Pues si en papel es un fenómeno común, ni os hablo de los libros digitales. Os pongo en situación: estamos en nuestro dispositivo electrónico echando un vistazo cuando vemos el Kindle flash del día, el listado al 50% de descuento (o el equivalente de otra plataforma, a ver si vais a pensar que tengo acuerdos con Amazon. Solo soy fan, y tengo alguna novela autoeditada ahí, eso es verdad). Bueno, a lo que iba, cuántas veces hemos visto esos números con ceros seguidos de decimales tentándonos al lado de las portadas y hemos pensado: "Uy qué barato, a descargar...que ya lo leeré". QUE YA LO LEERÉ. Las palabras
Y la yema del dedo ha presionado el botón de Compra sin que tan siquiera nuestro cerebro diese la orden, como por defecto. Y repetimos la operación... "Uhm, es la novela número 152 de una saga sobre babosas de agua alienígenas mutantes devoradoras de heces. No tengo los anteriores, pero ¡está a 0,99€! Me lo bajo y ya...." ¿Ya qué? ¿Ya compraré los 151 anteriores? Noooo ¿De repente me sentiré atraída por historias sobre babosas de agua alienígenas mutantes devoradoras de heces? Uhm, noooo, ¿entonces? Simple y llanamente...
Somos YONKIS DE LAS LETRAS.Comprar en estas plataformas resulta tan fácil, seguro y terapeútico... Ese momento en el que ves tu nueva adquisición con la cinta de novedad bordeando la esquina de la portada, ese contador de páginas leídas a 0 esperando ponerse en marcha, ese...¡Vale ya, no puedo seguir así! ¿Lo veis? Es una adicción, una compulsión, una...maravilla de la tecnologia que nos permite bajar y bajar y bajar y...¿Lo veis? Ya estoy de nuevo. No tengo remedio. ¿La buena noticia? Encontráis las tres B:Bueno.Bonito.Barato.Sí, porque en digital también hay historias maravillosas, con detalles curiosos en la edición y a precios capaces de provocar orgasmos neuronales. No digo más. Bueno, sí, ¿habéis visto las ofertas de hoy?
