Revista Psicología

El significado de este primer año como bloguero

Por Paulo Mesa @paucemeher
El significado de este primer año como bloguero

Con esta llego a mis primeras 90 entradas. Aunque el blog se materializó el 15 de septiembre de 2013, en realidad se ha consolidado desde enero de 2014. El 2013 más bien fue un periodo de ensayo y error. Llegando "al hoy" de diciembre de 2014 y terminando este primer año real de publicaciones, creo que es un buen momento para hacer balances. Posiblemte si piensas en los costos y retos que representa crear y sostener un sitio web como este, tal vez lo que viene te de una idea de lo que ha sido mi experiencia.

Recuperarme: En un momento en el que mi vida se estaba apagando por falta de pasiones y proyectos inspiradores, a mi esposa un día se le ocurrió sugerirme que empezara un blog. Conozco pocas cosas tan apasionantes, relajantes y liberadoras como escribir. Fue algo que abandoné por muchos años, pero que con el blog pude recuperar.

Un escape para mantenerme vivo y creativo: Puedo hacer una estadística sencilla: de cada 10 cosas que atiendo en mi trabajo habitual, 9 son enredos que hay que desenredar y 1 es algún tema inspirador sobre el que hay que descubrir, construir y aprender. Enfrento mucha política, relaciones, prudencia, atención que poner y pocos riesgos que tomar. Ya se podrán imaginar lo frustrante y árido que puede ser a veces.

El blog funciona con una ecuación radicalmente distinta: 9 asuntos inspiradores e inciertos que enseñan muchas cosas y 1 cosita por ahí enredada y no tan agradable (comentarios que no vienen al caso, errores de redacción o digitación que detectan mis lectores, programaciones que no funcionan, etc.). El blog mantiene mi vida en equilibrio y me previene de no perder el alma y la cabeza.

Construir una nueva disciplina: Hablar de disciplina en Colombia es como una herejía. Esta es la tierra de la informalidad y el auto-sabotaje. Sin embargo, aunque escribo cada que se me ocurre o que la musa de la inspiración me lo pide, WordPress me facilita programar todo para que salga cumplidamente los lunes y de paso darle una manito al SEO y al amor que lentamente el robot de Google le profesa a mi humilde blog.

Contribuir viviendo la realidad de manera diferente: Me han preguntado ¿Para qué tienes ese blog? ¿No es mucho trabajo? ¿Qué pretendes con eso? La respuesta es sencilla: quiero contribuir con la vida de otros ayudándoles a que abran los ojos. Por otra parte, cuando ya empiezas a escribir en serio y vas construyendo una línea de pensamiento te vas dando cuenta de que tu propia vida se vuelve exigente, es decir, si hablo de minimalismo y simplicidad primero debo vivir ese mensaje. Si quiero matar mi inspiración solo basta con que deje de ser coherente con mi discurso. Creo que a casi nadie le importa ni me observa, pero yo mismo me reto a ser primero la acción de lo que declaro.

Leer más y mejor la realidad...: Conectado con lo anterior, la lectura es un hobbie para mí, pero la disciplina del blog me ha abierto los ojos no sólo para leer libros o artículos, sino a explorar en los blogs de mucha gente y a darme cuenta de lo interesante que puede ser pescar en las ideas de los demás. Adicionalmente, la lectura de la realidad, ver lo que pasa, analizar cosas aparentemente triviales y cotidianas se convierte en otra forma de inspiración.

Luchar contra mí mismo: El blog me ha mostrado también quiénes son los seres que me habitan, qué piensan, qué quieren, qué dicen y qué buscan. Soy una unidad compuesta por varios demonios. Por ejemplo, uno de ellos casi me hace suspender y hasta borrar el blog en mayo de 2014 solo porque el tráfico no crecía, estaba desgastado y cansado, mi trabajo me robaba toda la energía, la alegría y la inspiración, y no le estaba encontrando sentido a lo que hacía.

También hay ángeles dentro y afuera que me sostuvieron y no me dejaron decaer y, que por el contrario, me dieron la inspiración para que luego entre junio, agosto y septiembre catapultara el blog triplicando el tráfico promedio con el que venía.

Ir construyendo una comunidad y ser parte de otras más: Un buen amigo personal y bloguero ocasional desde el 2011 me insistía con que empezara un blog. La verdad no sabía sobre qué escribir y creo que me demoré mucho para entender qué era un blog y qué servicio podría prestar. Otra cosa en la que él me insistía era en lo apasionante que es crear una comunidad, en contar gente que te siga. Hoy día doy fe de eso: el solo hecho de ver que alguien decide seguir tu blog produce muchas sensaciones y a la vez un refuerzo positivo que ya no quieres dejar caer. Se te vuelve un compromiso genuino y del alma.

A veces me llama la atención la gente que en sus blogs declaran que: "escribo para mí, no importa si a alguien le gusta, si hay tráfico o no". Si piensan así entonces ¿Para qué tienen un blog público? Les sale más económico tener un archivo en Word guardado en sus discos duros y escribir todo lo que se les ocurra sin necesidad de publicarlo.

La fiesta con ser bloguero es precisamente influenciar, es ver qué funciona y qué no, qué toca el alma de tus lectores y qué no, es experimentar la frustración de una entrada que te fascinó pero cuyo tráfico fue un desastre o presenciar aquella entrada que escribiste sin mucho ahínco pero que se volvió casi viral. ¡Que venga y me diga cualquier bloguero si eso no es excitante!

Vencer el miedo y el perfeccionismo: Finalmente, como lo he mencionado en un par de entradas anteriores, el blog me ha forzado a vencer el miedo y el perfeccionismo.

En la próxima entrada me detendré un poco en las lecciones aprendidas que me ha traído el ser bloguero. Gracias de antemano por tus comentarios si algo parecido te ha pasado a ti.

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