Revista Diario

El sexo después del parto: ¿qué cambia?

Por Belen
Hace semanas que llevo leyendo y estudiando acerca de la sexualidad en el embarazo y sobre todo en el post parto. Es un tema delicado y complicado ya que en la mayoría de las ocasiones las mujeres nos enfrentamos solas a este trance. Nuestras parejas están con nosotras, por supuesto, pero ¿quién nos asesora, quién nos comprende, quién nos ayuda?.
Una vez que la criatura está fuera y la cuarentena ha pasado el ginecólogo te da carpetazo rápidamente. La matrona más o menos igual. De tu médico de cabecera ni hablamos.
Pero en muchas ocasiones, tras un parto vaginal pueden aparecer problemas a la hora de reanudar las relaciones sexuales con tu pareja:
- Sequedad vaginal.
- Dolor durante la penetración.
- Imposibilidad de alcanzar el orgasmo.
- Sangrado o irritación post-coital.
Esto por citar algunos.
Muchas mujeres no tienen problemas, pero yo que los tuve, me gustaría hablar sobre ello. Y lo voy a hacer con toda la naturalidad del mundo.
Tuve un embarazo tan complicado que desde el inicio el ginecólogo nos recomendó abstenernos de cualquier contacto sexual, ya no solo penetración, sino cualquir contacto sexual. El orgasmo podía producirme contracciones y eso no era recomendable. Así que desde la semana 6 de embarazo, momento en que nos enteramos de que mi peque estaba en camino, llevamos una vida monacal. Aunque tampoco había muchas ganas la verdad, los tres primeros meses mareada perdida, con naúseas y unos ascos de aupa. Los tres siguientes pendientes de que no pasara nada y todo fuese bien, muy estresados. A partir del quinto mes reposo absoluto, contracciones al canto, riesgo de parto precoz, como para pensar en hacer el indio. Y los dos últimos meses, de disfrute total de mi embarazo, tenía tal tripa que no hubiera sabido ni como ponerme. Resultado, nueve meses sin catarlo.
Como en su día os conté en otra entrada, el médico que me tocó en suerte cuando parí a mi hijo, me hizo un desgarro interno que costó la friolera de más de cuarenta puntos y dos horas de costura (debió ser en punto de cruz por lo menos). Antes de salir del paritorio la matrona que me atendió me aconsejó que cuando retomara las relaciones sexuales sería conveniente usar algún lubricante que me ayudara. Nunca antes lo había usado y me extrañé un poco.
Una vez en casa, superada la cuarentena, y una vez que los puntos internos parecieron cicatrizar, lo cual costó lo suyo aquello era como una lija del quince. La sequedad vaginal, fruto de los cambios hormonales sufridos, era evidente, y uno de los principales handicaps con los que nos encontramos. La lactancia favorece incluso una mayor sequedad, y era cierto, aquello era impenetrable.
El deseo sexual disminuyó y cayó en picado, leche saliendo de mis pechos, la zona del perineo aún muy sensible, sensibilidad también en la cicatriz de la episiotomía. Además se une todo el tema psicológico, los cambios de tu cuerpo, tu nueva imagen, la no aceptación en muchos casos. Y seguimos sumando, el cansancio, el no dormir. Vamos un cuadro.
Mi marido, como siempre, fue muy paciente, mucho masajito, muchas caricias, mucho abrazarnos estando desnudos, sintiendo piel con piel. Eso es lo realmente importante. Muchas parejas creen que lo importante es penetrar y punto. Y para conseguir un reencuentro realmente bueno, hay que retomar esa fase del galanteo que a veces se nos olvida.
Muchos manuales te dicen cosas como que elijas un momento de intimidad sin el bebé, que no os moleste, que la familia se lo lleve u os ayude,..... gaitas. Tu bebé es tuyo y es imprevisible cuando una criatura de un mes puede reclamarte. Así que apechugas con lo que hay.
Al principio no usamos el lubricante, más por pereza de comprarlo que por otra cosa, pero un día mi marido apareció con él, ¡¡bendita la hora!!. Aquello mejoró ¡y mucho!. Conseguimos una relación muy satisfactoria, y mejoró todo, la elasticidad de los músculos de la vagina, el orgasmo, la penetración. E incluso mejoró la sequedad vaginal. Al conseguir alcanzar el orgasmo, hay una mayor lubricación, una cosa lleva a la otra. Y así poco a poco y con mucha paciencia conseguimos retomar nuestra vida sexual.
Mi consejo, no os obsesionéis con la penetración, es muy importante el contacto físico, las caricias, estimular sexualmente a tu pareja, sin necesidad de penetrar. El sexo tiene un amplio abanico y puede ser muy placentero igualmente. Al principio la penetración será un problema, así que es mejor dejarlo para más adelante. Pero igualmente puede ser satisfactorio para los dos miembros de la pareja.
Os diré que fue difícil, los problemas físicos fueron complicados, y ningún médico o especialista te ayuda en esa fase de postparto. Mi marido tuvo muchísima paciencia conmigo, lo cual le agradezco mucho. A día de hoy nuestras relaciones son totalmente normales y no hay secuelas.
Pero considero muy importante conocer los problemas que pueden sobrevenir tras el parto, problemas que se deben hablar y tratar con el profesional correspondiente. Y sobre todo, nosotras no nos debemos sentir mal por ello, debemos tener la suficiente confianza con nuestras parejas para superar juntos ese bache.

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