«Buena cantidad de hipótesis en las que se apoyan los seguidores de la conspiración lunar pueden ser refutadas sencillamente echando mano de conocimientos básicos de física aprendidos en Secundaria o en un Museo de la Ciencia. Pero para ello es fundamental dedicar unos minutos, usar la cabeza, pensar con cautela, tener en cuenta todos los elementos que entran en juego y, después de todo eso, buscar explicaciones racionales. Aunque la física estará presente en otros apartados, es en éste en el que deja tras de sí una huella más marcada. Para entender por qué algunas fotos no son fraudulentas, a pesar de que el sentido común nos dicte lo contrario, deben dominarse conceptos como presión, peso, combustión, atmósfera y vacío. Y es que el sentido común no siempre tiene la razón, puesto que éste busca el camino más corto hacia las explicaciones causales, sean lógicas o no. El camino más corto no siempre es el correcto».
La conspiración lunar ¡vaya timo! (2009)
[Extracto del libro escrito por Eugenio Manuel Fernández Aguilar]
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