“
¿Uno de los libros más crueles jamás escritos?
Duérmete niño, duerme ya, que viene el coco y te comerá…”
Pertenezco a la generación a la que durmieron con canciones de cuna de terror. Y no nos traumatizaron. ¿O sí?
El miedo es inherente al ser humano. Es una necesidad evolutiva pues nos alerta ante el peligro, nos permite sobrevivir marcando nuestra capacidad de defensa y respuesta.
Crueldad, monstruos, sombras, lugares oscuros, exageraciones, temor al ridículo
¿Es conveniente exponer al niño a esas emociones para que afronten a un mundo que no será siempre “color de rosa”? ¿Pueden usarse esas emociones y despertarlas con imágenes muy gráficas y exageradas para enseñarle moralidad y buenas costumbres a los pequeños?
Pues así parece que ha sido la norma desde tiempos muy antiguos. Los cuentos clásicos e historias orales para los niños eran bastante crueles hasta que nos llegaron las versiones cada vez más dulcificadas de los cuentos populares, primero por los hermanos Grimm y después por Disney.
La versión de Cenicienta de Gian Battista Basile donde las hermanastras matan a cenicienta quien perece con el cuello roto, es un claro ejemplo de impiedad, todavía más cruenta en la versión de Charles Perrault donde la madrastra ordena a su hija que se corte los dedos de los pies para poder calzarse con el zapato de cristal. El príncipe descubre el engaño de camino al palacio cuando ve el zapato goteando sangre. Y la historia se repite con la segunda hermanastra de Cenicienta cuando esta se corta el talón para poder calzarse. El final del cuento no puede ser más atroz cuando las hermanastras son picadas en los ojos por palomas que las dejan ciegas en castigo por su maldad.
En la versión de Charles Perrault la Caperucita se mete desnuda en la cama del lobo y éste acaba comiéndosela. Los Hermanos Grimm cambian la historia vistiendo al lobo en un camisón de la abuela y un cazador fortachón aparece en el momento adecuado para salvar a la niña (la mujer sumisa e incauta que espera que un hombre fuerte y listo, de preferencia un príncipe, le salve la vida).
Lo mismo pasa con las versiones antiguas de La bella durmiente, Hansel y Gretel, Barba Azul, La Sirenita, Pinocho etc. Violaciones, asesinatos, abandonos, muertes violentas sin embargo todos suavizados en la actualidad por una visión más tierna de los dramas.
No pasa así con “El Struwwelpeter” traducido en español como Pedro Melenas o Pedro el Greñas, publicado en 1845, que se mantiene hasta el día de hoy con sus versos originales y su dibujos cruentos, manteniendo su fama mundial a pesar de su rudeza, ironía y sarcasmo, ganando el sitial de los cuentos alemanes más exitosos y con más traducciones a otros idiomas.
Se trata de un libro de versos ilustrados, historias de ‘advertencias’ para niños. El libro fue traducido al inglés por Mark Twain y desde allí alcanzó popularidad en Europa traduciéndose a muchos idiomas y reeditado se cree que más de 540 veces con decenas de millones de ejemplares en circulación (dato extraído del museo del Struwwelpeter en Frankfurt).
La obra se celebra con un museo dedicado a su historia, ubicado en el casco antiguo de Frankfurt en el antiguo mercado de carnes y pollos Huhnermarkt en la plaza del mismo nombre entre Kaiserdom y Romerberg, dedicado a su historia. (Struwwelpeter Museum, Hinter dem Lämmchen 2-4 60311 Frankfurt am Main). También hay una placa conmemorativa en la Kalbächer Gasse dedicada a Heinrich Hoffmann, su autor. Y una fuente escultura de bronce llamada Struwwelpeter-Brunnen en der Hauptwache, 60313 Frankfurt am Main. Además por toda la ciudad hay tabernas con su nombre y menciones diversas.
Hoffmann (1809-1894) su autor, nacido en Fráncfort del Meno, fue un médico psiquiatra, destacado por trabajar en el manicomio de la ciudad, ocupando luego el cargo de director de la institución psiquiátrica. Se destacó por sus estudios allí de nuevas terapias para la esquizofrenia. En 1864 fundó una nueva e innovadora clínica con un reparto específico para las enfermedades infantiles y buscando el tratamiento no coercitivo de los desórdenes mentales, en lo que entonces se denominó “Anstalt für Irre und Epileptische,” en el “Affenstein” y que hoy ocupa el campus de humanidades de la ciudad de Frankfurt.
A pesar de que escribió libros de psiquiatría, ensayos políticos, poemas y comedias satíricas, su obra más conocida es el Struwwelpeter que después de publicarse bajo la persuasión de su amigo, el editor Zacharias Lowenthal, alias Carl-Friedrich Loening, en 1845 pasó a llamarse como uno de sus protagonistas, “Pedro Melenas”, que se niega a dejarse cortar el pelo y las uñas. El niño indomable sobre su pedestal se colocó en la carátula de la mayoría de las ediciones. Se trata de la imagen de un niño con faldellín rojo y polainas verdes, las piernas y los brazos abiertos, las uñas crecidas como púas largas y filosas y, sobre todo, con una melena de pelos desgreñados, donde parece que no entra un peine. Su nombre Struwwelpeter significa “Peter asqueroso” o “Peter desgreñado”.
Su versión original puede traducirse en algo así como lo siguiente:
“¡Ven y mira esto!
Así era Struwwelpeter,
quien durante el año,
los pelos no se peinó,
ni sus uñas se cortó.
La tijera y el peine,
él siempre evitó.
No era peligroso,
pero sí estúpido y sucio,
sin agua ni jabón,
como un gato sucio.
Los niños no jugaban con él,
se le acercaban y le insultaban:
¡Struwwelpeter, así de feo eres tú!”.
Otra traducción lo resume así:
“Aqui esta, nenes y nenas,
Vean bien a Pedro Melenas,
Por no cortarse las uñas
Le crecieron diez pezuñas,
Y hace más de un año entero,
Que no ha visto al peluquero
!Qué horroroso! !Uy qué miedo!”
!Encontrarmelo no quiero!
Hoffmann decidió escribir unos cuentos para regalar a sus hijos en la Navidad en 1844, dado que no le gustaban los cuentos que había en su época.
Se trata de diez historias protagonizadas por niños con comportamientos no adecuados que les acarrean consecuencias extremas. Concebido como un manual de buenas maneras, ética y comportamientos, sorprende por la crueldad y el humor negro.
Por ejemplo: “Si juegas con fuego te quemas” y se quemaban literalmente, lo muestra en el libro con una ilustración muy detallada, (La triste historia de los fósforos, dónde Paulita arde bajo las llamas hasta reducirse a cenizas por jugar con los fósforos). Otra de las historias enseña por la fuerza: “Si no comes enflaquecerás hasta morir” (La historia del niño Gaspar que finaliza con la ilustración de su tumba con una sopera).
Siguen así las enseñanzas de Hoffmann: “Si sales a la calle cuando hay lluvia, te llevara el viento” y desaparecerás para siempre como Roberto que se llevó la tormenta con su paraguas.
La historia que en lo particular me parece la más cruel es la siguiente: “Lo mejor para que el niño no se chupe el dedo es cortarlo”
Una cruel historia la de Conrado al cual por chuparse el pulgar, entró el sastre con su gran tijera y le cortó ambos pulgares tal como amenazó la madre. Lo más aterrorizante es la ilustración del sastre con su gran tijera cortando los dedos y la sangre fluyendo.
Como muestra un verso traducido de ese cuento:
Entra en la casa, al asalto,
El terrible sastre aquel,
Que venía en busca de él.
Con la afilada tijera
Le corta los dedos -fuera-
Y deja al pobre Conrado
Llorando desconsolado.
Enla historia de Felipe “el berrinchudo” se enfatizan los buenos modales en la mesa.
y en la de Juan Babiecas el niño que siempre miraba para arriba, por no mirar el camino casi se ahoga y pierde su maletín.
Ninguno de los personajes tiene un final feliz. Todos tienen un precio que pagar por sus comportamientos de forma drástica y exagerada.
La historia del cazador desalmado que iba a cazar una liebre y sale burlado por la misma que toma la escopeta y lo persigue a él es un cuento rimado que puede tener muchas lecturas e interpretaciones (es la única historia que no incluye niños).
Igual pasa con la historia de los niños negros, donde un grupo de niños se burlan de otro por el color de su piel oscura y terminan siendo coloreados por el tintero de “el gran sabio Nicolas”.
En “Federico el Cruel ” un chico violento maltrata a animales y personas hasta que un perro lo muerde y toma su fusta. En estos cuentos los burladores salen burlados.
Se entiende que el fin de estos cuentos era asustar a los niños y alejarlos de situaciones peligrosas, pero llama la atención el título original: Lustige Geschichten und drollige Bilder für Kinder en español: “Historias divertidas e ilustraciones chistosas para niños”. En este título se percibe que el sarcasmo, el humor negro y la crueldad eran elementos aceptados y celebrados.
También el prólogo destaca el carácter irónico y de comicidad:
“Historias muy divertidas y estampas aún más graciosas (para niños de 3 a 6 años)
El niño Jesús del cielo
Premia a los niños modelo,
Y si se comen la sopa
Sin ensuciarse la ropa,
Si se entretienen solitos
Sin molestar con sus gritos
Y caminan claro está,
De la mano de mama
Les trae al fin muy dichoso
Un álbum maravilloso.
Esta comicidad se explica en el artículo de Claudia Carbonari “Pedro Melenas de Heinich Hoffman, el manifiesto de los niños desobedientes” en Entrelíneas. Según Carbonari, el miedo que podría originarse con los cuentos, está equilibrado con la exageración y la caricatura que le confieren su comicidad. El niño se hace así capaz de entender lo que puede ser real o no, despojándose de cualquier intento moralizante convirtiendo la obra en un manifiesto anticonvencional por la libertad de la infancia. También señala que en la obra hay un guiño que el autor dirige a los lectores adultos, una ironía de fondo y un mensaje de crítica a algunos dogmas culturales y al sistema educativo de la época.
En una carta publicada en el periódico Die Gartenlaube en noviembre de 1892, el autor explica:
“Cuando le dicen: Lávate; Cuidado con el fuego; Deja eso; ¡Obedece!, para el niño son conceptos sin sentido. Pero el dibujo de un desarrapado, sucio, de un vestido en llamas, la imagen de la desgracia le instruye más que todo lo que se pueda decir con las mejores intenciones. Por eso es cierto el refrán que dice: El gato escaldado huye». (2)
En toda la obra hay una intención irónica y subversiva. La figura de Pedro Melenas llegó a usarse como símbolo de rebeldía del movimiento estudiantil. También ha sido usada como sátira política. En 1941, El Daily Sketch de Londres hizo una publicación donde caricaturizaba a personalidades como Hitler, Mussolini y Goering con el título de “Hitler el desgreñado”. Con dibujos alusivos a la obra de Hoffmann.
El libro ha sido objeto de rechazo y crítica fuerte durante el presente siglo. Tal es el caso de los que lo consideraron pedagogía negra (en Alemán, schwarze Padagogik). Bajo este término se entiende a una educación represiva que pretende someter a los niños por diversos métodos que incluyen los castigos físicos como la manipulación mental.
La primera edición de Struwwelpeter (1845), donde su autor apareció con el seudónimo de Reimerich Vinderlieb, contenía una introducción y seis historias escritas en verso. Para la quinta edición (1847) se incluyeron cuatro historias nuevas y se cambió el seudónimo por el verdadero nombre del autor. Desde entonces, el libro ha conocido centenares de reediciones tanto en alemán como en otros idiomas.
Los diez cuentos vienen en verso y con ilustraciones, éstos son:
Prólogo
1.Pedro Melenas
2.La historia de Federico el Cruel
3.La terrible historia de Paulina y los cerillos
4.La Historia de los niños negros
5.La historia del cazador desalmado
6.La historia del pequeño chupadedo
7.La historia de Gaspar el melindroso
8.La historia de Felipe Rabietas
9.La historia de Juan babieca
10.La historia de Roberto el volador
Entendiendo que Hoffmann era un psiquiatra, se ha interpretado que algunas historias describen trastornos mentales y en consecuencia se le han puesto el nombre de los personajes a los síndromes.
El trastorno por deficit de atención con hiperactividad se denomina coloquialmente como el síndrome de Zappel-Philip (síndrome de Felipe Berrinches)
Juan Babiecas (Hanns-Guck-in-die-Luft), el cuento que describe al niño distraído y soñador que no mira el camino y cae al río, se ha asociado al trauma de la ensoñación excesiva y representa al trastorno de la atención sin hiperactividad.
Federico el Cruel (Boen Friederich) presenta el desorden de comportamiento social y Gaspar el melindroso se puede considerar un ejemplo del trastorno de la alimentación selectiva o hasta de anorexia. Paulina y los cerillos manifiestan signos de piromanía.
Hay inclusive un síndrome del cabello impeinable de origen genético llamado Síndrome de Struwwelpeter por el famoso personaje.
No puede negarse el legado intelectual que partiendo del siglo XIX, dejó el Dr.Hoffmann al trabajar con sus pacientes. Y el impacto de su libro infantil en muchos aspectos.
El libro ha provocado tanto fascinación como rechazo. Pero no podemos negar que ha impactado como reflexión de lo que es o no es correcto. Igualmente el libro con sus ilustraciones ha sido considerado un precursor de los cómics y es uno de los primeros libros para niños que usó los dibujos inspirando a los de hoy. Su protagonista ha permanecido como un personaje distintivo de la ciudad de Frankfurt.
¿Es un libro cruel? Antes de juzgarlo visite el museo, lea el libro y conozca su historia en esa maravillosa ciudad, Frankfurt: un territorio literario que incluye su histórica y exitosa literatura infantil.
Bibliografia:
Hoffmann, Heinrich. Pedro Melenas: Historias muy divertidas y estampas aún más graciosas. (título original: Der Stuwwelpeter) traducido por Victor Canicio Chimeno. Editorial Joe J de laneta Palma de Mallorca, España 1987
(2)Lluch, Gemma (2004) Grupo editorial Norma Bogotá, Colombia. Cómo analizamos relatos infantiles y juveniles.
Referencias:
Claudia Carbonari. Entrelineas
Webografia:
La Pedagogía Negra en STRUWWELPETER
La pedagogia negra en Struwwelpeter
Marzo 10, 2017 Victor Montoya Artículos, Europa
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