Título: El silencio de la ciudad blancaAutora: Eva garcía Saénz de Urturi.Editorial: Planeta, 2016Páginas: 480.Sinopsis.
Tasio Ortiz de Zárate, el brillante arqueólogo condenado por los extraños asesinatos que aterrorizaron la tranquila ciudad de Vitoria hace dos décadas, está a punto de salir de prisión en su primer permiso cuando los crímenes se reanudan de nuevo: en la emblemática Catedral Vieja de Vitoria, una pareja de veinte años aparece desnuda y muerta por picaduras de abeja en la garganta. Poco después, otra pareja de veinticinco años es asesinada en la Casa del Cordón, un conocido edificio medieval.
El joven inspector Unai López de Ayala —alias Kraken—, experto en perfiles criminales, está obsesionado con prevenir los crímenes antes de que ocurran, una tragedia personal aún fresca no le permite encarar el caso como uno más.
Sus métodos poco ortodoxos enervan a su jefa, Alba, la subcomisaria con la que mantiene una ambigua relación marcada por los crímenes… El tiempo corre en su contra y la amenaza acecha en cualquier rincón de la ciudad. ¿Quién será el siguiente?
Una novela negra absorbente que se mueve entre la mitología y las leyendas de Álava, la arqueología, los secretos de familia y la psicología criminal. Un noir elegante y complejo que demuestra cómo los errores del pasado pueden influir en el presente.
Impresión personal.
Todavía no sé porque no he visitado Vitoria y después de leer este libro, ya estoy tardando en corregir el error. Mira que siempre la tenido como una ciudad ejemplar por haber sido Capital Verde Europea en 2012 y como un modelo de ciudad en el que la bicicleta y los transportes sostenibles son muy importantes. Pero en todos mis viajes al País Vasco, que no han sido pocos, siempre me centrado en San Sebastian y en Bilbao. Desde luego, después de leer este libro, esta ciudad se ha convertido en uno de mis objetivos a visitar más prioritarios en periodo vacacional.
Y no sólo me ha llamado la atención el desarrollo de la acción en la ciudad de Vitoria y Vitoria en sí misma, como si de un personaje más se tratara, sino que esta novela llama su atención y te atrapa en su tela de araña a través de una trama enrevesada que se arrastra desde el pasado y unos personajes dignos de una novela coral donde los errores familiares pasan a ser protagonistas de primer orden. En realidad, todos los personajes son lo que son por sus vivencias en el entorno familiar: Unai, respecto de su abuelo y su hermano o respecto al trágico fin de su matrimonio; los gemelos Ortiz de Zarate respecto de las acciones de sus padres; Alba en relación con su matrimonio; Estibaliz y su hermano respecto del pasado de ambos y todo ello bien engarzado por la historia de una ciudad en la que lo pasado rezuma en cada pared de su casco histórico y en cada uno de los pequeños municipios de su entorno, llenos de leyendas populares que aún se comentan y se temen.
El libro comienza quitándote el "hipo" de golpe con nuestro protagonista, Unai/Kraken en una cama de hospital en estado de coma y desde esa cama nos va desgranando la historia a la vez que piensas ¿para qué me voy a dejar encandilar por este personaje tan de mi estilo si a lo mejor palma al final del libro? Y es que yo (¿para que lo voy a negar?) me encandilo con determinados modelos de policías/investigadores y les soy fiel hasta que aparece otro para incorporar a mi lista. Y Kraken me ha tenido en vilo toda la novela porque no era capaz de perder de vista ese inicio tan desastroso y el desconocimiento de su final que me ha mantenido contenida sentimentalmente hablando. En su letargo Unai nos va contando en primera persona los acontecimientos que se producen en Vitoria en torno a unos asesinatos cuyos inicios se remontan a su infancia cuando comenzaron a aparecer en lugares emblemáticos e históricos de la capital alavesa, los cadáveres de parejas (hombre-mujer) con edades diferenciadas por cinco años en cada ocasión (0, 5, 10, 15 años), acariciándose la mejilla, apellidos complejos y aparentemente nada que ver entre uno y otro que los pueda relacionar más allá de estas coincidencias. Los asesinatos vuelven a sucederse con la misma estructura al margen de otros que parecieran más de venganza o castigo hacia los propios investigadores.
Una trama muy compleja y enrevesada y cuya investigación, llevada a cabo por Unai y Estibaliz, junto a su jefa Alba avanza muy lentamente de forma muy dificultosa, a veces totalmente desviada de otras pistas que la autora va dejando por el camino y que engancha de manera muy acertada para llevarnos al resultado final. Un final sorprendente para nosotros y para quienes investigan, bien armado y totalmente coherente con los acontecimientos presentes y pasados. La novela se desarrolla en dos momentos temporales: por un lado, el momento actual en el que se precipitan los nuevos asesinatos en plenas fiestas de la localidad y, por otra parte, hacia los años 70 en que conocemos a Blanca Díaz de Antoñana, casada con un hombre que la maltrata y de cuyo maltrato sólo es testigo el Doctor Urbina que es quien la atiende y la apoya. Una historia del pasado conmovedora, injusta y dura que te remueve y que acaba enganchando en su momento con la del presente.
Ruinas de Ochate
Al margen de estas características dignas de mención, me han cautivado los personajes, todos ellos. Desde el abuelo de Unai (yo quiero un abuelo como ese), sabio, comprensivo, paciente y comprometido con los suyos hasta el límite, hasta Matusalem, el hacker que colabora con Tasio y con Unai. Y por importancia en la novela, evidentemente Unai/Kraken, al que espero ver en más novelas como protagonista, un policía/investigador experto en perfiles asesinos que pretende adelantarse a los crímenes y que reconoce en todo momento que se enfrenta a un asesino mucho más listo que él; los gemelos Ortiz de Zarate con un pasado que los arrastra desde hace años al presente que están viviendo, en especial Tasio, en la cárcel durante veinte años por los crímenes del dólmen acontecidos hace años. Alba y Estibaliz, jefa y compañera de trabajo respectivamente de Unai, piezas fundamentales en la trama que se intenta desentrañar. Y otros personajes que acompañan a Unai en su investigación y en su vida privada y que inciden cada uno a su manera en el desenlace final de la novela.En resumen, si ya me gustaba esta autora cuando ley su primera entrega de la Saga de los Longevos, con esta nueva novela me ha terminado de cautivar. Una novela negra mezclada con tintes muy históricos que introduce una trama y unos personajes a los que no se les puede sacar punta por ningún lado. Una ciudad, Vitoria, que te invita en cada esquina, cada taberna, cada leyenda a visitarla y caminar o "correr" de la mano de Unai/Kraken. De su mano he ido en esta novela. Me queda pendiente recorrer sus rutas sobre el terreno real.