Es un tipo de maltrato infantil donde la madre simula síntomas de
enfermedad en su hijo añadiendo sangre a su orina o heces, dejando de
alimentarlo, administrándole secretamente fármacos que le
produzcan vómito o diarrea o empleando otros trucos como infectar las vías intravenosas
para que el niño aparente o en realidad resulte enfermo. Estos niños suelen ser
hospitalizados por presentar grupos de síntomas que no encajan mucho en ninguna
enfermedad conocida. Con frecuencia, a los niños se les hace sufrir a través de
exámenes, cirugías u otros procedimientos molestos e innecesarios. La madre
generalmente es muy colaboradora y, a
menudo, es muy apreciada por el cuidado que le prodiga a su hijo. Con
frecuencia, se la ve como una persona dedicada y abnegada, lo cual hace menos
probable que el médico sospeche el diagnóstico del síndrome de Munchaussen. Sus
visitas frecuentes infortunadamente también le dan fácil acceso al niño para
poder inducirle más síntomas. El síndrome de Munchausen ocurre debido a
problemas psicológicos del adulto y es generalmente un comportamiento que busca
llamar la atención de los demás. El síndrome puede ser potencialmente mortal
para el niño implicado.