La analista Diana Tambir, encargada, asegura que publicar o responder un comentario en la red social activa la misma región del cerebro, en algunas personas, que cuando se come un buen platillo o, para ciertos casos, al experimentar placer durante el coito. Este efecto se debe a la necesidad del ser humano de hablar de uno mismo que provoca una agradable sensación de recompensa y gratificación; similar el caso a lo que ocurre con el chocolate que iguala al placer de besar. La revista científica Proceedings revela que cerca del cuarenta por ciento de las conversaciones que mantenemos en la vida real -qué raro se oye eso- es en relación a nosotros, esta cifra incrementa al doble vía web por lo que el impacto se potencializa a ser intrínsecamente gratificante. Sucede porque dicha región neuronal, en el sistema mesolímbico a causa de la dopamina y el nucleus accumbes en el área tegmental ventral del cerebro se despierta ante la valoración de un suceso -comida, sexo, comentario en Facebook- que el individuo valúa como personal. Curiosamente si no compartimos información, sobretodo lo personal, asegura la especialista puede ser nocivo para la salud. Al paso que vamos, sin duda, y con lo fácil que es actualmente activar dicha zona cerebral -solo comentar o subir algo personal- día a día veremos menos seres humanos inter actúando y prefieriendo un i like que pasar la tarde en algún Starbucks charlando.
Al menos así lo afirma una investigación dada a conocer a principios de mayo de dos mil doce por el Departamento de Psicología de la Universidad de Harvard.
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