Revista Talentos

El silencio de Auschwitz.

Por Majelola @majelola

Cuando nos vayamos y el museo cierre, quedará el silencio.
Escuché decir que en Auschwitz y en el inmenso Birkenau todavía el aire huele a cenizas. Yo no lo percibí, quizá porque a veinte grados bajo cero el olfato se adormece. Mucha nieve, placas de hielo y unos cuantos turistas. Escarchado el aliento entre la bufanda del guía. 
Cruzar la puerta de Auschwitz bajo ese letrero infame: ARBEIT MACHT FREI, "El trabajo libera", para después recordar el estribillo que los guardianes del campo habían escuchado a Himmler: "De aquí solo se sale por las chimeneas". 
El silencio de Auschwitz.
Pero si impresiona Auschwitz, Birkenau sacude. Quizá porque es tan grande como nuestra vergüenza, y las ruinas de lo indescriptible están prácticamente sin tocar. Aquí las vías de los ataúdes —¿podrían llamarse de otra forma esos trenes?— penetran hasta dentro reptando, como ofidios siniestros, calcinados y hambrientos.
¿Cómo encajar el espanto de rehacer el trayecto, de dar los mismos pasos que tantas multitudes dieron hacia la ignominiosa muerte? ¿Cómo soporté la vista de las cámaras, de aquellos sótanos ya sin duchas, y el crematorio semiderruido? Y casi lo peor de todo, porque eran los testigos mudos de la agonía brutal: los oscuros barracones de inenarrable inmundicia. 
El silencio de Auschwitz.
Lo soporté porque la mente debe tener recursos insospechados, ya que muchos de los supervivientes permanecen cuerdos. Era mi obligación soportarlo, por ellos, ya que en ese momento yo estaba allí, con mi solo respeto para ofrecer. Soportar aquella sombra desdibujada de lo que fue su horror.
Pero nos vamos y todo queda durmiendo entre la nieve, bajo el silencio que acuna lamentos infinitos. Dentro, donde el genocidio era una maquinaria industrial, burocratizada, rentabilizada al máximo. Fuera, más allá de la doble hilera de alambrada eléctrica, de la bonita casa del comandante Höss, palideciendo helados en el extremo invierno de Cracovia.
Aquí; aquí donde es posible asomarse no sólo a lo que somos, sino a lo que podemos llegar a ser. 
Mariaje López. 
Gracias por cada vez que me dices algo antes de irte. Gracias por tu tiempo, y si además compartes, me ayudas a avanzar.
Licencia Creative CommonsTu  escritora personal por Mariaje  López se encuentra bajo una Licencia  Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0  .

Volver a la Portada de Logo Paperblog