Hay en Andalucía un político, ex alcalde, por el momento jubilado, al que sus amigos llaman el "sietetetas" porque cuando estaba en el poder chupaba de todas partes. No lo conozco pero como soy un antropólogo insaciable, me he puesto en la cola para poder comer con él un día y aprender mucho sobre la prodigiosa y temible fauna política que ha convertido la rica y fértil Andalucía en una de las regiones más retrasadas, postradas y desgraciadas de Europa.
Los que le conocen afirman que conocer al "sietetetas" es un privilegio. Autodidacta, simpático, dicharachero, amigable, maestro en la corta distancia, dicen de él que sus paisanos le adoraban y que obtenía votos hasta de aquellos a los que había engañado y timado. Por lo visto, a sus setenta años cumplidos, el "sietetetas" es todo un sabio popular de envergadura, un tipo que conoce perfectamente las entrañas del poder, que posee información sobre muchos secretos y que es capaz de descifrar muchos misterios de la vida política española.
Lo mejor del "sietetetas" quizás sea su tesis del "Gran ERE Nacional", su receta para salvar a España. Él asegura que es infalible y que funcionaría. Lo curioso es que, según me cuentan, suele convencer a sus interlocutores con tan atrevida receta. Afirma que los periodistas, al condenar a la Junta de Andalucía por sus EREs ilegales y delictivos están desacreditando la única solución que tiene España para salir de su terrible drama actual.
¡En qué consiste el "Gran ERE Nacional"? Afirma el "sietetetas" que existen en España colectivos que obstaculizan el progreso y conducen al país hacia la ruina. Esos colectivos están encabezados por tres claramente peligrosos y dañinos: los políticos, los empresarios y los agentes sociales. Argumenta que hay dos opciones frente a ese personal que estorba: jubilarlos o meterlos en la cárcel, y que la primera opción, la de jubilarlos, es la más económica y rentable.
El Gran ERE Nacional consiste en convocar a los políticos de este país y ofrecerles jubilaciones bien remuneradas. Dice el "sietetetas" que por muy caras que resulte la jubilación de tanto político inepto, corrupto y ajeno a la democracia, el país ahorraría miles de millones en tarjetas VISA, coches oficiales, privilegios, corrupciones, secretarias, enchufados y mil trucos y trampas que están desangrando a España. Sería, a todas luces, una operación rentable que quedaría amortizada en un par de años, mientras que mantenerlos en el poder nos condenaría a vivir durante décadas en la decadencia, el deshonor, la corrupción, el ridículo y la pobreza.
El segundo colectivo al que habría que prejubilar con un gran ERE es a los empresarios, gran parte de los cuales no sirven para crear riqueza porque se han envilecido babeando detrás de los políticos, siempre en busca de ventajas y de subvenciones, incapaces ya de asumir riesgos y de afrontar grandes desafíos empresariales. Jubilarlos sería la mejor inversión para crear empleo y riqueza con nuevas hornadas de empresarios limpios y no podridos por la complicidad con los políticos corruptos.
El tercer colectivo merecedor con urgencia de un ERE masivo es el que forman los sindicalistas y los representantes de los empresarios, los llamados "agentes sociales", una de las peores lacras del país, también acostumbrados a vivir del privilegios, del chantaje y del dinero público, que reciben a expuertas de los políticos a cambio de silencio, complicidad y cobertura de las tropelías y abusos que realizan conjuntamente. Sindicatos y patronales se han convertido en sociedades mercantiles camufladas, incapaces de vivir limpiamente de las cuotas de los afiliados, construidas a imagen y semejanza de los políticos y sus partidos, cotos cerrados que se reparten el dinero público entre familias afines al líder y algunos empresarios y empresas enchufadas. Hay una frase del "sietetetas" que resume perfectamente el drama: "A mi me llamaban el "sietetetas", pero el que quiera conocer a muchos veintetetas y treintatetas, que se asome a los sindicatos andaluces o a la CEA. A su lado, yo era una hermana de la caridad". Jubilar a esta gente - dice- equivaldría a abrir las ventanas de España para que entre aire fresco y limpio de montaña en pulmones infectados y enfermos".
Hay más colectivos que deben entrar en el "Gran ERE Nacional", pero, según el "sietetetas", estos tres son los que hay que jubilar con más urgencia "para poner en marcha la rueda de la regeneración".
Jubilar a todos estos "pájaros" y librar a España del enorme lastre que representan es, a juicio del "sietetetas" la mejor inversión posible e imaginable para un país que ya no aguanta más la labor succionadora y demoledora de las legiones de parásitos que se ocultan en la clase política, en la clase empresarial y en los profesionales del sindicalismo y la representanción, verdaderas mafias que necesitan ser urgentemente erradicadas para que la parte sana, noble y trabajadora de España pueda aflorar y regenerar el tejido podrido.
Sueño ya con el día en que consiga sentarme a la mesa con el "sietetetas" para mantener con él una larga y productiva charla sobre los secretos y resortes de la infectada política española. El amigo que me lo va a presentar me dice que, cuando conozca al personaje, debería escribir un libro sobre su vida y sus teorías, "con el que ganarás más dinero que con esos ensayos de pensamiento político que has publicado en los últimos años". Pero me advierte que el gran negocio sería cobrar mil euros a todo el que quiera sentarse a la mesa con el "sietetetas" para descubrir las claves del laberinto español y los misterios y resortes de la política española. "Si organizamos una empresa cuyo objeto social sea comer con el "sietetetas", nos forramos", afirma mi amigo.