anillo” estaba compuesto por más de 3.000 personas de las cuales aproximadamente 300 pertenecían al departamento de arte.
Peter Jackson tenía como premisa materializar el mundo de la Tierra Media con el máximo de realismo. Para ello contó con los elementos naturales del paisaje de Nueva Zelanda y con los servicios de WETA Workshop, que recrearon tanto interiores de los agujeros hobbit como los bosques o las cavernas.
Jackson, además, quería ser tremendamente fiel a las novelas de Tolkien. Y para ello contrató a Alan Lee y a John Howe, los ilustradores de las ediciones inglesas de “El Señor de los Anillos” de Harper Collins.
Miles de bocetos de estos dos artistas se convirtieron en fantásticos escenarios para la película.
John Howe y Alan Lee aparecían, además, en el prólogo como dos de los nueve reyes humanos.
Por su parte, la diseñadora de vestuario Ngila Dickson contó con 40 costureras trabajando para ella, creando más de 19.000 trajes. Dickson también siguió en lo posible las descripciones de Tolkien en cuanto a los vestidos.
El gran árbol que se encuentra por encima de Bolsón Cerrado fue construido especialmente para la producción, fijando manualmente cada hoja. Y los grandes árboles de Lothlorien estaban hechos de caucho.
¿Y qué más os puedo contar? Pues que algunos de los clientes del Pony Pisador andaban en zancos para diferenciar su altura con la de los Hobbits. O que para simular los chillidos de los orcos fueron utilizados los gritos nocturnos de las zarigüeyas.
Para el papel de Frodo fue considerado Jake Gyllenhaal, el papel de Boromir le fue ofrecido a Liam Neeson, Warwick Davis (el inolvidable Willow) hizo una prueba para el personaje de Gimli, y David Bowie se mostró interesado en el papel de Elrond.
Ah, y debéis saber también que, al finalizar la producción de la película, Peter Jackson regaló un anillo a Elijah Wood (Frodo) y otro a Andy Serkis (Gollum)… Ambos creyeron que tenían el anillo único.
Producida por New Line Cinema / Wingnut Films, “El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo” (The Lord of the Rings: The fellowship of the ring) fue estrenada en Reino Unido el 10 de diciembre de 2001.
Entre otros muchos premios y nominaciones, recibió el Oscar a la mejor fotografía, mejor maquillaje, mejor banda sonora y mejores efectos visuales…
… siendo también nominada en las categorías de película, director, actor de reparto (Ian McKellen), guión adaptado, dirección artística, diseño de vestuario, montaje, canción original (“May it be”, de Enya, Nicky Ryan y Roma Ryan) y sonido.
Los Globos de Oro la nominaron como mejor película, director, banda sonora y canción original (“May it be”).
En los dos siguientes años llegarían “El Señor de los Anillos: Las dos torres” y “El Señor de los Anillos: El retorno del rey”… Pero éstas son ya otras historias.
“Una trilogía mágica que estalla desde esta primera entrega, asombrosa, impecable. Un relato al tiempo épico y sutil, gigantesco y emotivo. Una auténtica maravilla” (Miguel Ángel Palomo. Diario El País)
Con este magnético texto comienza “The Lord of the Rings” (El Señor de los Anillos), una de las más creativas, mágicas y extraordinarias obras de la literatura que John Ronald Reuel Tolkien, escritor británico de origen sudafricano, publicaba en tres volúmenes entre 1954 y 1955.
Ya en 1957 surgía el primer intento de adaptación de esta obra a la gran pantalla de la mano del redactor, editor y autor de ciencia ficción Forrest Ackerman y en forma de dibujos animados. Pero si bien la parte gráfica gustó a Tolkien (“este tal señor Ackerman trajo algunos dibujos verdaderamente buenos y algunas fotografías en color notables”), no sucedió lo mismo con el guión (“era de un nivel más bajo. De hecho, era malo”).
Diez años después, en 1967, Tolkien recibía una segunda propuesta, ésta ya surrealista. Stanley Kubrick le presentaba su proyecto cinematográfico para “El Señor de los Anillos”… con los Beatles como protagonistas. Sí, sí, McCartney como Frodo, Ringo como Sam, Harrison como Gandalf y Lennon… como Gollum. Pues eso, surrealista. Kubrick, obviamente, se llevó la negativa del escritor y se embarcó en “2001: una odisea del espacio” (1968).
Y ya en la década de los 70, recibía Tolkien una tercera propuesta de la mano de John Boorman. Según el cineasta, llegaron a cartearse y el escritor estaba incluso de acuerdo en que la versión fuera de imagen real… pero no así en el guión, pues Boorman pretendía hacer una sola película con los tres libros para lo cual cambiaba mucho, demasiado, la trama.
Tolkien nos dejaba en 1973. Cinco años después, a través de Saul Zaentz Production Company y Fantasy Film, el estadounidense Ralph Bakshi dirigía una adaptación animada de "El Señor de los Anillos" de muy buena factura pero incompleta en su historia, al recoger tan sólo el primer volumen y parte del segundo.
Y así llegamos a finales de 1995, momento en el que el director neozelandés Peter Jackson elegía “El Señor de los Anillos” como su siguiente proyecto cinematográfico. Jackson, tras las cámaras desde 1987, año en el que debutó con “Mal gusto”, llevaba tras de sí ya otros títulos como director como “Criaturas celestiales” o “Agárrame esos fantasmas”.
Miramax, productora para la que Jackson había rodado “Agárrame esos fantasmas”, accedió a financiar “El Señor de los Anillos” como un proyecto de dos películas. Peter contrataba entonces los servicios de WETA Workshop, principal empresa de efectos especiales de Nueva Zelanda, y, junto a Fran Walsh y Philippa Boyens, escribía los guiones para las dos películas. Pero tres años después, Miramax decidía reestructurar el proyecto por considerarlo demasiado costoso y lo reducía a una sola película. Y Jackson rechazaba esta nueva propuesta.
Lejos de abandonar su sueño, Peter Jackson se dirigió a otros estudios. Afortunadamente, los directivos de New Line Cinema, con el apoyo del productor Barrie M. Osborne, accedían a financiar el proyecto apostando además por tres películas, una por cada libro: “La Comunidad del Anillo”, “Las dos torres” y “El retorno del rey”.
“Todo comenzó con la forja de los grandes anillos…”
Frodo
Natural de Iowa, Elijah Wood debutaba a toda pantalla con tan sólo ocho años en “Regreso al futuro II”, título al que siguieron otros como “Asuntos sucios”, “Avalon”, “Un lugar llamado paraíso”, “La fuerza de la ilusión” (maravilloso aquí)…
… “Eternamente joven”, “Las aventuras de Huckleberry Finn”, “El buen hijo”, “Un muchacho llamado Norte”…
… “La guerra”, “Flipper”, “La tormenta de hielo”, “Deep impact”, “The Faculty”, “Black and white” o “Enredos en cadena”…
… antes de serle ofrecido el papel de Frodo Bolsón, personaje que, como cabía esperar, Elijah conseguía hacer suyo. Maravilloso Elijah, en todos los sentidos.
Sam
Aunque ya había aparecido en dos telefilmes de la pequeña pantalla, a Sean Astin le conocimos en 1985 como el mágico y entrañable Mikey de “Los Goonies”, su debut en el cine.
Después llegarían para Sean otros títulos como “De tal astilla, tal palo”, “Jóvenes intrépidos”, “La guerra de los Rose”, “Memphis Belle”, “El hombre de California”, “Tensa espera”, “En honor a la verdad” o “Bulworth”…
… antes de su gran oportunidad de ofrecernos otra maravillosa interpretación a través del también entrañable y mágico Samsagaz Gamyi, personaje que, además, le iba como anilllo al dedo. Sí, más que al propio Frodo.
Gandalf
Para dar vida a Gandalf fueron considerados actores como Sam Neil o el mismísimo padre de Sean, John Astin, quien ya había trabajado con Peter Jackson y Fran Walsh en “Agárrame esos fantasmas”. También le fue ofrecido este papel a Sean Connery, quien lo rechazó por no entender bien la historia ni al personaje. Pero hombre, Sean…
Muy, muy, muy afortunadamente para la historia del cine, el personaje de Gandalf el Gris recayó finalmente en Ian McKellen, más que extraordinario actor británico con una amplia carrera en los escenarios que debutaba en el cine en 1969 con “Su vida íntima”, si bien era ya para entonces un rostro bien conocido de la pequeña pantalla, en la que había dado vida, entre otros personajes, a David Copperfield, John Keats, Eduardo II, Hamlet, Ricardo II, T.E. Lawrence, Macbeth, Hitler, Otelo...
En el cine había sido visto también ya en títulos como “Alfredo el Grande”, “Plenty”, “Escándalo”, “Seis grados de separación”, “La sombra”, “Ricardo III”, “Restauración”, “Dioses y monstruos” (como un soberbio James Whale) o “X-Men”… Yo me quedo sin palabras para definir a Ian McKellen, me llega a hipnotizar.
Y qué decir de su Gandalf, tremendamente mágico y en todos los sentidos... Pues que McKellen no había leído los libros de Tolkien cuando Jackson le propuso este papel pero fue tal el entusiasmo del director que no pudo rechazar su ofrecimiento. También que Ian basó el acento de su personaje en el del propio Tolkien. Y una pequeña anécdota. En la escena en la que Gandalf visita a Bilbo en su casa, McKellen se golpeó realmente en la frente con el techo, momento éste que Jackson decidió conservar en la película por la profesional reacción de Ian.
La magistral fotografía de “La Comunidad del Anillo” venía firmada por el australiano Andrew Lesnie, en el cine desde 1981, y ya con otros muchos títulos tras de sí como “Fantasy man”, “Babe, el cerdito valiente” o “Corazones robados”. Lesnie trabajaría también con Jackson en el resto de la saga, incluyendo las de “El Hobbit”… Como para no atarle en corto.
Completaban la impecable factura de la película el estupendo trabajo de montaje de John Gilbert y la extraordinaria dirección artística de Joe Beakley, Dan Hennah, Philip Ivey, Rob Outterside y Mark Robbins. Todo un lujo.
Y envolviéndolo todo, una exquisita banda sonora a cargo de la maestría del compositor canadiense Howard Shore, a toda pantalla desde 1978 y ya con títulos a sus espaldas como “Cromosoma tres”, “Scanners”, “Videodrome”, “¡Jo, qué noche!”, “La mosca”, “Big”, “Inseparables”, “El silencio de los corderos”, “Hechizo de un beso”, “Mujer blanca soltera busca…”, “M. Butterfly”, “Philadelphia”, “El cliente”, “Ed Wood”, “Ni un pelo de tonto”, “Seven”, “La verdad sobre perros y gatos” o “Alta fidelidad”.
Originalmente se pensó en James Horner para esta banda sonora, pero no pudo ser por no estar disponible. La elección de Shore fue toda una sorpresa por estar del todo asociado al género del thriller y no haber trabajado nunca en una épica de gran escala. Howard utilizó a Wagner como primera influencia para su banda sonora. También firmaría los otros dos títulos de esta primera trilogía y los tres de la más reciente sobre “El Hobbit”… Magistral.
Aragorn
Las dos primeras opciones de Peter Jackson para el personaje de Aragorn fueron Daniel Day-Lewis y Russell Crowe, ninguno de los dos accedió...
Y el papel de Aragorn le llegó, para nuestra dicha, a Viggo Mortensen, excelente actor neoyorkino que debutaba a toda pantalla en 1985 en el papel del amish Hochleitner en “Único testigo”, título al que seguirían otros como “Jóvenes ardientes”, “Intrépidos forajidos”, “Ruby Cairo”, “Atrapado por su pasado”, “Ángeles y demonios”, “Marea roja”, “Retrato de una dama”, “La teniente O’Neil” o “28 días”…
… antes de su maravilloso Aragorn. Viggo se unió a la película ya empezada. Ni conocía a Peter Jackson ni se había leído los libros de Tolkien. Fue su hijo de once años quien le convenció para que aceptara este papel… Bravo por su hijo.
Finalmente, Mortensen se metió de lleno en el personaje... Hablando él español, inglés y danés, solicitó revisar el guión para que Aragorn hablara más en élfico. Durante una conversación con Jackson no se dio cuenta de que éste llevaba más de media hora llamándole Aragorn. Y el maestro de espada que tuvieron durante el rodaje se refirió a él como “el mejor espadachín que había entrenado”.
Boromir
Sean Bean debutaba en el cine en 1984 y aparecía después en títulos como “Caravaggio”, “Lunes tormentoso”, “El prado”, “Juego de patriotas”, “GoldenEye”, “Ana Karenina”, “Ronin” o “Ni una palabra”…
… antes de su gran oportunidad de ofrecernos a un perfecto Boromir. Diez años más tarde, Sean nos regalaba otro mítico personaje, su Eddard “Ned” Stark de la serie televisiva “Juego de tronos”. Maravilloso también Sean Bean.
Galadriel
En el cine desde 1995, la australiana Cate Blanchett llevaba ya en su filmografía títulos como “Oscar y Lucinda”, “Elizabeth”, “El talento de Mr. Ripley” o “Premonición”.
En “La Comunidad del Anillo”, Blanchett nos ofrecía una impecable Galadriel. Pero qué decir a estas alturas de Cate Blanchett, sin duda alguna una de las mejores actrices de la historia del cine. El hogar de Galadriel en Lothlorien fue la miniatura más grande de las construidas para la trilogía.
Arwen
La neoyorkina Liv Tyler debutaba en la gran pantalla en 1994 y ya era rostro conocido por títulos como “The Wonders”, “El secreto de los Abbott”, “Giro al infierno”, “Armageddon” y, sobre todo, “Belleza robada”…
Liv profundizó tanto su voz para interpretar a Arwen que su padre le preguntó si le habían doblado en la película.
Bilbo
El entrañable Bilbo Bolsón era interpretado por un magnífico Ian Holm, todo un clásico de la gran y pequeña pantalla, que debutaba en el cine en 1968 y llevaba ya tras de sí títulos cinematográficos como “El hombre de Kiev”, “¡Oh, qué guerra tan bonita!”, “Nicolás y Alejandra”, “El joven Winston”, “Robin y Marian”, “Jesús de Nazareth”, “Marchar o morir”, “Alien, el octavo pasajero”, “Carros de fuego”, “Greystoke”, “Brazil”, “Otra mujer”, “Enrique V”, “Kafka, la verdad oculta”, “La locura del rey Jorge”, “El quinto elemento”… y recordados personajes televisivos como Heinrich Himmler en “Holocausto” o Thenardier en “Los miserables”.
Ian fue la primera elección de Jackson para el personaje de Bilbo. Holm, curiosamente, había sido la voz de Frodo en la adaptación radiofónica de la BBC de “El Señor de los Anillos”, allá por 1981.
La narración del prólogo iba a ser originalmente dicha por Frodo, pero se consideró que la información que allí se daba tendría poco empuje en este personaje. Ian McKellen también registró una narración, pero también se estimó que no era el más apropiado. Finalmente fue la voz de Cate Blanchett como Galadriel la que nos introdujo en esta historia.
El mapa que recoge Gandalf en el estudio de Bilbo era una reproducción del que Tolkien dibujó en su libro “El Hobbit”. El mapa es de Erebor, la Montaña Solitaria, y desempeña un papel fundamental en la trilogía de Jackson.
Legolas
Aunque Orlando Bloom ya había aparecido en la pequeña pantalla en diversas series, tan sólo llevaba un título cinematográfico, “Wilde” (1997), su debut en la gran pantalla…
… antes de convertirse en el Elfo Legolas. Originalmente, Orlando hizo una prueba para Faramir, un personaje más secundario que aparecería en las dos siguientes entregas. Finalmente, fue llamado de nuevo y le fue ofrecido el papel de Legolas. Orlando pasó dos meses aprendiendo a manejar el arco y las flechas.
Gimli
Desde 1964 asomándose por la pequeña pantalla, el galés John Rhys-Davies debutaba diez años más tarde en el cine y, sin dejar la televisión, llevaba ya tras de sí títulos cinematográficos como “La esfinge”, “En busca del arca perdida”, “¿Victor o Victoria?”, “El caballero verde”, “Las minas del Rey Salomón”, “007: Alta tensión” o “Indiana Jones y la última cruzada”…
… antes de interpretar a Gimli, el enano. Curiosamente, John era el más alto de los actores que integraban la comunidad del anillo.
Pippin
El escocés Billy Boyd llevaba tan sólo dos apariciones en televisión y dos en cine antes de dar vida a Peregrin “Pippin” Tuk.
Merry
El alemán Dominic Monaghan, por el contrario, llevaba ya tras de sí un buen número de series y telefilmes desde que debutara como actor en televisión allá por 1997. Tres años después de su Meriadoc “Merry” Brandigamo, Dominic se nos hacía tremendamente familiar, también en televisión, a través de su genuino Charlie de la serie “Perdidos”.
Fueron fabricados un total de 1800 pies de hobbit para la producción. Los actores Hobbits tenían que entrar en maquillaje a las cinco de la mañana y reposar hora y media una vez aplicados sus pies protésicos.
Y ocho de los miembros de la comunidad del anillo se hicieron un mismo tatuaje. Elijah Wood, Sean Astin, Billy Boyd, Orlando Bloom, Ian McKellen, Dominic Monaghan, Sean Bean y Viggo Mortensen. Sí, todos menos John Rhys-Davies (Gimli) que envió a su doble en su lugar.
Saruman
Gran clásico de la historia del cine, Christopher Lee llevaba a toda pantalla desde 1948, y con títulos a sus espaldas tan importantes como “Hamlet”, “El hidalgo de los mares”, “El temible burlón”, “Moulin Rouge”, “La maldición de Frankenstein”, “Historia de dos ciudades”, “Las novias de Fu-Manchú”, “Rasputín”, “Los tres mosqueteros”, “Sleepy Hollow”… y, por supuesto, sus diversos Dráculas.
Christopher era el único miembro del equipo de la película que había tenido algún contacto con J. R. R. Tolkien. Lee se había leído anualmente su libro desde que éste se publicó y en una de sus correspondencias Tolkien le había dado su bendición para interpretar a Gandalf si alguna vez se versionaba la obra. Años más tarde, Lee intentaba conseguir el papel de Gandalf pero le ofrecían el de Saruman y, como quería participar de cualquier manera, lo aceptó.
Christopher Lee fue la primera elección de Peter Jackson para el papel de Saruman, aunque también fueron considerados otros nombres como Tim Curry, Jeremy Irons o Malcolm McDowell.
Elrond
El nigeriano Hugo Weaving debutaba en el cine en 1981, y ya había sido visto en la pequeña pantalla y en otros títulos cinematográficos como “Las aventuras de Priscilla, reina del desierto”, “Matrix” (como el agente Smith) o “El viejo que leía novelas de amor”…
… antes de ofrecernos su correcta composición de Elrond, un personaje clave para la comunidad del anillo.
Gollum
Andy Serkis le servía de modelo a Gollum. Proveniente del mundo televisivo, el rostro de Serkis ya era conocido por diversas series y telefilmes y algo más de diez títulos cinematográficos…
… antes de hacerse aún más popular gracias a Gollum, si bien en esta primera entrega aparecía tan sólo en breves vistazos, puesto que la filmación de esta primera película se había basado en un diseño anterior a que fuera elegido el actor Andy Serkis quien, por cierto, también le prestaba su voz a los temidos Jinetes Negros.
Completaban el reparto otros nombres como Noel Appleby (Everard Proudfoot), Sala Baker (Sauron), Marton Csokas (Celeborn), Megan Edwards (Mrs. Proudfoot), Mark Ferguson (Gil-Galad), Lawence Makoare (Lurtz), Brent McIntyre (Witch-King), Peter McKenzie (Elendil), Harry Sinclair (Isildur), Bret McKenzie (Lindir), Lee Hartley, Sam La Hood, Chris Streeter y Phil Grieve (como Orcos)… Y Michael Elsworth, Sarah McLeod, Ian Mune, Cameron Rhodes, Martin Sanderson, David Weatherley…
… Billy y Katie Jackson, los hijos de Peter, como niños hobbit…
… o el propio Peter Jackson en una breve aparición en la Posada del Pony Pisador.
El equipo de “La Comunidad del Anillo” estaba compuesto por más de 3.000 personas de las cuales aproximadamente 300 pertenecían al departamento de arte.
Peter Jackson tenía como premisa materializar el mundo de la Tierra Media con el máximo de realismo. Para ello contó con los elementos naturales del paisaje de Nueva Zelanda y con los servicios de WETA Workshop, que recrearon tanto interiores de los agujeros hobbit como los bosques o las cavernas.
Jackson, además, quería ser tremendamente fiel a las novelas de Tolkien. Y para ello contrató a Alan Lee y a John Howe, los ilustradores de las ediciones inglesas de “El Señor de los Anillos” de Harper Collins.
Miles de bocetos de estos dos artistas se convirtieron en fantásticos escenarios para la película.
John Howe y Alan Lee aparecían, además, en el prólogo como dos de los nueve reyes humanos.
Por su parte, la diseñadora de vestuario Ngila Dickson contó con 40 costureras trabajando para ella, creando más de 19.000 trajes. Dickson también siguió en lo posible las descripciones de Tolkien en cuanto a los vestidos.
El gran árbol que se encuentra por encima de Bolsón Cerrado fue construido especialmente para la producción, fijando manualmente cada hoja. Y los grandes árboles de Lothlorien estaban hechos de caucho.
¿Y qué más os puedo contar? Pues que algunos de los clientes del Pony Pisador andaban en zancos para diferenciar su altura con la de los Hobbits. O que para simular los chillidos de los orcos fueron utilizados los gritos nocturnos de las zarigüeyas.
Para el papel de Frodo fue considerado Jake Gyllenhaal, el papel de Boromir le fue ofrecido a Liam Neeson, Warwick Davis (el inolvidable Willow) hizo una prueba para el personaje de Gimli, y David Bowie se mostró interesado en el papel de Elrond.
Ah, y debéis saber también que, al finalizar la producción de la película, Peter Jackson regaló un anillo a Elijah Wood (Frodo) y otro a Andy Serkis (Gollum)… Ambos creyeron que tenían el anillo único.
Producida por New Line Cinema / Wingnut Films, “El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo” (The Lord of the Rings: The fellowship of the ring) fue estrenada en Reino Unido el 10 de diciembre de 2001.
Entre otros muchos premios y nominaciones, recibió el Oscar a la mejor fotografía, mejor maquillaje, mejor banda sonora y mejores efectos visuales…
… siendo también nominada en las categorías de película, director, actor de reparto (Ian McKellen), guión adaptado, dirección artística, diseño de vestuario, montaje, canción original (“May it be”, de Enya, Nicky Ryan y Roma Ryan) y sonido.
Los Globos de Oro la nominaron como mejor película, director, banda sonora y canción original (“May it be”).
En los dos siguientes años llegarían “El Señor de los Anillos: Las dos torres” y “El Señor de los Anillos: El retorno del rey”… Pero éstas son ya otras historias.
“Una trilogía mágica que estalla desde esta primera entrega, asombrosa, impecable. Un relato al tiempo épico y sutil, gigantesco y emotivo. Una auténtica maravilla” (Miguel Ángel Palomo. Diario El País)
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