Mike Whitney, CounterPunch
La Eurozona cae en una recesión que podría haberse evitado. Si los responsables políticos hubieran dado apoyo fiscal a los países afectados del Sur y hubieran garantizado los bonos de sus gobiernos (como hace el gobierno de EE:UU. con los bonos del Tesoro) sus economías podrían haber seguido creciendo mientras se hacían las reformas necesarias. Pero la Troika (el FMI, el BCE y la Comisión Europea) decidieron condicionar los rescates a la aceptación por parte de los Estados miembros de duras medidas de austeridad que obligaron a los dirigentes a recortar las nóminas, los servicios y los programas de sus gobiernos. El resultado fue totalmente predecible: la actividad económica comenzó a chisporrotear mientras un país tras otro sucumben ante una maligna crisis económica. Por lo tanto la desaceleración fue básicamente algo opcional, una herida autoinfligida causada por la mala toma de decisiones en Bruselas y Frankfurt. Cualquiera podía prever cuál iba a ser el resultado porque una política contractiva lleva a la contracción económica. Si se implementan políticas que se crearon para encoger la economía, la economía se encogerá.
Durante el último mes, más o menos, la atención se ha concentrado sobre todo en España, y por una buena razón. El sistema bancario español se derrumba bajo el peso de una cartera morosa de decenas de miles de millones de préstamos generada por la gigantesca burbuja inmobiliaria que se sigue desvalorizando. El desempleo en España es el mayor de Europa con un 24%. (Entre los jóvenes más de un 50%). A pesar de esto, el presidente del gobierno derechista de España, Mariano Rajoy, trata de llegar a los objetivos deficitarios exigidos por la Troika que aumentarán aún más el desempleo mientras profundizan la depresión. Según Der Spiegel:
“El presidente del gobierno anunció recientemente que quiere reducir los gastos en el sistema educacional y sanitario del país en 10.000 millones de euros… Para cumplir las exigencias del gobierno central, las regiones tendrían que recortar 80.000 de 500.000 empleos docentes”.
Como se puede ver, las medidas de austeridad y la consolidación de la deuda solo aumentan los infortunios de España. Finalmente, después de mucha miseria innecesaria, España necesitará un rescate, aunque el presidente del BCE Mario Draghi insiste en que no es así.
Pero los problemas de Europa no se limitan a España o a países de la periferia. La producción de Francia ha descendido por segundo mes consecutivo y el ritmo del deterioro se acelera. El sector de servicios también da muestras de ansiedad al tener efecto las medidas restrictivas y la reducción gradual de la demanda agregada. El desempleo aumenta mientras se profundiza la recesión. Según datos de Eurostat la tasa de desempleo "desestacionalizada" en Francia llegó a un 10% en abril, la más alta de los últimos 12 años. El aumento del desempleo ha llevado a una subida de la pobreza que ahora afecta a un 13,5% de la población. Las medidas de austeridad han llevado a una disminución del consumo, una erosión de la confianza y una desaceleración generalizada en todos los sectores. A pesar de ello, los inflexibles banqueros y burócratas de Bruselas y Frankfurt no se han apartado un ápice de la política original. Se mantienen inconmovibles en su compromiso con la austeridad.
Draghi defiende como sigue la austeridad en una entrevista en el Wall Street Journal:
“No hay ninguna alternativa a la consolidación fiscal, y no debemos negar que esto es contractivo a corto plazo. En el futuro habrá el denominado canal de la confianza, que reactivará el crecimiento; pero no es algo que suceda de inmediato, y por eso son tan importantes las reformas estructurales, porque la contracción a corto plazo vendrá seguida por un crecimiento sustentable a largo plazo solo si se establecen esas reformas”. (“Q&A;: ECB President Mario Draghi”, Wall Street Journal )
Nótese que Draghi no defiende la austeridad sobre la base de alguna teoría económica identificable, ni cita algún ejemplo de éxito de la austeridad. (¿Existe alguno?) Tampoco nombra a ningún economista destacado que apoye la teoría. Es solo: “Confiad en nosotros, somos los expertos”… “la expansión contractiva funcionará porque nosotros lo decimos” a pesar de que la economía se hunde, el desempleo y la pobreza extrema están a alturas récord y la Eurozona está hundida en la peor recesión de los últimos 80 años. “Confiad en nosotros. Sabemos lo que estamos haciendo”. Y lo que sigue es un ejemplo del punto de vista de Draghi sobre la tributación expresado en la misma entrevista:
“Una ‘buena’ consolidación es aquélla en la cual los impuestos son menores y el menor gasto gubernamental tiene lugar en infraestructuras y otras inversiones”… “Una ‘mala’ consolidación es en realidad la más fácil… aumentando impuestos y reduciendo el gasto de capital”.
Resumamos: La reducción de los gastos públicos y la austeridad, “Bueno”. Aumento de los impuestos, “Malo”. ¿No se trata de las mismas incoherencias derechistas que hemos oído durante años? La “austeridad” significa un ataque contra el modelo social de Europa y apunta a hacer retroceder los adelantos progresistas del último siglo. Existe un acuerdo casi universal de que las medidas restrictivas no conducen a la recuperación, solo empeoran las cosas. La reducción de déficit en medio de una recesión es un modo seguro de asfixiar la actividad económica y de fomentar la intranquilidad social. Es lo que ha sucedido. Aparte de convertir muchas de las principales ciudades de la UE en free-fire zones (zonas militares sin restricciones, N. de T.), la austeridad está remodelando el paisaje político y alimentando elementos radicales en la derecha y la izquierda que piden el fin de la unión de 17 miembros y un retorno a la soberanía nacional. (¡Hurra!).
A pesar de todo, los responsables políticos parecen hacer caso omiso de la tormenta política que han provocado. Siguen concentrados como un láser en su principal objetivo, que es asegurar que una parte mayor de la riqueza nacional suba por la cadena de ingresos. Lo hacen manipulando la falsa “crisis de la deuda” mientras sus lacayos políticos y “técnicos” reducen las pensiones, la atención sanitaria y los subsidios a industrias protegidas; recortan los presupuestos estatales, reducen su fuerza de trabajo federal, aplastan al sindicalismo, eliminan los tributos e impuestos sobre el capital y privatizan más activos y servicios públicos. Menos gobierno significa menos actividad, menos puestos de trabajo, menos demanda y más dificultades para los trabajadores. En otras palabras, la austeridad logra exactamente lo que debía lograr: más beneficios para el 1% y cero para los demás. Lo que sigue es un pasaje de un artículo en Reuters : “La caída del volumen de negocios en la Eurozona se profundizó a un ritmo mucho más rápido de lo previsto en abril, sugiriendo que la economía seguirá en recesión por lo menos hasta la segunda mitad del año…
“Las nuevas cifras deprimentes de PMI indican claramente que la economía de la Eurozona sigue con la soga al cuello”… Las fábricas europeas tuvieron su peor mes desde junio de 2009. Las compañías dicen que sus libretas de pedidos se reducen y que están reduciendo los puestos de trabajo como reacción a la caída de la demanda…
“No existen verdaderos impulsores de crecimiento, lo que sugiere que aunque la tasa general de deterioro es modesta por el momento, podemos ver que continuará empeorando en los próximos meses”, dijo Chris Williamson, economista jefe del compilador de PMI (índice de gerentes de compra) Markeit” (“Euro zone slump deepens unexpectedly in April”, Reuters )
La “consolidación de la deuda” y las “reformas estructurales” de Draghi han aumentado las presiones deflacionarias y profundizado la recesión. Han sido un fracaso total como cualquiera con medio cerebro podría hacer predicho.
Por lo tanto, ¿se supone que debemos creer que el presidente del BCE no sabía cuál sería el efecto de sus políticas, que no sabía que las políticas contractivas llevarían a una contracción económica?
Claro que lo sabía. Draghi no es un idiota; es un economista muy competente. Esto solo demuestra que tenía un motivo ulterior, que la política se elaboró para servir los intereses de sus compinches de la banca y no los del 99%. Después de todo, el verdadero propósito de la austeridad no es reducir déficit o incentivar el crecimiento, sino colocar a los gobiernos una camisa de fuerza fiscal para que la industria privada y las grandes finanzas consigan una mayor tajada de la torta. ¿No es precisamente el objetivo de todo el asunto?
Evidentemente lo es. La austeridad es solo la versión europea de “matar de hambre la bestia”.
____________ Tomado de RebeliónUna mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización