El gusto es junto con el olfato, un sentido químico, además están muy relacionados porque sin el sentido el olfato no sano, el gusto no está completo. Una prueba de ello es que cuando estamos resfriados, con la nariz taponada, las comidas no nos saben a nada e incluso esto hace que disminuya nuestro apetito.
El órgano el gusto es la lengua, más concretamente las papilas gustativas que se encuentran en ella, podéis observarlas como pequeñas rugosidades en su superficie. En las papilas gustativas están los botones gustativos que alojan los quimiorreceptores capaces de captar el sabor (sensación que nos produce el sentido del gusto) de las sustancias químicas disueltas en agua.
Hay tres tipos de papilas.
-Las que están en los laterales y superficie de la lengua en la parte más externa, que captan sabores ácido, dulce, salado.
-Las que están en la parte de atrás de la lengua, en su base, que captan sabor amargo.
-Las que están en laterales y punta de la lengua que no captan ningún sabor si no textura y temperatura.
Según donde miremos encontramos que se reconocen 4 o 5 sabores:
- ácido
- amargo
- dulce
- salado
- sabroso o umami
Los bebés desde el nacimiento son capaces de diferenciar los sabores, prefiriendo el sabor dulce lo que esta relacionado con su supervivencia ya que la leche materna es dulce.
En el feto en la semana 32 el sentido del gusto ya está totalmente desarrollado y puede percibir los cambios en el sabor en el líquido amniótico. Después de nacer sienten preferencia por el sabor dulce que es el de la leche materna, posiblemente por cuestiones de supervivencia. Más adelante a partir del 5º-6º mes les empieza a gustar las cosas más saladas, momento ideal para empezar con la alimentación complementaria además del pecho. Cuantos más alimento les ofrezcamos a partir de esta época más fácil será desarrollar su sentido del gusto y que coman de todo (siempre con sentido común y no todos a la vez).
A partir el año el gusto del niño es como el del adulto, con sus preferencias, hay que intentar que las comidas sean agradables no solo al gusto si no también a la vista y al olfato para conseguir que aprenda a comer bien y de todo.
Los trastornos del gusto en Pediatría son poco frecuentes, los que más vemos suelen ser transitorios y asociados a una pérdida de olfato por circunstancias autolimitadas: resfriados, rinitis alérgicas, desviaciones de tabique…
-Ageusia: perdida o reducción de este sentido, como os comentaba asociado a enfermedades que afectan al olfato o quemaduras en lengua, algunas parálisis faciales, estomatitis, glositis, traumatismos cerebrales…
-Disgeusia: es la percepción distorsionada de los sabores, se puede ver en enfermedades mentales como la depresión, con ciertos medicamentos…
-Hipogeusia: ocurre cuando la percepción de los sabores está disminuida, por ejemplo cuando envejecemos.
#gustoBebé
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