A continuación reproduzco un artículo publicado hace escasos días en un diario online de Estados Unidos, de ámbito universitario. Se trata de una entrevista al profesor de física Ramón E. López, de la "University of Texas at Arlington". Es coautor del libro "Storms from the Sun" ("Tormentas del Sol"), sobre el "clima" del espacio y lidera un grupo de investigación que trabaja con la física del espacio y con la educación en la ciencia.
Este artículo es una muestra de un tema de actualidad, tan interesante como preocupante: la actividad solar en aumento y sus posibles consecuencias para el Sistema Solar y sobre todo para nuestro planeta, tanto sobre nuestra tecnología como sobre la vida misma. Este artículo se centra exclusivamente en la tecnología.
El profesor de física Ramón López, de la University of Texas at Arlington, y su equipo de investigadores están trabajando con otros físicos de Estados Unidos para desarrollar modelos computacionales que puedan avisar a los científicos del daño que la situación “meteorológica” del espacio pudiera ocasionar. De hecho, López se ha autodefinido como “el hombre del tiempo” del espacio.
“Somos parte de un equipo que abarca muchas universidades, trabajando con modelos de interacción del viento solar con el campo magnético de la Tierra”, dice López. “Estamos tratando de entender cómo estos modelos serían capaces de predecir ciertos aspectos de interés, y cuál es la física fundamental involucrada en la interacción entre el viento solar y la magnetosfera de la Tierra”.
Las “condiciones meteorológicas” turbulentas en el espacio ocurren cuando en la ionosfera, la parte más alta (a partir de 80 km) de la atmósfera, comienza a fluir corriente eléctrica proveniente del plasma [“nube” en el artículo original] espacial que incide sobre el campo magnético de la Tierra. Esto genera corrientes eléctricas que circulan hacia la atmosfera y fluyen por la ionosfera.
“Esas corrientes eléctricas variables producen cambios en los campos magnéticos, y esos cambios en los campos magnéticos originan otras corrientes eléctricas en cualquier conductor cercano. Las tuberías de conducción y las líneas eléctricas podrían ser objetivo de estas corrientes eléctricas”, asegura López.
Estas “condiciones climáticas” del espacio pueden afectar a muchas cosas de nuestra vida diaria. Las alteraciones ionosféricas pueden también causar fallos y errores en los sistemas GPS. “El uso de GPS, de gran importancia en nuestra sociedad tecnológica, es altamente dependiente de las condiciones climáticas del espacio. Los efectos de un fallo en el sistema GPS obviamente van más allá de que un automóvil equivoque su dirección”, ha declarado López.
“Muchas granjas están en la actualidad completamente automatizadas, de forma que el granjero programa el tractor y éste se sitúa en el punto adecuado y deposita las semillas y el fertilizante, todo de forma guiada por GPS”.
Las “condiciones climáticas” del espacio también pueden afectar al proceso de extracción del petróleo. “Muchos pozos de petróleo dependen del GPS para la extracción, especialmente en la extracción horizontal. Si el sistema GPS cae, no se puede extraer, lo cual supone grandes pérdidas de dinero”
También pueden ocasionar apagones eléctricos. López declara que es posible que una gran tormenta solar pueda anular completamente transformadores, causando que extensas áreas se queden sin suministro eléctrico. “Es complicado reemplazar esos transformadores puesto que se producen pocos cada año. No hay una gran demanda para este tipo de equipos industriales, por lo que el daño podría ser elevado.
“La clave para tratar adecuadamente el “clima espacial” y sus efectos, sería tener mejores métodos de predicción”, dice López.
“Todas las compañías eléctricas deben ser conscientes de que pueden pasar por esos problemas, de forma que puedan apagar algún equipo, prepararse para aguantar fluctuaciones de corriente y que puedan tener equipos de emergencia vigilando los transformadores”.
El “clima espacial” es causado por la actividad solar.
“Parte de mi trabajo consiste en analizar variaciones del viento solar a largo plazo e intentar comprender las variaciones del Sol a largo plazo”, dice López.
Las llamaradas solares son un tipo de actividad solar. Ocurren cuando la energía magnética que se ha acumulado en la atmósfera solar se libera repentinamente, según opinión de López.
Muchas veces las llamaradas solares liberarán mucha energía de plasma, y algunas veces puede dirigirse hacia la Tierra, declara el estudiante graduado en físicas Kevin Pham. Pham forma parte del equipo de investigación de López desde hace un año. “Sobre todo, me encargo de realizar simulaciones de cómo pensamos que el Sol está funcionando y vemos cómo afecta a nuestro planeta”.
El estudiante graduado en físicas Shree Bhattarai ha trabajado con López desde hace dos años y medio. “Mucho de lo que hacemos en nuestra investigación está relacionado con las llamaradas solares. La energía liberada se transfiere al sistema geomagnético, y eso es de lo que se trata nuestra investigación”.
El “clima espacial” es un área de investigación muy reciente, desarrollada sobre la física fundamental en el entorno del Sol y la Tierra.
“Los científicos de nuestra comunidad han empezado a comprender que estamos siendo cada vez más dependientes del entorno espacial en el que vivimos. Y necesitamos ser capaces de predecir y comprender cómo todo esto impactará en nuestra tecnología”.
(Fuente: "Professor brainstorms space weather", 12 julio 2011, en http://www.theshorthorn.com/index.php/news/university/27499-professor-brainstorms-about-space-weather)