El Sr. Núñez, el dinero público y la ética

El alcalde de Almansa, Sr. Núñez, quiere despedir a unos cuantos trabajadores municipales. El Sr. Núñez va a cerrar la emisora municipal, echando a la calle a tres trabajadores y a multitud de colaboradores. El Sr. Núñez, está pensado aumentar las liberaciones de concejales del PPIA en nuestro Ayuntamiento. El Sr. Núñez, tiene a su cargo la mayor plantilla de personal de confianza de la historia de nuestra ciudad que, junto a los concejales del PPIA, realiza un gasto mensual de miles de euros en telefonía móvil con cargo a las cuentas municipales. Y todo, moviendo de un sitio a otro el dinero público.

El Sr. Núñez va a proceder al mayor recorte en gasto social que ha conocido Almansa. El Sr. Núñez, y la Sra. Cospedal, dicen no tener dinero público para mantener nuestro Hospital o la ayuda a domicilio o los servicios a los más necesitados a través del Plan Concertado o las actividades lúdicas y educacionales para niños y jóvenes o una atención digna a las mujeres con problemas o los programas y el personal de ayuda a los drogodependientes o el servicio de traducción para sordomundos o las subvenciones para el mantenimiento del trabajo de las asociaciones sociosanitarias. El Sr. Núñez tiene un historial relacionado con la utilización de los dineros públicos almanseños, primero como concejal de Hacienda y ahora como alcalde, que ha llevado a este Ayuntamiento al borde de la quiebra, a la mayor tasa de paro de su historia, al incremento abusivo de los impuestos, a la pérdida de servicios municipales y a una degradación continua de la calidad de vida de los almanseños. El Sr. Núñez, ha intentado durante mucho tiempo, sin conseguirlo, dar lecciones de ética y moral al resto de los mortales. Y ahora, el Sr. Núñez, alcalde de Almansa y presidente de la Diputación, probablemente conocedor de la necesidad de crear nuevos puestos de trabajo, sí ha encontrado dinero público para colocar a su esposa, fisioterapeuta de profesión y periodista de vocación, como jefa de prensa, o de gabinete, en la Subdelegación del Gobierno en Albacete. ¿Escandaloso? ¿Vergonzoso? ¿Inmoral? ¿Bochornoso? ¿Insultante? ¿Denigrante para los trabajadores municipales que se van al paro? ¿Incomprensible para los mayores que se quedan sin ayuda a domicilio? ¿Inaudito para los usuarios de la sanidad pública? Algunos dirán que todo esto es demagogia, pero yo digo que es una vergüenza.

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