Las urnas van a abrirse pronto de nuevo y los ciudadanos tendremos de nuevo ese único poder que nos queda: el votar. Es un poder mermado y bajo control, pero el poder al fin y al cabo. Aprovechemos nuestro momento para cambiarlo todo y la única manera de lograrlo es retirarle el apoyo a esos viejos y nuevos partidos que han demostrado ser expertos en destruir España. Seamos libres, no esclavos de los políticos.
Votar corruptos es delito, aunque no esté tipificado porque implica ser cómplices del maltrato a España. No te conviertas en un delincuente al depositar tu voto.
Los que votan corruptos están votando a sus verdugos y son cómplices de la destrucción de España
No hay donde elegir en esta España campeona mundial del surrealismo y del absurdo. Lo más nuevo (Podemos) es en realidad lo más viejo y la esperanza de millones de españoles descontentos y golpeados por la escasez se centra en políticos que proponen soluciones totalitarias, idénticas a las que causaron muerte, esclavitud y pobreza en el pasado siglo XX.
Albert Rivera, el más sensato entre los mediocres, ha propuesto que los lideres políticos den un paso atrás y consensuar un gobierno presidido por un independiente. Pero Pedro Sánchez, el más insensato entre los mediocres, ha dicho que es el momento de los políticos y no de los independientes. Si el líder socialista hiciera un referéndum y preguntara a los españoles que prefieren, si un político o un tecnocrata de prestigio al frente del gobierno, se llevaría una sorpresa y averiguaría el asco que producen los políticos a los españoles.
Un país donde el comunismo, derrotado y repudiado en el bloque soviético por su propio pueblo, es la esperanza de los afligidos es un país que debería estar encerrado en un manicomio.
Para muestra un botón: Facu Diáz, compañero de andanzas de Pablo Iglesias, copresentador del líder de Podemos en La Tuerka News, ha sido imputado por un desagradable tuit en relación al incendio del santuario de Muxía, en La Coruña. ''Quemar iglesias me parece una barbaridad si no hay nadie dentro'' ha dicho el miserable.
Rita Barberá, todo un icono del PP, camina hacia el banquillo de los acusados. Algunos dicen que arrastrará en su caida al propio Rajoy. Pero Rajoy nunca caerá porque no tiene conciencia de culpa ni sentido de la ética. Ignora que el liderazgo conlleva serias obligaciones de ejemplaridad y que cuando los notables de un partido político están podridos, ese partido es un cadáver maloliente que debería ser enterrado. En el PSOE pasa algo parecido. Los robos son tantos que se han hecho habituales y la presencia de los socialistas al frente de Andalucía, durante cuatro décadas, sólo ha conseguido que la región avance hacia la pobreza y se convierta en la más atrasada de Europa.
Hay en España miles de razones para que la clase política sea barrida y sustituida por otro tipo de personas, con honor, bravura, sentido del sacrificio y del servicio, dignidad y entrega. Pero ellos resisten apalancados en el Estado, demostrando que son mas franquistas que el propio general Franco. Nuestros políticos quieren lograr lo mismo que el general: morir de viejos en la cama.
Ojalá se desmorone el sistema. Algunos dicen que está carcomido y débil, pero otros afirman que son inmunes a la corrupción y el vicio. Los optimistas creen que, al carecer de ideologías y principios, los políticos comenzarán a hablar e iniciarán la desbandada cuando pierdan poder y no haya nada que repartir. Otros sostienen que el sistema, insensible, sin corazón ni alma, está incólume y que es capaz de aguantar un siglo más aunque llene el país de basura y desfilen cada día una manada de sinvergüenzas con poder por los noticieros y telediarios.
¿Usted que cree?
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