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Ya, les avisaba hace algunas semanas que tenía la firme idea de comenzar a compartir en la web más artículos relacionados con estilo de vida y especialmente con la gastronomía como punto fuerte.
Si en mi última recomendación gastronómica compartía mi primera experiencia en un estrella Michelín situado en la isla de Tenerife, hoy lo hago con un lugar mítico de Lanzarote que acaba de reabrir sus puertas: El Bar Restaurante del Centro Insular de Cultura (CIC) El Almacén, espacio creado por el artista César Manrique hace más de cuatro décadas, situado en la capital de la isla, Arrecife.
Este lugar emblemático para los isleños ha recobrado todo el esplendor que tuvo en su día, con una actividad cultural frenética, pero le faltaba este espacio donde poder reunirnos tras ver una peli, una exposición o simplemente para tomar unas cañas. Después de un pequeño stand by tras el cierre por la anterior gerencia que no pudo reflotar este espacio, ahora la gestión pasa a manos de los Centros de Arte y Cultura del Cabildo de Lanzarote y tras mi primera impresión creo que ha sido todo un acierto.
Cuenta con una carta de tapas y platos para compartir a unos precios muy competitivos, bonita presentación y una ejecución sin peros reseñables. En cuanto a la oferta de vinos, aunque no es muy extensa (a excepción de la denominación de origen de Lanzarote) si tiene una característica que la distingue del resto de restaurantes a los que he acudido últimamente: su precio con diferencias de hasta 7 € menos por botella.
En esta primera incursión, tras su reapertura, nos encontramos con el Bar a rebosar, lleno de gente local y tras una pequeña espera en la barra conseguimos mesa, nos decidimos por lo siguiente:
· Carpaccio de carne, lascas de fue, parmesano y rúcula aderezado con cítricos y sal de charco que estaba espectacular. No le pongo ningún pero, porque nos encantó.
· Croquetas mixtas de conejo y corvina, (2 de cada), me gustaron más las primeras, estaban muy ricas y cremosas. Eso sí, creo que son muuuy grandes y de cada una de ellas se podrían hacer dos.
· Arepa rellena de cochino canario, tapa en la que venían 2 unidades pequeñas (pero de tamaño suficiente para picotear). Personalmente, a pesar de que nos gustaron, echamos de menos que la salsa para acompañarla no tuviera un toque picante. La que nos sirvieron pasaba muy desapercibida y creo que la arepa, ya seca de por sí, lo requiere.· Y, por último, una mini hamburguesa de cochino, cebolla caramelizada y hojas de rúcula, que también estaba correcta.
Todo lo acompañamos con una botella de Rioja Crianza Altos Ibéricos. Ni que decir que fue un placer, después de haber cenado maravillosamente, que te aparezca en la factura tan solo 31,50 euros. Creo que la relación calidad/precio es, sin duda, excelente.
Tan solo dos pegas: el lugar por sus características arquitectónicas, al estar lleno, hace un eco increíble y puede llegar a resultar un pelín molesto el ruido del resto de las mesas. Hay que tener suerte para sentarse en una de las dos mesas de la pequeña terraza.
Lo que tampoco me gustó fue que nos trajeran todos los platos al mismo tiempo. A pesar de que era todo para compartir creo que fue un error. ¡La próxima vez ya les diré que no corran tanto!
Por lo demás, muy recomendable, tanto la comida como el personal, que estuvo muy atento.
(Las imágenes de los platos son mías y las del local © Tripadvisor)http://feeds.feedburner.com/Obeblog