El silencio como medio de autoconocimiento

Estamos muy acostumbrados a las palabras. El lenguaje es el principal medio de comunicación humano. Sin embargo, la palabra adquiere su significado más profundo en base al contraste que se establece con el silencio. En cambio, existen situaciones muy cotidianas en las que es posible observar que muchas personas se sienten incómodas cuando están en silencio. Por ejemplo, cuando vamos con un desconocido en el ascensor solemos recurrir a temas muy habituales como el tiempo para poder intercambiar unas palabras que en realidad no conducen a ninguna parte. Del mismo modo, cuando subimos a un autobús solemos buscar un asiento vacío para no ir en compañía de un desconocido.

Es muy difícil sentir el silencio en la sociedad actual, especialmente, en las grandes ciudades y capitales de provincia. Lugares en los que en muchos momentos el ser humano convive con un nivel importante de contaminación acústica y de ruido. Pero para sentir el silencio no es necesario estar en un convento o en un pueblo deshabitado.

Por ejemplo, puedes practicar la relajación cada día antes de acostarte. Cuando estás tumbado en la cama puedes aprovechar para ponerte un poco de música relajante y respirar de forma profunda para poder recuperar el equilibrio que a veces perdemos a lo largo del día como consecuencia del estrés, la ansiedad y la presión laboral.

Por otra parte, existen otras actividades como el yoga o el taichí que también son excelentes para potenciar el control mental y la perfección física. El silencio es esencial para poder fomentar el conocimiento de uno mismo que remite a la paz interior. El autoconocimiento te ayudará a saber quién eres y qué quieres hacer con tu vida. Sin duda, la valentía es la cualidad inherente de aquella persona que se atreve a mirar dentro de sí misma puesto que este proceso también supone hacer frente al dolor de algunas heridas que no cicatrizan de forma fácil.