Cómo sobrevivir
al decir suave de las auroras,
al indignado grito del alma moribunda
que reclama su pan tras la batalla,
y a esa terrible añoranza de historias,
aquellas que viví y las que no.
El amor,
la guerra,
segundos de terciopelo enredado
entre lienzos de ausencia
o quizás
diminutos átomos de metal que se volatilizan
entre las hojas de diarios inconclusos
escritos con sangre y amor
mientras surge Austerlitz de nuevo en mi memoria.
¿Recuerdas, amor mío?
El fuego nos cubría el alma,
la nieve nos ardía
bajo el escudo de hielo atravesado
de sagitas malditas en el corazón clavadas
y tu rostro de niña en mi mirada
y el mío sucio en tu regazo.
La guerra nos dio apenas una tregua
para amarnos entre los segundos
que clareaban las hojas.
Luego ella vino a separar
lo que el destino selló.
Acaso no es el amor lo mismo que la guerra,
acaso la vida no es lucha constante,
amor incondicional,
herida,
muerte.
Nada queda de mí ya
porque nunca fui nada;
en tu último hálito
quedó prendida la inocencia
aquella tarde funesta
donde también yo morí.
Ahora solo tengo
el abrazo del desasosiego
y tu falta
mientras la noche me envuelve de tu recuerdo.
Amparo Andrés Machí
Publicado en De amor y guerra, antología de relatos. Editorial Babylon 2017