“El silencio de la ciudad blanca” de Eva García Sáenz de Urturi: una novela negra adictiva

“El silencio de la ciudad blanca” está ambientada en la bella ciudad de Vitoria

Mucho he tardado, pero he acabado sucumbiendo a Eva García Sáenz de Urturi y su trilogía aclamadísima por el público de “La ciudad blanca”, o al menos a su primer libro titulado “El silencio de la ciudad blanca”. Y es que tratándose de una novela negra desarrollada en Vitoria con bellos escenarios históricos y unos asesinatos que traen de cabeza a los investigadores del caso, este libro tenía todas las papeletas para gustarme. ¿Quieres saber si ha sido así?

“El silencio de la ciudad blanca” aparece narrado en primera persona por Unai (también conocido como Kraken) un investigador criminal que debe resolver una nueva oleada de crímenes dobles que ya sufrió la ciudad de Vitoria 20 años atrás. Con Tasio, el hombre al que declararon como asesino en su día entre rejas a punto de terminar su condena, todo indica a que este arqueólogo se está valiendo de alguna persona para perpetrar de nuevo los asesinatos que representaban siempre a una pareja desnuda de la misma edad y en diferentes grados de madurez (empezando por niños) consolándose mutuamente y sin signos aparentes de violencia. Ignacio, el gemelo de Tasio, fue quien presentó las pruebas entonces para inculpar a su propio hermano y ahora Unai y su compañera Estíbaliz deberán buscar respuestas en el pasado para comprender qué pasó realmente con los gemelos, si verdaderamente fue uno de ellos el asesino o hubo otra pieza en el tablero jugando a un juego macabro y cruel que vuelve a retomar como en la peor de las pesadillas. Eva García Sáenz intercala además la historia de un médico y su amor imposible ocurrida a principios de los 70 de una manera que al principio descoloca, pero que acaba siendo clave en la comprensión del caso en algún punto de la historia.

Tal como describe la autora y he podido ver en imágenes, la ciudad de Vitoria es un precioso crisol cultural lleno de edificios y vestigios de las diferentes etapas históricas del hombre. Así que Eva, ni corta ni perezosa, decide aprovechar esta riqueza de escenarios para que el asesino o asesinos escenifiquen sus crímenes en distintos monumentos que van marcando el paso del tiempo. Saber la franja de edad de los próximos asesinados y el contexto histórico en el que tocará enmarcar sus muertes será una carta a favor de la pareja investigadora, pero el caso se irá complicando, la trama se retorcerá y se darán muchos pasos en falso y palos de ciego. Como resultado, la emoción y la intriga están garantizadas para el lector que decida adentrarse entre las páginas de esta novela negra llena de giros y cuyo ritmo se va acelerando hasta llegar al clímax final. Personajes entrañables como el abuelo de Unai o su cuñada Martina aparecen con la misión de mostrar el lado positivo de una humanidad que adolece de haber dado monstruos como el responsable de los asesinatos en serie, quitando un poco de tensión a la historia. Además, el uso de Twitter y las nuevas tecnologías por parte del asesino o su cómplice para interactuar con Kraken y llegar al gran público usando incluso hashtags, hacen más realista y divertida la trama.

Así que por supuesto que recomiendo “El silencio de la ciudad blanca”. Creo que este libro merece la fama que está cosechando y su autora me ha conquistado por cómo da forma a una trama policíaca adaptándola a un escenario pequeño y hogareño, plagado de la mitología, costumbres, creencias, fiestas, supersticiones y forma de ser del pueblo alavés y vasco. Por culpa de este libro ahora quiero conocer la fascinante ciudad contextualizada y a sus maravillosas gentes (y comidas). Pero mientras puedo y no pegarme este viajecito, me contentaré con seguir leyendo esta trilogía que me ha recordado en varios puntos a otra que también es buena con creces “La trilogía del Baztán”. Tendrás más noticias mías y de #Kraken.

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