Revista Opinión

El ser humano y el concepto de perfección

Publicado el 26 enero 2011 por Anveger

La mente humana a lo largo de la historia ha concebido una serie de seres superiores a nosotros, a saber: dioses, extraterrestres, ídolos, etc. Estos dioses no tienen que corresponderse obligatoriamente con la concepcion del Dios cristiano que predomina por estos lares.

En otros artículos he argumentado por qué creo que existe la tendencia a la religión en el hombre y que esta religión no se asemeja exactamente a la visión tradicional que tenemos de ella. No se trata de creer en un dios creador, ni en una vida ultraterrena, sino simplemente mostrar fe en algo que no existe y entronizar a este ente inexistente.

Reflexionando sobre este aspecto, llegué a la conclusión de que existe un impulso inherente al ser humano para concebir un ser superior, aunque físicamente no se dé en ese preciso instante. Por ejemplo, yo podría imaginar un Daniel futuro con un coche y una mansión y sin duda este ser me parecería más perfecto.

La creencia en un ser superior tiene su base en la mentalidad de progreso que poseemos los seres humanos. Una vez consumada la concepción del “yo”, inmediatamente buscamos un ser que nos supere para convertirlo en un objetivo vital; es el ser en el que aspiramos a convertirnos en el futuro. Es aquí donde encontramos la raíz del progreso y la confianza en nosotros mismos para mejorar. Esta tendencia se ha dado a través de toda la evolución, pero es ahora cuando, con ayuda de la filosofía y la neurología, hemos empezado a considerar los motivos del avance biológico.

Este ser abstraído es simplemente una meta mental, que cuando se alcanza pierde su propiedad de perfecta y es reemplazada por un nuevo ser, de nuevo perfecto. Estoy seguro de que si Dios bajara a La Tierra y se viniese a tomar unas cañas con nosotros, los creyentes se olvidarían de su perfección y buscaríamos otro ser aún mejor.

Es por esto que se dice que la perfección no existe, porque es un mero concepto humano. Por tanto, existe en nuestra mente, pero cuando se aparece en el mundo físico pierde su propiedad de perfección.

La perfección, además, está ligada a la imagen que tengamos de lo bueno y lo malo, que son dos conceptos que implican un alto grado de moralidad, es decir, de subjetividad, y varían dependiendo del individuo, de los valores en los que se haye inserto y de las experiencias por las que haya pasado en el transcurso de su vida.

La frase “no se echa de menos algo hasta que se pierde” resumiría el contenido de este artículo. Cuando perdemos algo, lo idealizamos de nuevo, como si no lo tuviéramos, y se revaloriza, volviendo a tener la cualidad de perfecto; si lo recuperamos, volverá a convertirse en una realidad física, con sus defectos consecuentes.

La realidad que subyace bajo esta teoría no es más que el mundo de las Ideas de Platón, que eran perfectas pues se encontraban exclusivamente en la mente humana.

Mi conclusión, por lo tanto, es que Dios existe, como concepto que es, en la mente de los seres humanos y de algunos otros animales por la sencilla razón de que no lo pueden ver ni tocar, pues en el mundo físico Dios no encuentra concreción alguna.

 


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