El Sr. Dívar afirma que para los terroristas, “sin rencor, cárcel”, frase que se constituye en titular de algunos medios informativos de ámbito nacional. Lo sorprendente no es el aserto del Magistrado, sino que constituya algo novedoso; es algo así como si alguien dijese que robar o asesinar constituyen delitos y conducen a prisión a quienes los cometen. Es preciso haber alcanzado un grado de podredumbre moral muy alto para que en una sociedad avanzada del siglo XXI y en un país de la Europa Occidental, sea noticia encarcelar a los terroristas. Ello se debe al carácter de interlocutor que se dio a la banda terrorista ETA por parte de nuestra actual administración, de miserias como el atentado de la T4, al que siguieron negociaciones que negó repetidas veces el leonés errante, o como el caso Faisán, que todavía salpica a llamadme Alfredo.
Tengo la absoluta seguridad de que el Sr. Zapatero desea el fin del terrorismo y que pone los medios que considera más adecuados para tal logro; lo malo es que sus ideas demostraron, hasta la fecha, ser nefastas, de eficacia nula y han podido ofrecer, a cualquier observador externo, la sensación de que se otorgaba a la banda un carácter del que carece. Los asesinos, mafiosos, delincuentes y otra gente de similar pelaje, deben de apartarse del resto de la sociedad, y las leyes estipulan el modo en que debe hacerse. Lo malo es cuando quienes las saltan son los mismos que las promueven y aprueban; la hipocresía no es una forma de gobierno.