Revista Coaching
Desde tener uso de razón busqué la lógica en todo lo que me rodeaba. Quería encontrar no sólo explicación y entendimiento, sino el verdadero sentido de cada fenómeno de la vida. Por eso decidí estudiar biología, por un tiempo me vinculé estrechamente con la ciencia, pero las respuestas que esta me podía dar, sólo me satisfacían en parte. Vivimos en un mundo principalmente materialista y hemos crecido en este mundo guiado exclusivamente por conceptos basados en la ciencia (conocida por nosotros, pero de ninguna manera completa e indefectible). Hemos estudiado historia, escrita por los intereses políticos de siempre, leyes físicos y biológicos ya obsoletos y refutados científicamente y todo esto totalmente fuera del contexto mental, emocional y espiritual. Si el ser humano es cuerpo, mente y espíritu, entonces ¿cómo es posible negar que todo lo que crea,- a través de sus energías, pensamientos, palabras y actos-, y que le repercute en cuanto se materializa, tenga la misma estructura de las tres unidades?! Al no encontrar las respuestas materiales a mis inquietudes, tuve que reconocer que las cosas sólo tienen sentido examinándolas en estos tres niveles arriba mencionados al mismo tiempo.
Una vez comprendido esto, empecé a enfocar los problemas desde lo espiritual, procurando relacionarlos consecuentemente con la contemplación material. Las experiencias que tuve gracias a ese modo de ver el mundo que me rodea, me hacían creer firmemente que todo lo que de alguna manera sirve para la mejora y por lo tanto para la adaptación del ser humano está relacionado con las leyes y correlaciones biológicas-espirituales universales.
Hace unas semanas al estudiar las 5 leyes biológicas de la nueva medicina germánica de Hammer me hice la pregunta: ¿Qué sentido biológico puede tener el Coaching?
Como decía Darwin “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio.”
Sólo sobrevive la especie la que mejor se adapta a su entorno, de igual manera, de las ideas, tendencias, escuelas y métodos sólo perdurará lo más apto, más útil, más ecológico y más práctico en el sentido biológico, o sea lo que mejor sirve para resolver las dificultades que la vida nos presenta apoyando de esta manera la sobrevivencia del ser humano.
Surge la pregunta, ¿cómo el Coaching está relacionado con mi sobrevivencia?
Veamos algunos beneficios que una persona puede obtener a través del proceso de Coaching:
ü Sacar a la superficie y desarrollar el potencial de la persona
ü Ser capaz de motivar y aprender a auto motivarse para alcanzar los objetivos deseados
ü A través del cambio y el aprendizaje mejorar el rendimiento y desarrollar habilidades para obtener resultados sin precedentes
ü Eliminar patrones negativos de conducta y/o pensamiento, cuestionando creencias y acuerdos que nos limitan
ü Superar obstáculos, límites, bloqueos
ü Aprovechar al máximo las propias habilidades y recursos
ü Dar respuestas más rápidas y efectivas a situaciones complicadas
ü Tener mayor flexibilidad y adaptabilidad al cambio
Si la mejor adaptabilidad al cambio, -que en lenguaje del Coaching significa lograr mejor autoconocimiento, comunicación, mejor gestión de mis propias emociones y de los demás, capacidad de cambiar conscientemente mis estados de ánimo, pensar y expresarme en forma positiva, asumir mi responsabilidad, desarrollar mi capacidad de resolver problemas, romper con los hábitos que dificultan el logro de mis metas, etc.- favorece mi sobrevivencia en el sentido biológico, entonces por fin puedo comprender, por qué el Coaching es el método más reconocido de las últimas décadas (¡mundialmente!) en aumentar el rendimiento personal y profesional.
El Coaching es simplemente eficaz, porque sus objetivos están totalmente alienados con los objetivos de la Madre naturaleza, o sea EL COACHING TIENE SENTIDO BIOLÓGICO. Gracias a la mejor adaptación y cambio mental-emocional-espiritual y por lo tanto física también, que logramos a través del Coaching, somos más SANOS, más FELICES y por consecuencia más ATRACTIVOS, con lo que aumentamos las posibilidades de nuestra propia sobrevivencia en el sentido social, mental y biológico.
Esta idea es totalmente compatible con la teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow sobre la motivación humana de 1943.
Maslow formula en su teoría una jerarquía de necesidades humanas y defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide), los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados (parte superior de la pirámide).
Veamos cuales son estas necesidades:
Necesidades básicas (Fisiológicas)
Necesidades de Seguridad y Protección
Necesidades Sociales
Necesidades de Estima
Nivel de Auto realización
Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las jerarquías, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a ésta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, o al menos, hasta cierto punto.
Porque satisfacer a estas necesidades biológicas, mentales, sociales y espirituales y alcanzar un siguiente nivel como ser humano integral, es la razón por lo que estamos aquí, es la meta que de una forma o de otra todos tenemos, en concordancia con la Madre Naturaleza.
Y tener un “pack de herramientas” tan sencilla, práctica y adaptable a cada uno de nosotros, -que apoya a nuestro florecimiento como ser material-emocional-espiritual- a nuestro alcance como el Coaching, es un increíble regalo que debemos aceptar y usar tanto en nuestro propio beneficio como en de los demás.