Revista Cultura y Ocio
Kümarag se recupera y en cubierta de la nave, abraza a su madre luego saluda a la tripulación y a las naves que siguen al Navio Mayor, el que guia y da las órdenes. Es un galeón de viejas maderas talladas con hermosas imágenes y minúsculos detalles de siluetas de peces, caracolas y también tiene finos detalles de coronas de reyes de paises remotos y planetas perdidos, donde alguna vez hubo vida y quizás todavía existan.
Las velas están algo deterioradas pero conserva la gruesa tela, y la fuerza para las impetuosas violencias del Cósmos.
Siente el joven Kümarag que tiene fortaleza y quiere explorar nuevas dimensiones. Sin embargo la nebulosa roja aún cubre los espacios y solo el revoltijo de brumas envuelve la lejanía como advertencia de algun peligro o cambio.
Los cristales aún continuan girando sin peligro por toda la inmensidad.
Ve a su madre bajando las escaleras con la vestimenta de una princesa ; el encaje negro de toda la prenda hace resaltar su blanca tez.
Sus cabellos se agitan y el brillo se desplaza con cada mechón. Los brazos están cubiertos por mangas del mismo encaje y enormes vuelos de gasa roja sobresalen en el puño. La cintura está sostenida con rigidez por una faja de terciopelo roja y su Blástula pende de un gancho de oro de una cadena del mismo material, amarrada al cinturete.
Su escote es bondadoso y deja ver sus pechos ; los muestra rosados y bellos.
Baja por la escalera y con una mano sostiene su falda del pesado encaje y puede observarse las botas negras y altas con tacon grueso; el tacon, tiene adornos de cadenillas haciendo garabatos geométricos.
Ella continua observando y sonriendo le señala la extension del infinito, como queriendo explicar que irán a ese rumbo.
Ella advierte que su hijo comienza a tiritar y busca desesperada la mirada de Javierus que está en el timón. El le responde, levantando los hombros.
Era sabido que algo suceda . El alimento de Kümarag en su convalecencia , fué sangre y su cuerpo se habituó a beberla.
Elodio sube a suplicarle a Javierus su determinación.
Javierus disfruta observando en esos momentos de tranquilidad, las fogosas nubes que azotan; nebulosas rojizas pero no son peligrosas. Ve que Elodio se acerca agitada, el sabe cual es el motivo.
Elodio le suplica continuar viaje hacia el Planeta Gothikö, donde estan los Maestros. Quizas ellos puedan saber como salvar a Kümarag de dependencia, de alimentarse con sangre.
Javierus sabe que es una buena idea y da la orden de desviar el rumbo de todos navios.
Atras quedan los gritos de los tripulantes de los navios de Oícaro que abandonados a su suerte, desconocen la determinación del Universo , que asi quedaran y en ese mismo instante, como estatuas pero que hieden y emiten sonidos.
Espantosa crueldad del Universo y a la vez perfecta.
Los Navios se dirigen hacia el nuevo destino.
Mientras Kümarag comienza a temblar y el sudor le cubre el cuerpo.
Avanzan las naves y Javierus sabe que es un Planeta Sagrado y que su cercania se hara saber .
Elodio lleva el pergamino con lacre, salvoconducto para poder ingresar.
El sonar de un cuerno, se hace oir y Kümarag sonrie; cerca del lugar donde estan quienes les señalaron los caminos y le hicieron comprender los sonidos de la vida, los silencios del Universo y el dolor de las aguas.
Murallas elevadas de grueso cristal cósmico iluminadas que constituyen el Faro Central de esa dimensión.
Centinelas erguidos están por doquier, apuntando con ballestas a todo elemento que se acerque.
Elodio blande en su mano, el pergamino lacrado.
Este es iluminado desde una torre en el interior de la muralla y comienza a lanzar haces de magnificos colores.
Los Centinelas bajan las ballestas y sus cabezas gachas, gesto de obediencia y acatamiento.
Elodio , Kümarag y Javierus, bajan de la nave y se dirigen caminando hacia el Portal Mayor.
Este Portal es de metal Cosmico de color negro deslumbrante. Atraviesan y el camino conduce hacia un castillo de belleza admirable.
Sus paredes son del mismo material que el Portal Mayor y enormes ventanales resplandecen con las luces del interior.
El color negro predomina en cada detalle. Pero ese color no es el significado de la oscuridad, sino por el contrario, con sus destellos produce los colores de la eterna libertad ; con vehemencia, con espiritu excelso; los filtra transformando en una eternidad de diafanos colores , porque el color negro absorbe la perpetuidad.
La infinitud de las gamas de colores, el ojo humano no las conoce.
El Planeta Gothikö es un sitio donde se crea , se muta y transforma.
Estan ahora frente al Portal Mayor y se abre dejando salir luces desde su interior. Se puede observar el acercamiento de seres vestidos de largas tunicas negras ,de telas suntuosas bordadas lujosamente en hilos de plata y pedrerio. Sus manos tienen anillos que cubren en la totalidad cada dedo y sus cabezas tiene unas capuchas de la misma tela de las tojas y estan forradas en brillante tela color rojo.
Cuando estan 7 de ellos frente a Elodio, Kümarag y Javierus, inclinan sus cabezas y con una mano descubren sus cabezas y es algo tan maravilloso contemplar los largos cabellos negros y relucientes como soles.
En el pecho de cada uno de ellos, penden gruesas cadenas de plata con escudos de extraños signos cosmicos. En el centro de cada escudo, se puede observar una gran estrella color rojo facetada que despiden chispazos diáfanos.
Levantan sus manos y las apoyan en el hombro de cada visitante y les hacen una seña conduciendolos al interior del Castillo.
Kümarag esta familiarizado con ellos y con todo lo que ahora lo rodea.
Elodio está fascinada con el resplendor y todo lo que su mirada puede abarcar.
Javierus, conoce este Planeta porque navegó por sus cercanías. No le era desconocido.
Están ahora frente a un descomunal trono donde la figura alta de un personaje se destaca y si bien esta sentada, puede verse que es de gran altura.
Es el Soberano, el que domina todo el Cosmos Gothikö.
El gran Trono, es de piedra negra , enteramente tallado . El piso de todo el castillo en del mismo color negro pero transparente , pueden verse luces que se transmiten desde abajo.
Luces que tiene movimiento oscilante.
El Soberano,es un hombre de rasgos bellos, perfectos; su larga cabellera negra se destaca por el brillo del negro azabache con reflejos azules.
Sobre su cabeza sostiene una corona también en metal muy liviano, color negra y pedrería en forma de gotas de sangre.
Kümarag corre a sus brazos y el Soberano lo recibe abriendo y con fuerza lo abraza.
Luego coloca sus manos sobre los hombros y lo mira a los ojos, como queriendo escuadriñar la profundidad del alma.
Continúa en el Próximo Capítulo, en breve.
Eloisaodiosa.