EL SEÑORÍO Y CONDADO DE OROPESA
Monumento a Francisco Álvarez de Toledo junto a “la Compañía” de Oropesa
Vamos a conocer algunos datos sobre el linaje que durante siglos gobernó este señorío, una de las casas nobiliarias más antiguas de España cuyo origen según historias legendarias se remonta nada menos que a un tal Pedro de Toledo que habría sido hermano del emperador de Bizancio y que vino a España a luchar con Alfonso VI contra los árabes en 1085.
Varios de sus descendientes ya afincados en la ciudad del Tajo desempeñaron cargos importantes en la misma, entre ellos el de Alcalde Mayor.
Después de varias generaciones, Juan Álvarez de Toledo comienza a llevar los apellidos que darían nombre a su linaje y uno de sus hijos, don García Álvarez de Toledo, sería el primer señor de Oropesa, Valdecorneja y la Casa del Horcajo, hoy dehesa cercana a Alcañizo.
Sirvió como ayo a uno de los hijos de Pedro I el Cruel que le concedió el Maestrazgo de la Orden de Santiago.
Cuando el hermanastro del rey se subleva, don García se pasa al bando de Enrique de Trastamara que le hace renunciar a la orden de caballería concediéndole a cambio el señorío que nos ocupa
.Fachada oeste del palacio de los Álvarez de Toledo y en primer plano el llamado peinador de la Condesa con sillares almohadillados renacentistas
El segundo señor fue su hijo natural don Fernando que construye el palacio viejo, integrado en la zona norte del actual parador y del que todavía se observan sus arcos mudéjares. Consigue este segundo señor que se le confirmen las posesiones de Jarandilla y Tornavacas además de Cebolla con su castillo de Villalba.
Su hijo don García fue el tercer señor de Oropesa que ordenó a su hijo Pedro que se alzara contra Juan II en Talavera, por lo que el rey mandó apresarle. Contribuyó a la construcción del monasterio de Yuste y tuvo numerosas y sangrientas disputas con el señor de Monroy.
El cuarto señor fue su hijo don Fernando Álvarez de Toledo que por matrimonio une a su señorío los pueblos de Pasarón, Garganta de la Olla y Torremenga. Aumenta también sus posesiones comprando el lugar de El Torrico y recuperando para su casa Cabañas del Castillo y sus aldeas.
Corrida de toros en el patio del palacio de los condes de Oropesa, hoy Parador de Turismo.
El quinto señor, también de nombre Fernando, obtiene en 1477 el condado de Oropesa, a cambio de su apoyo a Isabel la Católica en sus guerras contra la facción de la Beltraneja,.
Se construye en esta época la última fase del castillo con la torre del homenaje. Don Francisco Álvarez de Toledo fue el segundo Conde de Oropesa.
Fundó el convento de San Francisco y continuó la construcción del convento de la Concepción.
Uno de sus hijos, también de nombre Francisco, llegaría a ser Virrey del Perú. El conde envió tropas a luchar contra los franceses que habían invadido Navarra en 1521 y uno de los soldados fue Juan Ciudad, futuro San Juan de Dios.
También lucha por su rey en las campañas europeas y contra el turco. No está clara su posición ante la sublevación de los comuneros si bien sus relaciones con Carlos V fueron buenas, durmiendo el monarca en varias ocasiones en el palacio de Oropesa de camino para Guadalupe o Sevilla.
San Juan de Dios, fue pastorcillo por estas tierras de Oropesa y peleó con las huestes de los condes de Oropesa
Con el tercer conde, don Fernando Álvarez de Toledo, se vuelven a unir por matrimonio las casas de Oropesa y Monroy llegando a ser las posesiones de la casa condal las más extensas de su historia, pues se extendían por grandes territorios de Extremadura como Cabañas del Castillo, gran parte de La Vera, Deleitosa, El Berrocal con pueblos como Cervera, Mejorada o Segurilla y también Cebolla.
El Conde de Oropesa durante la segunda mitad del siglo XVI tiene una gran influencia en la Corte y los nobles visitan sus palacios de Oropesa, Rosarito o La Bobadilla donde cazan y tratan de los entresijos del poder de la época. Carlos V se acomoda un tiempo en el palacio de Jarandilla mientras se preparan las dependencias que lo alojarán en el monasterio de Yuste.
El conde fue amigo y protector de San Pedro de Alcántara y parece que el santo murió en sus brazos tras enfermar en el convento de Deleitosa.
También por su influencia se construyó el convento de Rosarito y la condesa doña Beatriz fundó el hospital de San Pedro en Belvis de Monroy.
Celda donde es tradición se alojaba San Pedro de Alcántara en el palacio de los condes de Oropesa
Juan Álvarez de Toledo fue el cuarto de los condes y llevó el apodo de “el Santo” por su fama de piadoso, fundando el convento de la Misericordia que se inaugura en 1613.
Las relaciones con Felipe II se hacen muy tensas por el encarcelamiento de su tío el Virrey del Perú, por cuyo mandato comienza el conde a construir la capilla de San Bernardo. Promulga además las ordenanzas de la Villa de Oropesa y los lugares de su jurisdicción.
Don Juan no tuvo descendientes varones pero su hija Beatriz casó con don Duarte de Portugal, de cuyo matrimonio nació don Fernando, el quinto conde. Éste tuvo un hijo de nombre Juan con una lagarterana que, arrebatado a su madre, sería criado en Valdeverdeja para ser más tarde el sexto conde de duración efímera.
Su hermanastro Duarte Fernando sería el séptimo de la casa condal dedicándose a la carrera de las armas hasta ser nombrado capitán General del Reino de Toledo y Castilla la Nueva con Felipe IV, que le concede Los Dehesones para compensar los gastos de sus andanzas guerreras.
Con él comienzan a conseguir sus privilegios de villazgo los lugares del señorío.
Balconada gótica del palacio de los condes de Oropesa
Don Manuel Joaquín es el octavo conde, fundador del convento de recoletas de La Calzada en 1674.
Hereda de su madre el condado de Alcaudete y Montemayor en Córdoba y toma el camino de la política.
Llegó a ser nombrado Presidente del Consejo de Castilla y Primer ministro en 1685 época en la que el oropesano debe gestionar la crisis profunda en que se encuentra el reino, intentado introducir una política reformadora que se encuentra con la oposición de los viejos estamentos y de la reina.
En la Guerra de Sucesión toma partido por el archiduque Carlos de Austria y acompaña a sus tropas hasta que muere en Barcelona en 1707 confiscándose por orden real sus bienes.
El enfrentamiento con Felipe V cuesta a su sucesor en el condado, don Vicente Pedro el exilio. Vuelven los condes a sus estados pero la decadencia de la nobleza y del señorío de Oropesa ya no se detendrá hasta que en 1768 pasa por fallecimiento sin descendencia de la condesa a su primo el Duque de Alba, volviendo así a unirse estas dos casas después de haber nacido de un tronco común y cuatrocientos años de historia por separado.
Por muerte de la hija del duque sin descendencia, pasa el Señorío al rey Carlos IV quedando para la casa de Oropesa solamente el título y sus propiedades privadas. La decadencia continúa cuando se une el condado a la casa del duque de Frías.
El hermoso patio porticado del palacio de los Álvarez de Toledo, hoy Parador de Turismo
UN POCO DE HISTORIA OROPESANA
Vista general del conjunto monumental de Oropesa
Los restos arqueológicos que se hallan diseminados al norte de Oropesa, aunque se encuentren a menudo en jurisdicción de la villa, están más cercanos a otros municipios, pues la complicada división de términos y dehesas que resultó de las exenciones de las villas respectivas hace que, por ejemplo, muchos de los restos paleolíticos del Guadyerbas se encuentren en término de Oropesa, así como el menhir llamado de Parrillas y otros muchos hallazgos.
Menhir hoy desaparecido situado junto al embalse de Guadyerbas.
Se observan numerosas cazoletas.
Son numerosos los útiles de piedra tallada y pulimentada hallados que representan la huella del hombre del paleolítico o de la Edad del Cobre respectivamente, así como los monumentos megalíticos que confirman la presencia humana en esta época, entre dos mil y dos mil quinientos años antes de Cristo.
Algunos fondos de cabaña hallados por el autor en la orilla del embalse y un yacimiento en el Golín de la Senda con lascas de sílex y cerámica son muestra de los poblados que en esta época y a lo largo de la Edad del Bronce poblaron el valle del Guadyerbas en término de Oropesa.
De la Edad del Hierro contamos con abundantes muestras de que el pueblo vettón habitó la zona dejando sus esculturas zoomorfas como legado. Concretamente en la finca Valdepalacios se conserva un verraco al que le falta la cabeza.Industria paleolítica de sílex de los yacimientos del río Guadyerbas
Los romanos dejaron una epigrafía abundante, como nos describe Jiménez de Gregorio con una lápida dedicada a Júpiter y otras dos invocando a los dioses manes de las que una de ellas hace referencia a un “castillo Comediano”.
Es tradición que esta última desapareció en una restauración de la ermita encontrándose actualmente embutida en el muro.
También son numerosos los restos de enterramientos y yacimientos tardorromanos repartidos por sus campos entre los que fue excavado el conocido como de El Rondal, cerca de Guadyerbas las Bajas y que, por los restos hallados de un horno de fundición y algunas herramientas y clavos de hierro y bronce, podemos deducir tuvo utilidad como lugar de producción metalúrgica.
Otra villa romana fue localizada junto a una necrópolis en el entorno de la laguna de las Limas.Guerrero en azulejería de Ruiz de Luna en el Hogar Rural de 1946, situado en la plaza mayor
En el casco urbano se encontró una estatuilla femenina en terracota con datación probablemente romana.
Hay autores que aceptan la hipótesis de una primitiva fortificación romana de Oropesa que defendería el estratégico paso de la cañada y calzada que desde Talavera (Caesaróbriga) se dirigía a Mérida (Emérita Augusta).
Algunos fragmentos de cerámica y lo estratégico de su situación, además de algunos topónimos de la zona nos hacen pensar en la pervivencia de población musulmana en Oropesa y su entorno.
Este gran torreón es probablemente el más antiguo de la fortaleza de Oropesa, para algunos podía remontarse a época musulmana
La reconquista de la zona estuvo a cargo de los caballeros abulenses que batieron toda la comarca quedando como huella de aquellas conquistas medievales la pertenencia eclesiástica de La Campana de Oropesa a la diócesis de Ávila hasta hace unas décadas.
La repoblación propiamente dicha comenzaría en el siglo XII y ya con Alfonso X se concedieron en 1274 ciertas franquicias a los pobladores del castillo. Nace así la población actual de Oropesa como tal.
Muralla medieval de Oropesa
En 1281 la dona este mismo rey a la Orden Militar de Santa María de España que después se incorporaría a la Orden de Santiago.
A comienzos del siglo XIV el castillo es propiedad de uno de sus hijos, el infante don Juan, que otorga a sus defensores los privilegios propios de los Caballeros de Extremadura.
Permanece Oropesa vinculada a miembros de la familia real como don Juan el Tuerto y sus descendientes, doña Leonor de Guzmán, favorita del rey Alfonso XI y asesinada en Talavera por su esposa la reina doña María de Portugal, y el infante don Juan de Aragón, hasta que en 1369 se une a la noble casa de los Álvarez de Toledo por donación de Enrique II a don García Álvarez de Toledo.
Uno de los dibujos murales en el Hospital de San Juan Bautista. Algunos de ellos son de época medieval
EL NOMBRE DE OROPESA Y SU CASTILLO
UN NOMBRE DE LEYENDA
Escudo de Oropesa en azulejería talaverana
En el siglo XVIII se atribuía la fundación de Oropesa nada menos que a un capitán egipcio que acompañaba a Hércules en una expedición de Ávila a Trujillo.
El capitán se habría llamado Oróspedo Arúnculo, de donde derivarían los nombres de Oropesa y la comarca adyacente del Campo Arañuelo, según dato recogido por García Gil y Fernández Arroyo.
Pero la leyenda con más arraigo popular y que recientemente se ha recreado en jornadas medievales es la que justifica el nombre por el rescate entregado a los moros para obtener la libertad de una doncella.
El precio era el peso en oro de la dama de donde habría derivado el nombre de Oro-pesa, y de ahí que el escudo heráldico de la población sea una dama sobre un castillo sosteniendo una balanza en una mano y la cruz en la otra.
El tributo de este tipo a reyes moros aparece realmente en las crónicas y en la literatura épica medievales.
Escudo de Oropesa labrado en la muralla
Aunque este tema de la toponimia es siempre escurridizo, otros autores quieren ver la procedencia del nombre de Oropesa en declinaciones y latines que indicarían que “Oros” significa monte, refiriéndose a la pequeña sierra de La Ventosilla sobre la que asienta el pueblo, y el sufijo “pes” o “pedis” haría referencia a que el casco urbano se situaría a los pies de esa montaña, lo cual evidentemente no es cierto.
Detalle de la torre del homenaje del castillo de Oropesa
EL CASTILLO DE OROPESA
Ya hemos conocido la existencia en época romana de un “castillo comediano” que tal vez se asentara sobre un castro céltico anterior aprovechando las estratégicas elevaciones de la pequeña sierra de la Ventosilla, que domina desde la altura todas las llanuras del Campo Arañuelo hasta Gredos y que protege el paso de la importante calzada y cañada que desde Toledo iba a Mérida pasando por Talavera y Oropesa.
Torres meridionales del complejo del castillo de Oropesa
A la época musulmana puede que pertenezcan algunos muros terrizos de la zona nororiental de la fortaleza que tradicionalmente se ha conocido como el “Castillo Viejo”o “Patio Musulmán”. Alfonso X manda restaurar y ampliar el castillo y que se pueble su entorno.
Desde la creación del señorío de Oropesa, por merced de Enrique II a García Álvarez de Toledo, hasta su transformación en condado en 1477, parece que se sitúa en el tiempo la construcción del “Castillo Nuevo”.Puerta sur del castillo y la torre del homenaje al fondo
Lo primero que llama la atención es la torre del homenaje, una esbelta construcción que se sitúa en el centro del lienzo de muralla occidental junto al patio del palacio, actual parador de turismo.
La torre está rematada por cuatro garitones en los que se pueden ver encastrados los escudos de los Álvarez de Toledo y los Zúñiga, y un parapeto volado sobre canecillos y defendido por cañoneras y saeteras cruciformes.
Actualmente se accede al castillo por la planta baja de esta torre y se puede ascender por sus tres plantas hasta el ático a través de una escalera de madera. La vista panorámica es impresionante.
En la planta primera se conserva el solado antiguo y una puerta cegada que daba paso a construcciones hoy desaparecidas. Desde la planta segunda se accede al adarve de la muralla. La planta tercera conserva dos miradores palaciegos y una chimenea.Aspillera de una de las torres de la fachada este del castillo
La entrada dispuesta en codo para su mejor defensa y los variados aparejos utilizados hacen pensar a investigadores como Ramón Villa en diferentes fases constructivas y en que este primer nivel de la torre pudiera ser incluso de época musulmana.
Una segunda torre se sitúa en el ángulo noroccidental, también tiene en su interior un mirador y se accede a su plataforma desde el adarve.
A continuación un lienzo de muralla une las torres segunda y tercera conservando algunos tramos de tapial por lo que, como he señalado, se ha especulado con su origen árabe.
De la tercera torre que se encuentra a mitad del lienzo norte de la muralla apenas se conservan los cimientos de su planta circular. La cuarta torre se sitúa en la esquina nororiental y también es circular, aunque mejor conservada y de mayores proporciones.
La quinta torre es maciza y de planta semicircular y la sexta es cuadrada y con dos garitones protegiendo dos portillos que la flanquean.
Es de las más recientemente construidas y podemos observar en su sillería numerosas marcas de los canteros que la ejecutaron. En el ángulo sudeste del castillo se encuentra la séptima torre, que es de planta cuadrada y de estructura muy maciza aunque bastante arruinada en su parte superior.
Esta dotada de mirador y de una escalera de caracol que daba acceso a la plataforma.
Por fin, la torre octava se encuentra en el ángulo suroccidental y es circular en su base y semicircular en su planta alta.
En el lienzo occidental se abrió en el siglo XVIII un acceso para el patio de armas.Torre adosada al muro oriental del castillo
En el interior del castillo debemos destacar una escalinata más ornamental que defensiva en el lado occidental, un aljibe situado en el llamado patio musulmán y las caballerizas adosadas al lienzo oriental de muralla que actualmente se utilizan como sala de exposiciones.
En la excavación arqueológica de las mismas se descubrieron restos de un edificio anterior y unos moldes para la fundición de campanas que hoy se pueden contemplar a través del solado de vidrio.Cubo de la muralla de Oropesa reutilizado como vivienda en el portillo del cementerio
Además del castillo, Oropesa conserva una parte considerable de su muralla circundante que podemos empezar a recorrer a partir del ángulo noroccidental del Parador con la Puerta del Paseo.
La muralla se mantiene todavía en pie hasta la puerta de La Vega y después, hasta la carretera con un portillo que aún se conserva.
A partir de aquí, la destrucción de la muralla ha sido casi total y solamente se conserva un pequeño tramo formando parte de la fachada de una institución bancaria, tampoco se puede ver en la plaza, ni se conserva la antigua Puerta de la Villa, situada antiguamente en el lado septentrional de la plaza.
Pero siguiendo su trazado unos metros sí se conserva un tramo considerable aunque no con la altura original. Otra puerta desaparecida era la Puerta de Talavera y ya sobre el cementerio Viejo, delimitándolo por uno de sus lados, se conserva otro lienzo que acaba en una torre circular reutilizada como vivienda y que formaba parte del llamado Portillo del Cementerio.Vista del castillo desde la esquina noreste
MAYO 2, 2018 MIGUELMENDEZ
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