Es uno de los muchos nombres por el que puede denominarse a la misma tara, que en definitiva nos muestra lo que todo el mundo conoce como complejo de inferioridad infinito.
Carlos Herrera fue designado para dar una conferencia organizada por la Fundación Heliópolis, para hablar de los ¿105? años de historia de su club. Como no podía ser de otra manera, como siempre que algo así es celebrado por ellos, los tiritos al rival de forma soslayada, como un tic irrefrenable, no pudieron dejar de estar presentes en sus citas, motivo por el cual merece que le dediquemos unas palabrillas piadosas.
A nadie le ha de extrañar que estas cosas siempre comiencen en el tono victimista acostumbrado. Ya saben eso de las injusticias cometidas contra ellos, los buenos y los malos, los que les quisieron hacer desaparecer y que como ave Fénix resurgen de sus cenizas una y otra vez en tono épico. Ya cansan. Lo más llamativo de su discurso, graciosillo en algunos momentos todo hay que decirlo, es la base en la que se cimenta su versión histórica. Veamos.
No hay nada más divertido, a la vez curioso, que tengan que ser los desmemoriados los que cuenten la historia de memoria, el resultado pueden imaginárselo. Efectivamente, Sr. Herrera, para contar su versión histórica no tienen más remedio que recurrir a la tradición oral, a la del boca a boca, porque con los papeles sobre la mesa no hay manera de hincarle el diente.
Y él lo sabe bien, porque si su discurso estuviese fundamentado en documentos, el pasado bético tal y como se cuenta no lo iba a reconocer ni la madre que lo parió. Y claro está que nadie de los presentes estuvo allí en 1907, si me aprietan ni tan siquiera los propios fundadores balompedistas, como tampoco lo estuvieron en el nacimiento de la Pepa en las Cortes de Cádiz, que fue cuando Fernando VII usaba paletón. Como usted comprenderá, la historia se basa siempre en una metodología científica que nos permite conocerla a fondo. Es la primera de las muchas perlas que D. Carlos nos regalará sin dejar igualmente de esbozar una sonrisa por mi parte.
Y es así como se construyen verdades fundamentadas en mentiras de tanto repetirlas. Ni Wesolouski estaba en Sevilla en septiembre de 1907, pues vivía en Jerez demostradamente hasta 1909, ni eran simples estudiantes de lo que él llama “la Politécnica”, pues se llamaba “Academia Politécnica”, obviando que eran hijos de militares y se preparaban para tan digna profesión allí mismo, ni Mariano de Cavia publicó lo de “Balompié” en 1907, sino un año después, en 1908, un simple dato que lleva al traste toda “su parafernalia de tradición oral”. Pequeños detalles que el caballero obvia descaradamente, con cierta frescura, pero que transforman completamente lo sucedido en realidad. Un maquillaje de fantasía que hace posible que Betty la fea, (no podía llamarse de otra forma la jodía), se convirtiese en una Barbie de toma pan y moja.
Aunque hay cosas en las que tiene razón, durante muy breve espacio de tiempo, su equipo ganó la copa de Sevilla y por ello ya fue el equipo poderoso del mundo mundial. Claro que no, hombre, no pidan ustedes perdón por ello. La razón la tiene al reconocer implícitamente que al serlo en tan breve espacio de tiempo habría otro que obtuvo ese honor desde casi siempre. Gracias.
Bueno, bueno. Tópicos típicos, ya saben, el simpático, graciosillo, el que es querido en todos sitios... mi Club al menos se precia de tener un equipo de fútbol y no el corral de comedias al completo.
Hombre, D. Carlos, aquí me va a obligar usted a escribir un artículo haciendo un recuento de peñas -peña a peña si quiere- y comprobemos cuál es el equipo andaluz que más tiene en Andalucía. Tan solo comentarle un pequeño dato previo. Según la Federación de Peñas Sevillistas San Fernando, el Sevilla FC tiene en la actualidad 286 peñas, nos aproximamos a las 300, siendo el sexto club español por su número tras Madrid, Barsa, Ath. Bilbao, Atlético de Madrid y Valencia (en el caso de los dos últimos sus listados serán dignos de análisis) y muy por delante del siguiente club, es decir, el suyo, estancado en probablemente pocas más de 200, posiblemente muchas de ellas “penas” más que peñas, tras haber perdido, según su propia federación más de 100 en los diez años anteriores al descenso. Repito, datos de su federación.
Uno se pregunta sinceramente si esto es serio, eso sí, con el humor que es menester en estos casos. Cuando el Betis gana su primera copa del Campeonato de España, Sr, Herrera, se llama así aunque usted no lo sepa, el Sevilla FC había ganado ya tres antes. El equipo de Sevilla que siempre apareció por allí antes que ustedes fue el Sevilla FC. Cualquiera que le oiga pensará que tienen sus vitrinas llena de títulos, en el guión del corral de comedias posiblemente sí, pero la cruda realidad para usted, permítame que se lo diga, es muy distinta, estimado vocero.
Dicho sea de paso, el Sevilla FC es el único que ha tenido el Campeonato de España en todas sus acepciones, Copa presidente de la República, Copa del Generalísimo y Copa de su Majestad el Rey, hasta llegar a cinco Campeonatos. Ustedes solo tienen dos. Lo siento por usted porque su club ya no podrá tener todas las acepciones y nominaciones del Campeonato jamás, mas que le pese.
Cierto D. Carlos, no le voy a quitar ni un ápice de razón, no sin recordarle antes que para que su equipo consiguiese ser campeón de Tercera División lo estuvo intentando durante siete años, nada más y nada menos. No estaría de más que en su afán de conseguir campeonatos ligueros menores se atreviesen a conseguir el de Regional Preferente, algo que le llevaría igualmente a orgullo y de lo que nosotros no dudamos.
Pues mentiras, mentiras y más mentiras. El Betis quedó desmembrado antes de la Guerra Civil, en plena República, debieron vender a sus mejores jugadores, descabezado, sin presidente, con los acreedores soplándoles en la nuca y a punto de desaparecer. Tanto es así que su equipo se queda anclado por falta de liquidez en Cataluña haciendo una gira, ni el hotel podían pagar, y tendrían que ser la Federación regional y muchos sevillistas entre otros los que hiciesen posible que pudiesen volver a Sevilla. Cosas de desmemoriados.
Milagrosamente para ellos llegó la guerra. Cuando esta terminó tenían un campo completamente remozado por las autoridades, sin deudas y como nuevo con un presidente militar, qué casualidad.
Pues así escribe la historia esta gente, donde los papeles brillan por su ausencia ¿No les va a convenir contar la historia de memoria?
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