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Revista Cine
El sucesor comienza contando la vida cotidiana de una estrella de la moda que está preparando la presentación de una nueva colección, una existencia estresante que está empezando a hacer mella en su salud. El protagonista tendrá que hacer una pausa para acudir a Canadá, donde acaba de fallecer su padre. Una vez allí y a mitad de la cinta más o menos, se producirá un sorprendente giro de guion que transforma incluso el género cinematográfico de la película que estábamos viendo hasta ahora. La propuesta de Xavier Legrand gira en torno a herencias - monetarias y genéticas - no aceptadas ni asumidas, pero falla cuando propone unas reacciones absurdas del protagonista frente a una situación insólita que requería ser afrontada de una manera muy diferente. Es como si, en vez de hacer lo que es lógico en un caso así, Elías quisiera unirse al destino de su padre de la manera más escabrosa posible. Es difícil continuar sin contar los giros de un argumento demasiado enrevesado y poco creíble. Nos podemos quedar con la estupenda dirección de Xavier Legrand, aunque esta película baja unos cuantos peldaños respecto a su magnífica Custodia compartida.