Revista Cultura y Ocio

El sol bajo la seda. Éric Marchal

Por Mientrasleo @MientrasleoS
El sol bajo la seda. Éric Marchal
     "La casucha le mantenía al resguardo como un abrigo de paño español. La divisó, a la salida del bosque de Nomeny, cuando el cielo plomizo dejó caer sobre él una tromba de copos de nieve. Tironeó hasta el agotamiento de las riendas de su mula, que se negaba a entrar, y se tumbó con el animal frente a la chimenea, en la que solo quedaba un manto de ceniza fría."
     Esta es la entrada de ayer, así que hoy es martes/miércoles lo que acorta en un día las entradas... me enrollo. Voy al grano. Ayer el mal tiempo me dejó sin wi-fi, lo cual hace diez años era algo que ni nos sonaba, hoy en día las cosas han cambiado. Me gusta la novela histórica, así que no es difícil verme con una en la mano. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, El sol bajo la seda.
     Conocemos a Nicolás Déuret, un cirujano ambulante que va por el condado de Lorena ejerciendo su profesión a finales del siglo XVII. Cuando lo conocemos se dirige a Nancy para encontrarse con su maestro y, de forma inesperada, también con el amor. Lo acompañaremos entre pasiones y una guerra que lleva ya demasiados años con Francia, viajaremos a la corte, asistiremos a intrigas y, como no, al avance de la medicina y la rivalidad entre médicos y cirujanos.
     Lo primero que le pido a una novela histórica es una buena ambientación sin necesidad de sentirme ante un tratado. Y esta vez, mezclando olores, batallas, sucesos reales y ficción y escondiendo incluso algún rumor entre personajes más o menos camuflados, el autor consigue hacer un buen trabajo. Nos sentimos en las calles de Nancy, mirando las manos de médicos y cirujanos, vamos a tabernas y olemos la sangre en el campo de batalla. Y todo ello de una forma sencilla, sin necesidad de parecer que estamos ante un ensayo. Me ha gustado además la forma en que diferencia al cirujano del barbero descuidado, tan habitual en aquellos años. Es de ese punto del que parte la medicina del libro. No tarda mucho además en presentarnos la historia pese a tratarse de un libro extenso, y eso nos puede dar una idea de lo que nos vamos a encontrar: una serie de acciones encadenadas dispuestas para que no nos aburramos. De hecho ya en las primeras páginas nos encontramos un parto que será importante en la vida de muchos y también a la primera de las mujeres que marcarán la vida de este cirujano.
     Quizás el período en el que nuestro protagonista se exilia ejerciendo su profesión en campo de batalla es el que nos puede parecer más árido, sin embargo el autor se encarga de que empecemos a relacionar sucesos en ese momento garantizando así un interés que no decae por sus letras.
     Acompañaremos a Nicolás en sus aventuras y trabajos mientras poco a poco vamos encajando piezas de una historia en la que podemos descubrir que pocas cosas suceden por casualidad. Con personajes llenos de luces y secretos, al único que identificamos pronto como bueno es al protagonista. Que se verá engañado, acusado, encarcelado, perseguido, alabado, amado, envidiado... mientras lucha por permanecer intacto en sus ideales. Y entre ellos, el amor.
     Una novela que cumple la máxima "novelón", que busca entretener y consigue que sintamos interés por la vida de su protagonista desde sus primeras páginas. Un parto como detonante, una pasión por la medicina y toda una historia que contar salpicada de anécdotas e intrigas en todas las clases sociales han provocado que me terminara la novela casi sin darme cuenta.
     He disfrutado siguiendo la trayectoria de un cirujano ambulante en el siglo XVII. Pienso buscar más obras de Marchal.
     Y vosotros, ¿os gusta la novela histórica?
     Gracias

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