Revista Coaching

El sentimiento de culpa: ¿qué es?

Por Conócete Y Quiérete

En un post anterior os hablábamos del llamado “complejo de Pepito Grillo” (ir) ¿Recordáis? Pepito Grillo, aquel personaje que se aparecía a Pinocho cada vez que decía alguna mentira o hacía algo indebido, y que de alguna manera representa a la voz de nuestra conciencia pero también a nuestro sentimiento de culpa. Pero…
¿Qué es el sentimiento de culpa? ¿Para qué sirve?

el sentimiento de culpa: ¿qué es? ¿para qué sirve?
Cada vez que superponemos un juicio de valor a nuestros sentimientos, estamos experimentando la culpabilidad en forma de remordimientos, de reprimenda, de preocupación por lo que podríamos haber hecho o dejado de hacer.
Unos remordimientos que, aunque tienen una parte positiva en la medida en que nos sirven para pueden servirnos para no volver a cometer el mismo error en el futuro, la mayoría de las veces producen un sufrimiento innecesario.
“De nada sirve lamentarse”La culpa nos mantiene inmóviles contemplando el pasado; el error que hemos cometido y que ya no se puede arreglar. Por añadidura la culpa es una carga para el futuro ya que nos sume en la preocupación y nos genera ansiedad; ansiedad por las consecuencias que se  puedan derivar de ese error y que creemos no poder controlar.
Por tanto, es obvio que la culpa es un sentimiento negativo y perjudicial, que nos hace malgastar mucha energía. Pero entonces ¿por qué todos nos hemos sentido así alguna vez? Es más… ¿por qué algunos nos sentimos así tan frecuentemente?
En nuestro próximo post veremos cómo el sentimiento de culpabilidad se gesta ya en la infancia (ir). Hoy nos limitaremos a señalar los “Supuestos” beneficios psicológicos de la culpa
Primero, la culpa es una forma de evasión: mientras pensamos en el pasado aunque sea para lamentarnos, evitamos tener que encarar el futuro. Nos resulta más fácil y cómodo estancarnos ahí, aunque sea doloroso, que ponernos de nuevo en marcha.
Segundo, de alguna manera nuestro subconsciente cree que cuanto más suframos, más merecedores de perdón seremos. Es como si estuviera bien visto sufrir porque con ello demostramos que tenemos bien interiorizados los conceptos del bien y del mal, de las normas; como si esperásemos así ganarnos la aprobación y comprensión de la gente.
Tercero, porque también de alguna manera la culpa nos devuelve a la seguridad de la infancia, a aquella época de nuestra vida en que otros decidían por nosotros.

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Algunos libros que podrían interesarte:
Cuando digo no me siento culpableautor: Manuel J. Smith (ver)
Tus zonas erróneasautor: Wayne W. Dyer (ver)
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