
"Se encendió el quinto Marlboro de la mañana y miró el reloj: las diez menos cuarto. Comprobó con desagrado que solo le quedaban dos cigarrillos en el interior de la cajetilla. Su mirada de adicto a la nicotina realizó una rápida inspección de la zona mientras repasaba mentalmente la hora y media larga que había pasado desde que llegó. No. No había visto fumar a nadie entre la docena de personas que andaban por allí, lo que significaba que tenía que racionar los pitillos que le quedaban, pues no podía pedir más."
Hay novelas que, o bien se leen al principio, o es mejor dejarlas reposar. En este caso, y si bien confieso que la leí justo en los primeros momentos y comenté alguna cosa suelta en las redes, he esperado un poco a que pase el boom para traerla aquí. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El silencio del pantano.
Conocemos a Q, un escritor de novelas negras que se encuentra inmerso en el proceso de creación de su tercera novela. Vive en Valencia, una ciudad en la que el poder, la prostitución y las drogas, se dejan ver y hacen asomar la peor naturaleza de las personas, incluido Q. Y conocemos a David Grau, un guardia civil tímido y retraído que se enfrenta a un cadáver muy peculiar, ya que ha aparecido en un saco junto a varios animales y con marcas de haber sido azotado. Ya con esa presentación, Grau tuvo clara una cosa: no iba a ser fácil.
Lo que no he dicho en la sinopsis es que Grau es el protagonista de la saga que escribe Q. Es una segunda historia que, lejos de estar subordinada a la primera, forma parte del juego metaliterario que el autor establece en esta entretenida novela. El silencio del pantano es la tercera novela que escribe Juanjo, y nosotros asistimos al macabro proceso de creación de la tercera novela de Q, lo cual, teniendo en cuenta la naturaleza de Q, me ha parecido un guiño divertido por parte del autor. De hecho me lo imagino sonriendo mientras ponía este dato, conocedor de la facilidad que tienen los lectores para preguntar por alter egos y sabiendo también que en este caso nadie iba a tener la más mínima duda de que no había similitud alguna entre protagonista y creador.Y, bromas a un lado, es un protagonista francamente interesante. Un hombre meticuloso y calculador con una inteligencia a ojos vista privilegiada, que disfruta con la sensación de poder. El poder de quien elige su vida, de quien decide cada día y también, por qué no, el poder del escritor que crea un mundo a su antojo en el que nada escapa a su voluntad. Y precisamente ejerciendo este último poder, emerge el segundo hilo de la novela y su protagonista Grau. Ambas historias se mezclan a lo largo de la novela, de hecho en un primer momento necesitamos que alguien hable para poder decantarnos hacia una u otra. Y ambas historias apestan a muerte y a poder. Poco a poco entramos en una trama en la que la corrupción está muy presente, como casi en cada periódico de actualidad, y buscamos la resolución de unos crímenes cuya relación se nos plantea desde las primeras páginas. Una relación que me ha parecido, no sólo original, sino una buena forma de equilibrar el interés del lector por ambos hilos.
Ambientada en Valencia, bebe más de la novela negra convencional que de la crítica de Chirbes, pese a que también nos la encontramos presente, y aporta algunas curiosidades como la naturaleza fluvial de la ciudad, que pocos conocen. Rodea además a sus protagonistas de un buen ramillete de personajes secundarios, entre los que destacaría al jefe de Grau, un hombre llano que consigue sacar la sonrisa del lector, la Puri, una mujer muy especial y el enigmático Mentor.
Al leer este título me he encontrado una novela francamente entretenida que mantiene el ritmo e interés en sus dos hilos. Con una resolución a la altura de la trama, es fácil que si veo otro libro del autor, le de una oportunidad. Si os animáis, preparaos para pasar una o dos tardes sin levantar la vista del libro: dudo mucho que os dure más.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias
