Autor: Kent Anderson
Edición: Alianza Editorial, Madrid 2018
«Año 1983, Oakland, en California, es una ciudad sacudida por los conflictos raciales y el crimen violento. El agente Hanson, un policía blanco, patrulla las calles en soledad, su mayor preocupación no es aplicar las leyes de California, sino dispensar su visión propia de la justicia. Ha vuelto a la policía tras abandonar los estudios de posgrado y su carrera como profesor de literatura inglesa, y con ello la esperanza de que los libros y la lengua lo salven de la persona en quien se convirtió durante su servicios como sargento de las Fuerzas Especiales en Vietnam, donde la muerte fue su compañera y maestra. Mientras patrulla por East Oakland, Hanson procura ignorar el estrés postraumático que lo persigue desde la guerra para poder ser honesto y justo en el ejercicio de la ley, sea cual sea el riesgo. En contra de los dictados de su placa, Hanson entabla amistad con Weege, un niño de once años; se enamora de Libya, una mujer negra de su distrito; y entrelaza su destino con el de Felix Maxwell, el rey de la droga de Oakland y su malhadado hermano en la tragedia» (de la contraportada).
Una novela negra un tanto diferente y muy interesante. Los capítulos parecen escenas sueltas, pero van construyendo un relato. El agente Hanson es un poli al límite: está bastante mal de ánimo, por decirlo de algún modo, y la única solución que pone es trabajar hasta la extenuación y, al acabar, beber hasta caer inconsciente. Novela negra en estado puro.