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El sofá amarillo nº 7 : Túmbese

Publicado el 14 marzo 2012 por Bypils @bypils

El sofá amarillo nº 7 : Túmbese

Es la primera vez que voy a hacer esto y estoy muy nerviosa. No me he atrevido a preguntar a nadie como proceder. No conozco persona  que pueda ayudarme en tal menester… Además, me da una vergüenza terrible.

Es la primera vez que me voy a mostrar tal como soy.  Sin maquillaje ni máscaras. Desnuda. Sólo pensar en el término, ya me produce escalofríos. Desnuda…No sé que hacer con las manos. Veo el sofá y me imagino el momento en el que me pedirá  que me tumbe porque ¿Se hace así, no? Me hubiese gustado más que fuera un diván que un sofá amarillo. Me hubiese parece , no sé, más profesional.

¿Cómo se empieza? ¿Me hará preguntas? ¿Debo ser yo la que hable? ¿Le digo, de entrada, lo que creo que me gusta y lo que no? ¿Estoy segura de esto?

Creo que no. No estoy segura. Me es imposible desnudarme delante de un desconocido. No podré soportar que fisgue en todos los rincones de mi ser. No. No puedo hacerlo. ¿Por qué me habré dejado convencer?

Recuerdo esa mirada grave, el tono de seriedad en la voz . Mi amiga más íntima, diciéndome que debía solucionar mis problemas. Que ya empezaba a ser urgente, que debía recurrir a un servicio profesional. Lo había llamado: recurso terapéutico.

¿Me siento o lo espero de pie? No sé que hacer. Las cuatro revistas que hay en la mesita de centro, son antiguas y están descoloridas.  Veo un cuenco lleno de caramelos y no puedo evitar, meterme un puñadito en el bolso. Son los nervios. Cojo el cuenco y lo guardo en el bolso. No me controlo…

Ya sé que yo pedí que fuera una cita informal. Contesté a todas las preguntas que me formularon por teléfono  así que más o menos, me puedo imaginar que es lo que me espera …Un recurso terapéutico.

Oigo pasos . Ya se acerca. Me pasó las palmas humedecidas, por los pliegues de mi falda. Trago saliva. Siento como se desliza por mi laringe. Se mueve el picaporte, gira levemente.

Sé que por esa puerta entrará el Doctor…

 

El sofá amarillo nº 7 : Túmbese

 

Este relato tiene dos finales.

 

FINAL 1

Sé que por esa puerta entrará el Doctor Robbe , una eminencia en el campo de la Psiquiatría y especializado en lo mío.  Me estrecha la mano, amablemente . Tiene un aspecto de bonachón que me hace sentir más segura.  Observo como su mirada se dirige hacia mi bolso.

Es cierto que el cuenco de los caramelos,  hace que adopte una forma extraña . No me extraña que le llame la atención. Estoy en una sala especial, sin objetos que puedan ser robados…A excepción, claro, de ese precioso cuenco de cristal.

Me invita a sentarme y hace lo propio en una butaca situada en uno de los laterales. Cruza las piernas y saca una pequeña Moleskine del bolsillo de su americana. Fisgoneo lo que escribe y leo : “comprar un cuenco nuevo”. Me muero de vergüenza.

Él, en cambio, me sonríe e inicia una ronda de preguntas, similares a las que me hicieron por teléfono. Su voz, muy modulada y profunda me invita a ser sincera.

Me pregunta si estoy cómoda y le digo la verdad. Me imaginaba un diván y no un sofá. Es más propio de un psiquiatra, le razono. Además, estaría mejor estirada.

Vuelve a sonreír. No hay problema, me dice.  Túmbese.

Lo hago. Una vez estirada, siento que de mi cuerpo, escapa un gran suspiro.

Lo voy a hacer. Me voy a desnudar.

Me llamo Tea y soy cleptómana.

 

FINAL 2

 

Sé que por esa puerta entrará el Doctor Amor. Ufff! Sólo pensar en el cuerpo macizo que aparecía en aquella foto que me enviaron por mail, las piernas se me convierten en mantequilla…batida. ¡Qué vergüenza , por Dios!

Nunca hubiese imaginado que mi regalo de cuarenta cumpleaños, fuera un servicio sexual, ¿Cómo si no, llamo yo a esto?… Basado en una fantasía…Nunca debí hacer caso a Pepa. Que te hace mucha falta, que hace más de cinco años que no…que no… , que te irá muy bien, que te olvidarás del divorcio, que ya es hora, que tengo una amiga viuda que es clienta habitual y está encantada…

Vale. No dije que no , pero ahora que estoy aquí, me doy cuenta que esto no va conmigo… Estoy a tiempo.  ¿Un Gigolo? ¿ Qué clase de regalo es ese?

Cuando el Doctor Amor abre la puerta y lo veo , dejo de pensar.  Lleva unos tejanos y una americana azul marino. Saca una Moleskine del bolsillo y me guiña un ojo.

Wow! Es muy, muy guapo. Esto, debe haber costado un ojo de la cara porque, me doy cuenta que la fotografía que me enviaron.,está libre de Photoshop. Es igual que el tío macizo de la foto.

Es el tío macizo de la foto…

Oigo la voz del Doctor Amor.

Me susurra : Túmbese.

 


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