El casco antiguo de Gubbio pasa por ser uno de los conjuntos medievales más amplios y mejor conservados de Italia. Protegido por una montaña y ocupando su ladera, la ciudad ofrece su extensa imagen desde las ruinas de su antiguo teatro romano.
El Renacimiento tuvo en Gubbio uno de sus centros. El duque Federico Montefeltro mandó construir dos palacios: uno de Urbino para residencia habitual y otro más modesto en Gubbio. El studiolo de Urbino era para el propio Federico mientras que el de Gubbio fue pensado para su hijo Guidobaldo. La corte de Urbino fue uno de los focos de mecenazgo de la época.
La disposición de los studiolos en las dos ciudades era similar. La parte inferior se recubría completamente de taracea perspectiva con instrumentos científicos, musicales, técnicos, religiosos y libros. La parte superior se dedicaba a la pintura, en Urbino con retratos de sabios personajes alegóricos a las distintas disciplinas y el de Gubbio con las siete artes liberales. El espacio del duque era más intimista mientras que el de su hijo en Gubbio era más didáctico: los personajes arrodillados van recogiendo el saber de las alegóricas damas.
El studiolo de Urbino no está completo, algunas pinturas están en el Louvre, pero conserva la taracea y algunos cuadros originales. No ocurre lo mismo en Gubbio: no queda nada de la decoración de la estancia primitiva; la taracea se encuentra en Nueva York y algunas pinturas en Londres. De la Aritmética y de la Geometría no se sabe nada, la Astronomía estuvo en Berlín y tras la guerra desapareció su pista. Las pinturas de los dos studiolos fueron obra de Justo de Gante y de Pedro Berruguete. Las taraceas se atribuyen a los Maiano.
Hace pocos años se tomo la decisión de reproducir el studiolo de Gubbio. La taracea fue trabajo de años y es gran calidad, mientras que las pintura solo quieren reflejar el ambiente sin pretensiones. Creo que ha sido un acierto: nos acercamos a Gubbio solo para ver el espacio y las reproducciones facilitaron la ensoñación.
Aparte del Palacio Ducal, en Gubbio destaca la majestuosa estructura medieval del Palazzo dei Consoli.